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El pibe de poco pelo adelante y rastas largas atrás tiene en su iPod toda la discografía de La Renga, su grupo de música preferido. Fernando Belluschi, que tiene un tatuaje del conjunto que más lo apasiona en la pierna derecha y que fue a todos los recitales que pudo del último Pepsi Music que se realizó hace unos días en Buenos Aires, tiene un gusto especial por el rock. "Tengo una armónica, pero no es lo mío. Me encanta tocar, estar un rato tratando de sacar algún tema, pero es difícil. Sé algunos temas de Cielorraso, una banda de Rosario. Trato de tocar un poquito, aunque cuando se me complica, dejo", cuenta la figura que condujo a River hacia el festival que más esperaba: ganarle a Boca 3-1 en el Monumental.
Inútil esperar un gesto de tensión de este muchacho tranquilo de 23 años; de sonrisa permanente para hablar y camisetas rockeras para vestirse. Según cuentan los que lo conocen en confianza, puede quedarse horas tirado en el sillón de su departamento entonando, a los gritos, las canciones que más le gustan. "En casa -explica- escucho más música. Me relaja más y te hacés menos mala sangre porque en la teleson todos noticieros con malas noticias o programas medio densos. Lo que más me gusta, al mismo nivel que el fútbol, es el rock nacional, del nuestro."
Desde un primer momento, Danilo Gerlo fue el guía de Belluschi en los primeros días del volante por Núñez. Se conocen desde cuando andaban por las calles de Los Quirquinchos, ubicado a 256 kilómetros de Santa Fe, desde los partidos en Federación, su primer club, y de las inferiores de Newell s. Y, como si fuera poco, el destino hizo que la novia de uno fuera hermana de la novia del otro. Justamente en su pueblo lo pasearon en una autobomba después de que ganó el Sudamericano Sub 20 de 2003 en Montevideo, con Cavenaghi y compañía. El "Cabezón" extraña la tranquilidad de esas tierras, pero también disfruta de la locura que generó la gran victoria frente a Boca. "La gente vive esta clase de partidos como si fuera lo único que le va a tocar vivir en la vida. El clásico rosarino también desborda de pasión, pero como River-Boca no hay ninguno."
-¿Cómo fueron las horas posteriores al triunfo sobre Boca?
-El teléfono celular no paró de sonar. Me llamaron Ariel [Ortega], familiares de mi pueblo, amigos de Rosario, ex compañeros de Rosario. Si atendía y escuchaba que me decían "Fer" o "Cabezón" me llamaban de Los Quirquinchos; si me decían "Pelado", era alguno de Rosario. Los sacaba al toque. A la noche, corté el teléfono para poder ver el partido por televisión junto con mis viejos, que vinieron a verlo. Después me fui a dormir porque había que levantarse temprano para el entrenamiento.
-¿Te sorprendió todo lo que se vivió antes del clásico?
-Aún no lo puedo creer, se habla mucho en todos lados. No sé si hay alguna persona que no esté al tanto de este partido. En Rosario se vive de una manera parecida. La gente se pone ansiosa, y cuando vas por la calle te transmite sus ganas, te da fuerza. Los hinchas de River me demostraron su afecto desde que llegué, y es una alegría que en tan poco tiempo ya me quieran tanto. Espero seguir dándoles alegrías adentro de la cancha como lo hice el domingo.
-River y Boca se pelearon por vos. ¿Ese tironeo estuvo en la cabeza en los últimos días?
-Ahora no me generó nada. Fue difícil en su momento. Lo más complicado fue en la pretemporada. Estaba en Mar del Plata sabiendo que mi futuro no estaría en Newell s. Me entrenaba ahí y no sabía si iría a River o a Boca. Traté de no pensar. Quería que fuera lo mejor para mí y por eso me incliné por el club que más interés demostró en mí. Ni pensé en tomar el partido como una especie de desquite. Estoy adaptado al club, a lo que quiere la gente, a la idea de juego que pide el técnico. Me siento jugador de River.
-¿La cinta de capitán potenció tus cualidades para transformarte en un líder futbolístico?
-Me sorprendió porque había jugadores de más experiencia como Lussenhoff y Tuzzio y pensé que les iba a tocar a ellos. El técnico me dio la posibilidad y eso es un orgullo. Cuando te dan la cinta, sentís un honor indescriptible. Te hace salir a la cancha con la fuerza de un león. En el cuerpo me sentía con el doble de energía. Cuando iba para la cancha, sentía que podía llegar a ser un partido inolvidable Y lo fue, realmente.
-¿Y sentís que el clásico fue el partido en el que te ganaste el cariño y el reconocimiento de la gente?
-Puede ser; espero mantener ese cariño por mucho tiempo. Que los hinchas hayan coreado mi nombre fue algo increíble. No lo esperaba. Pero también digo que, si no fuera por el esfuerzo de todos, no se hubiese ganado o no se hubiese destacado mi tarea.
-Algunos hablan de vos y sostienen que se está en presencia de un nuevo ídolo
-No... Todavía estoy lejos de serlo, pero el cariño de la gente me alcanzó para sentirme con la piel de gallina.
-Higuaín, Ortega, Farías, Falcao, Gallardo, vos... ¿Cuándo se verá a River en su verdadera dimensión?
-Por lo que demostramos en el clásico, pronto. River tiene buenos jugadores. Estar en un plantel así despierta muchas ilusiones. Es un lindo desafío jugar en este equipo, pero para ganar el campeonato habrá que demostrarlo en la cancha, no será fácil porque los otros equipos también juegan. Pero como dijo Daniel, tenemos que entrar en la cancha pensando en que somos los mejores. Con Boca lo hicimos y dimos un adelanto de lo que puede llegar a venir.
-Ahora, en mi interior, siento que estamos para campeones, pero eso hay que demostrarlo.
6.90 el promedio de Belluschi en el torneo Apertura para LA NACION; el mediocampista estuvo en los 10 partidos que jugaron los millonarios.
100 los partidos en primera; debutó en 1992, en Newell´s, donde jugó 90 cotejos.
23 los goles que lleva convertidos en primera división; hizo 20 en Newell´s y acumula tres en este campeonato.
100 los partidos que jugó frente a Boca y le anotó dos goles; ganó tres, empató tres y perdió uno.



