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Los propósitos generosos y el juego fluido y entretenido del primer tiempo de Arsenal y de Lanús se fueron extinguiendo lentamente desde el primer minuto del complemento, para mutar finalmente en la fricción y el choque constante. El saldo fue un 2 a 2 y un reparto de puntos razonable pero que dejó sabor a poco.
Prometedor y tal vez envalentonado por las victorias en las dos últimas fechas ante Huracán y River, Lanús se volcó desde temprano con rápidas combinaciones en busca de la apertura del marcador. Y a los cinco minutos, un tiempo limitado para poder analizar merecimientos, se encontró con la ventaja gracias a un cabezazo de Gabriel Iribarren, que celebró su primer gol en primera división.
Fue demasiado pronto el gol para el carácter de Lanús. Porque le terminó jugando en contra: la idea de la victoria sedujo al equipo de Chiche Sosa que se replegó para jugar de contraataque y permitió el crecimiento de su rival.
Arsenal, mientras tanto, fue ordenando su línea media y eligió el juego prolijo para ir tras el empate. El premio llegó a los 29 minutos, cuando Silvio González convirtió un penal tras una mano de Romero.
Allí empezaron los primeros síntomas de conformismo para ambos bandos, que pusieron todos sus sentidos con el mismo objetivo: luchar y defender para asegurar el punto. El juego se hizo más áspero y la cancha menos transitable. Ni siquiera tuvo efecto el elogiable cambio de Chiche Sosa que hizo ingresar a Mariño (un volante creativo) por Almirón (un defensor), para que Carlos Moreno tuviera más compañía en el sector creativo.
Por suerte, cuando el aburrimiento se empezaba a adueñar del encuentro y justo un poco antes de que la pereza dominara a los jugadores, llegó el inesperado gol de Andrizzi, que se filtró entre los defensores granates y aprovechó un centro de Cristian Alvarez para poner el 2-1 para Arsenal.
Lanús se vio obligado a arriesgar más todavía. Ignacio Risso ingresó por Eros Pérez y la variante tuvo su gratificación instantánea, ya que el delantero uruguayo, en su primera intervención, se anticipó a Limia para poner el 2-2 definitivo. Fue la última emoción de un partido que prometió mucho y entregó poco.
Arsenal jugó como local en Lanús y los granates jugaron como visitantes en su cancha. Los hinchas cambiaron de tribuna, aunque también fue motivo para celebrar, ya que ayer se inauguró el codo de la popular visitante en la esquina de Madariaga y Arias. Ahora, la capacidad del estadio es de 46.400 espectadores.



