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Si bien no hubo una gran producción futbolística, al menos anoche Boca mostró su mejor desempeño del año ante San Lorenzo. Por eso, el triunfo por 2 a 0 fue justificado desde el fútbol que planteó un equipo y otro. Para la curiosidad, Boca logró su primer triunfo del año jugando un domingo. Pero al margen de los días, la figura del encuentro fue Juan Román Riquelme. Lúcido, el estratego que había estado en duda durante la semana, participó permanentemente del juego y fue el asistente en ambos goles xeneizes.
Primero, con el córner ejecutado desde el sector derecho que cabeceó Matías Giménez. En el segundo tiempo, el pase exacto a Palermo, para que el delantero, con un disparo violento, convirtiera el segundo tanto. El N°221 de su historia con la casaca de Boca.
En el segundo tiempo entró el Rayo Menseguez y le dio mas acción a la línea ofensiva de San Lorenzo. Preocupó algo más con los desbordes, aunque, de todas maneras, no logró mejorar el pobre rendimiento de Papu Gómez, por ejemplo.
Boca logró el dominio del partido, también con el aporte de Chávez, que se conectó con Riquelme. La hinchada de Boca gritó el clásico "ole, ole", que hacía mucho que no se escuchaba en la Bombonera.
Finalmente, el cotejo se tiñó con el juego brusco, a partir de los cruces del Kily González y Riquelme y de Migliore con el chileno Gary Medel. La responsabilidad allí recayó en el árbitro, Gabriel Favale, que no castigó el juego brusco y las reacciones, además de no cobrar un penal en favor de San Lorenzo por una mano de Medel.



