El otoño del patriarca: Joao Havelange cumple 100 años en medio del descrédito

El brasileño Joao Havelange cumplió 100 años con el imperio en el que transformó a la FIFA envuelto en el peor escándalo de su historia, y uno de sus mayores sueños a punto de realizarse, pero sin la gloria con que lo había imaginado.

Siete años atrás, a los 93 años, en 2009, el brasileño que presidió la FIFA durante casi un cuarto de siglo, había conseguido la última de sus victorias. Para apoyar la candidatura de Río de Janeiro a los Juegos Olímpicos de 2016, invitó a todos los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) a celebrar su centésimo cumpleaños en las playas de Copacabana; fue la suya una apelación mucho más atractiva que la que luego formuló Juan Antonio Samaranch, en respaldo de la presentación de Madrid: "Ustedes saben que estoy muy cerca del final, tengo 89 años. Permítanme pedirles que consideren el honor que sería para nosotros organizar los Juegos", dijo el catalán. Río ganó la votación final 66-32 sobre Madrid…

El 5 de agosto comenzarán en su ciudad natal los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica. El carioca, nacido el 8 de mayo de 1916, quería ver el mayor evento deportivo del planeta en un estadio que lleva su nombre. El "Engenhao" se prepara para ser una de las sedes de los Juegos, pero el nombre de Havelange fue virtualmente borrado: durante los JJOO sólo será llamado Estadio Olímpico.

Además, Havelange ya tampoco integra el COI. Dejó su puesto en 2011 alegando motivos de salud. Su salida interrumpió una investigación que llevaba adelante el comité de ética del organismo sobre denuncias de corrupción realizadas por el periodista británico Andrew Jennings. Comenzaba así el ocaso del dirigente que durante casi un cuarto de siglo comandó con mano dura y métodos polémicos la poderosa FIFA, hoy considerada más una organización delictiva que una entidad dedicada a regir el deporte más popular del mundo.

Entre 1974 y 1998, el hijo de un comerciante de armas belga armó poderoso un combo entre el fútbol, las empresas de marketing deportivo y la televisión que convirtió a la FIFA en una fuente inagotable de riqueza y un núcleo insaciable de poder. Su estirpe de caudillo, sin embargo, venía de antes de llegar a la sede de la FIFA en Suiza, donde se convirtió en el primer sudamericano en presidir la entidad, tras desbancar al entonces presidente del ente rector, el inglés Stanley Rous, con la promesa de ampliar el número de cupos en los Mundiales de fútbol.

Fue al frente de la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), hoy Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), que presidió entre 1958 y 1974, que Havelange dio el gran salto que lo llevó a la FIFA. Durante esos 16 años, la selección brasileña, iluminada por la estrella de Pelé, se convirtió en mito. De los cinco mundiales disputados en ese período, Brasil conquistó tres: Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970.

Impedido por su padre de practicar fútbol profesional e incitado a hacer natación para poder participar en los Juegos Olímpicos, Havelange se introdujo en ese deporte a los 10 años y llegó a representar a Brasil en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936. También participó en los Juegos de Helsinki 1952 como jugador de wataerpolo, deporte con el que obtuvo su mayor conquista: una medalla de bronce en los Panamericanos de Ciudad de México, en 1955.

El ex presidente de FIFA está hoy salpicado por denuncias de corrupción al igual que buena parte de los dirigentes de la entidad, cuya presidencia honoraria Havelange abandonó, por esa misma razón, en 2013, aunque siguió utilizando para su correspondencia personal el papel con membrete que lo acreditaba como tal.

Pese a todo, la CBF le rindió ayer un homenaje, calificándolo de "uno de los mayores dirigentes del siglo" y un "apasionado por el deporte", y asegurando que abandonó el máximo cargo de la FIFA en 1998 como "el mayor presidente de la historia de la entidad". El actual presidente de la CBF, Marco Polo Del Nero, que suscribe el comunicado de homenaje a Havelange, está siendo investigado por la Justicia estadounidense en el marco del caso de corrupción que ha salpicado a dirigentes de la FIFA y de numerosas federaciones latinoamericanas.

"Él no necesitaba negociar, él informaba la decisión", reveló en un documental sobre Havelange su sucesor en la FIFA, el suizo Joseph Blatter, otro de los caídos en desgracia. Tampoco él estuvo hoy en Copacabana.

pv/jt