Coronavirus y fútbol: cómo se maneja cada liga en el mundo, con los hipotéticos regresos a la actividad
La Bundesliga elaboró rápido su protocolo de coronavirus. En mayo se convertiría en la primera Liga top que volverá a las canchas. La Premier League, tampoco es raro, hizo negocios en plena pandemia, tanto que demoró su protocolo. Prevé volver el 9 de junio. El calcio está furioso. El gobierno italiano no le precisó fecha de retorno. Ayer mismo, mientras España sí confirmaba la vuelta a los entrenamientos para mayo, Francia, en cambio, anunció el cierre de la temporada. No habrá campeón. Como en Holanda, donde algunos clubes ya avisaron que apelarán a la justicia. En Brasil, el presidente le pidió al nuevo ministro de Salud (Jair Bolsonaro echa ministros en plena pandemia) que estudie una fecha posible para una vuelta pronta. Cada país decide qué hace con el fútbol. Según el coronavirus. Pero también según sus presiones económicas y políticas. Su cultura y su historia. Y sus atajos. La AFA suspendió ayer descensos ya no por una, sino por dos temporadas. El saludo a un viejo despropósito: el campeonato otra vez de 30 equipos.
Alemania vuelve porque, sin fútbol, admitió la Federación, al menos la mitad de los clubes de Segunda y cuatro de Primera, quedarían a un paso de la quiebra. "Toda la Bundesliga se está ahogando", admitió Hans-Joachim Watzke, presidente de Borussia Dortmund. "¿Es lógico semejante descalabro en la economía de nuestros clubes cuando llevamos apenas seis semanas sin partidos?", se preguntó Der Spiegel. Los clubes quieren jugar porque precisan la cuota de 300 millones de euros de la TV. Agrupaciones de hinchas, de gran peso en el fútbol alemán, protestan porque la vuelta no los incluye. Será en estadios vacíos. Otros consideran inmoral que cada fecha de retorno consumirá unos 3000 testeos del Covid-19, un lujo que, supuestamente, no tienen siquiera muchos médicos. Algunos de ellos hasta posaron desnudos en señal de protesta.
Alemania testea como pocos y es modelo en Europa en la lucha contra el coronavirus. Pero Christian Drosten, virólogo de cabecera de la canciller Angela Merkel, y que sufrió amenazas de muerte por su política de aislamiento, avisa el temor del rebrote posible. Si sucede, el severo protocolo de retorno elaborado por la Bundesliga podría convertirse en papel mojado.
En Inglaterra, la Premier League presentará recién el viernes su protocolo de retorno. La Premier había confiado demasiado en la mirada economicista del gobierno. Pero Boris Johnson sufrió también él el virus que sigue matando a cientos por jornada en el Reino Unido y ahora defiende mantener la cuarentena. Fiel a su naturaleza, la Premier, igualmente, está a un paso de aprobar que un fondo propiedad del gobierno de Arabia Saudita compre por 370 millones de dólares el 80 por ciento de Newcastle, uno de sus clubes históricos. Amnistía Internacional puso el grito en el cielo. Un disidente denunció el lunes pasado en el diario The Independent asesinatos, cárcel y censura de la monarquía saudí.
La Premier, alertó días atrás The Athletic, se está convirtiendo en una burbuja cada vez más complicada. Los salarios de sus estrellas consumen el 62 por ciento de los ingresos. Doce de sus veinte clubes cerraron en rojo sus últimos ejercicios
El problema, sin embargo, no son los derechos humanos, sino los derechos de TV. Qatar, que paga 500 millones de euros a la Premier para transmitir al exterior, envió una carta a todos los clubes recordándoles que Arabia Saudita financia transmisiones piratas del fútbol inglés. Se descuenta igualmente que la venta será aprobada. La Premier, alertó días atrás The Athletic, se está convirtiendo en una burbuja cada vez más complicada. Los salarios de sus estrellas consumen el 62 por ciento de los ingresos. Doce de sus veinte clubes cerraron en rojo sus últimos ejercicios.
En Italia, el gobierno, consciente de los primeros horrores, frenó ayer medidas de relajamiento y frustró el deseo del calcio de retornar el 14 de junio. La Serie A acusó al ministro de Deportes, Vincenzo Spadafora, de "boicotear" al fútbol porque el gobierno sí autorizó en cambio la vuelta a los entrenamientos de los deportes individuales. "Ridículo", respondió Spadafora. El funcionario rechazó el protocolo que presentaron los clubes y los acusó de presionar a través de la prensa, interesada como pocos en que vuelva la pelota. El gobierno tiene informes alarmantes sobre las consecuencias de una reapertura. Por eso rechazó también las duras protestas de la Iglesia Católica e Italia seguirá sin misas comunitarias. El Papa en la plaza San Pedro vacía. Hasta los Juegos Olímpicos de Tokio ponen en duda su disputa en 2021. No puede haber asistencias masivas hasta que no aparezca la vacuna salvadora.
La AFA de Chiqui Tapia, al descenso
¿Y la Argentina? Nuestros clubes, la historia lo comprueba, son mucho más que un equipo de fútbol. Protegerlos es un deber social. El coronavirus agravó una crisis preexistente. Peor, admiten muchos, será el escenario que podrá quedar una vez que pase el horror de la muerte. "Los lobos estarán bajando de la montaña con la baba en la boca y los perros -graficó días atrás el entrenador de vóleibol Julio Velasco- comenzarán a pelearse por un hueso". Por suerte, no esperamos aquí monarquías autocráticas ni fondos offshore que aprovechen para quedarse con nuestros clubes. Pero sí tenemos el oportunismo histórico. Ahora es la pandemia. Usada para justificar la posible vuelta del campeonato ridículo con 28 o hasta con 30 equipos. Un retroceso enorme. Un verdadero descenso.
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