Chelsea y Manchester City, finalistas. Inglaterra, de patear la elitista Supercopa a monopolizar la histórica Champions League

El país que primero y más rápido se despegó del proyecto de la Superliga al que se había montado es el dominante en la sobreviviente e histórica Champions League. Inglaterra revitaliza a la antigua Copa de Europa al monopolizar la final del 29 de mayo en el estadio Olímpico de Estambul. Chelsea, tras superar 2-0 con un fútbol mucho más dinámico y punzante que el de un desinflado Real Madrid, se encontrará con Manchester City, que el martes accedió por primera vez en su historia a la definición tras eliminar a Paris Saint Germain.

Habrá otro campeón inglés luego de la final que hace dos años Liverpool le ganó a Tottenham. En dos temporadas, cuatro equipos distintos dan una pauta de la buena salud de la Premier League y su poderío diversificado en varios clubes. Este jueves, en la Europa League (segunda copa en importancia), Manchester United debería sellar su pasaje a la final tras golear 6-2 a Roma en la ida. Y podría haber póker británico si Arsenal revierte en Londres ante Villarreal la caída por 2 a 1.

Chelsea sometió a Real Madrid como lo había hecho con Atlético de Madrid en los octavos de final. “Nos faltó combustible. Chelsea fue un merecido ganador”, reconoció Zinedine Zidane. Un nuevo toque de atención para una Liga de España que hasta hace unos años se regodeaba con ser la locomotora del fútbol europeo. Ya no. En el nivel de clubes de Inglaterra está cuajando bien la fórmula que sazona la histórica pasión popular por el fútbol con las grandes fortunas que toman el control e invierten en la contratación de los entrenadores más capaces.

El resumen de Chelsea 2 vs. Real Madrid 0

El ruso Roman Abramovich fue el que inauguró este nuevo modelo de negocio en 2003 con la compra de Chelsea por 200 millones de dólares. Después llegarían los propietarios norteamericanos y los árabes. Abramovich ya probó las mieles de la Champions League. Esta será la tercera final de su mandato, tras perder la de 2008 por penales ante Manchester United –Carlos Tevez marcó el primero de la serie– y ganar por penales la de 2012 frente a Bayern.

Cuando se respalda sobre el sillón de su despacho, Abramovich debe inflar el pecho de orgullo por los conocimientos futbolísticos que adquirió en estos años. El 25 de enero tomó la decisión que muchos no se animarían: despidió de la dirección técnica a Frank Lampard, una de las mayores glorias de Chelsea como futbolista. El equipo deambulaba en la Premier, la conexión del exvolante con el plantel no era la más fluida y había un desaprovechamiento de los 247 millones de euros gastados en refuerzos entre Kai Havertz, Timo Werner, Ben Chilwell, Hakim Ziyech y Edouard Mendy (la cifra más alta del último mercado de verano europeo de pases). El zaguero Thiago Silva, una pieza estratégica en el centro de la defensa, llegó con el pase en su poder desde PSG.

Un día después de la salida de Lampard se anunció la contratación del alemán Thomas Tuchel, que había sido despedido de PSG un día antes de Navidad, tras haberlo llevado a la final de la Champions League que consagró a Bayern Munich.

La transformación futbolística fue inmediata con Tuchel. El equipo se hizo fuerte de atrás hacia adelante, hasta convertirse en una roca que mantuvo el arco invicto en 17 de los 23 encuentros del ciclo. Esa solidez defensiva también fue exhibida por Manchester City, que recibió apenas cuatro tantos en 12 partidos por la Champions.

Armado a partir de una línea de tres zagueros centrales (Christensen, Thiago Silva y Rudiger), Chelsea se despliega por las bandas con los carrileros Azpilicueta y Chilwell. El doble pivote que integran Jorginho y Kanté es una pieza de relojería para manejar los ritmos y transiciones. Los dos goles surgieron de la verticalidad de Kanté para romper la permeable presión de Real Madrid. En el primer tanto, el francés escaló para combinar con Werner, que terminó tomando el rebote en el travesaño tras la sutil definición de Havertz por encima de Courtois, el mejor de Real Madrid por haber evitado la goleada con varias atajadas. En el segundo gol, Kanté saltó líneas para habilitar al norteamericano Pulisic, cuyo centro fue conectado por Mason Mount, uno de juveniles promovidos de la cantera, como Reece James, Callum Hudson-Odoi, Tammy Abraham y Billy Gilmour. Chelsea se vio obligado a recurrir a sus inferiores por los dos años de suspensión fuera del mercado de pases que le impuso la FIFA hasta enero de 2020 por irregularidades en la contratación de menores de edad.

“Pudimos haberle metido cinco a Real Madrid”, fue la síntesis eufórica que hizo Tuchel. Razón no le faltaba. Con solo el 32 por ciento de posesión, Chelsea remató 15 veces al arco, contra los siete de Real Madrid, que solo inquietó en el primer tiempo con un cabezazo y un disparo de Karin Benzema.

Aunque pasó a ser el tercer arquero del plantel, detrás de Mendy y Kepa Arrizabalaga, Wilfredo Caballero sigue muy integrado al grupo, mientras cumple su cuarta temporada en Stamford Bridge. Al final se lo vio festejar efusivamente con el titular Mendy y abrazarse con el técnico Tuchel.

Chelsea y Manchester City le darán continuidad a una saga enfrentamientos que empezó el 17 de abril, cuando el equipo londinense venció 1-0 y pasó a la final de la FA Cup. “Ese triunfo no nos da una ventaja, pero sí un impulso de confianza. Lo dije muchas veces, el Bayern y el Manchester City son los dos ejemplos a seguir en Europa, y creo que ya en la semifinal de la FA Cup acortamos esa brecha”, expresó Tuchel. Este sábado 8 de mayo se cruzarán por la Premier League, con la posibilidad de que Manchester City sea un campeón anticipado en caso de un triunfo. Y el 29 se citarán a orillas del Bósforo por una Champions League de la que Inglaterra había salido por unas horas para retornar con aires hegemónicos.