Bianchi: “No lo noqueamos cuando debíamos”

Un sabor agrio, desagradable. No lo esperaba, porque el bocado que estaba a punto de saborear tenía otro aspecto, lucía dulce, delicioso y tan especial que encantaba. Pero se quedó con las ganas de disfrutarlo, porque Argentinos se encargó de arruinarle esa pieza delicada. Apareció cerca del final del juego Leonardo Pisculichi y con un zurdazo le negó la chance a Boca de quedar a dos puntos de la cima. Aunque antes de la igualdad del conjunto de la Paternal, algunos cambios del entrenador Carlos Bianchi comenzaron a darle un aroma extraño a los tres puntos que parecían quedarse en la Bombonera.

El ingreso de Diego Rivero por Luciano Acosta quedó bajo la lupa y hasta generó una serie de murmullos en el estadio. Y con el gol de Argentinos se potenciaron las miradas desconfiadas sobre el Virrey, que en la conferencia de prensa, explicó: "Acosta tiene una pequeña molestia en el tobillo [derecho] y advertí que estaba molesto. Le pregunté si le dolía y me dijo que sí. Por eso elegí poner a Rivero, porque quería recuperar el balón. Además, el ingreso de Rivero permitió que se suelten Sánchez Miño y Erbes. Estábamos bien parados en el medio, recuperando la pelota y con buena salidas por los laterales", explicó el entrenador xeneize.

El gesto de Bianchi desnudó la amargura por el resultado que se le escapó a Boca, pero no lucía molesto sino frustrado por cómo se dio el empate: "Creo que la victoria de Boca era merecida, Orion [Agustín] no tapó ninguna pelota a lo largo del partido. El pecado es no haberlo definido en las contras que tuvimos, no haber hecho ese gol de la victoria, que era merecida. Y Argentinos de cinco goles, cuatro hizo Pisculichi".

Y el análisis del Virrey continuó vinculado con la sorpresa. Como si no pudiese encontrar una explicación exacta para dejar semejante oportunidad de quedar a sólo dos puntos de Colón: "No sé si se puede decir que no ligamos. Hay que ser realistas, si se nos presentan dos o tres chances de gol claras hay que convertir para tener una tranquilidad lógica. El primer tiempo fue muy bueno, en el segundo manejamos más el balón, nosotros salimos de contraataque, Nereo [Fernández] trabajó bastante, pero repito que no concretar el segundo gol le da siempre al adversario la esperanza de empatar. Y concretaron un gol muy bueno. No tengo nada que reprocharle al equipo, creamos cinco, seis situaciones de gol, ellos ninguna. Quizás uno se puede reprochar que no lo noqueamos cuando debíamos. Sólo eso."

La mirada del técnico de Boca también fue positiva. Entendiendo que aquello de las crisis parece haber quedado atrás y con la calma justa para tratar de bajar la ansiedad de un superclásico con River que ya aparece en el horizonte (jugarán el 30 del actual en la Bombonera). "Todavía faltan varias fechas y la esperanza está. Intentaremos que se acreciente el domingo próximo cuando juguemos con Quilmes. No podemos pensar en otra cosa más que en el domingo próximo. Para ser positivo, antes del partido con Estudiantes estábamos a once punto de los de arriba y ahora estamos a cuatro".

Un resultado que le dolió como nunca y lo frustró, aunque Bianchi prefirió mirar hacia adelante.