Fabián Casas, su amistad con Viggo Mortensen y dos anécdotas imperdibles de Alberto Olmedo

Con su editorial, Viggo Mortensen iba a publicar un libro con una anotología de poetas argentinos y Fabián Casas era uno de ellos. Se juntaron a hablar sobre el proyecto y nació la amistad. Además, los dos son apasionados por San Lorenzo . Más que suficiente para sellar el vínculo.

Antes del Mundial de Brasil, los dos viajaron al Festival de Cannes a presentar la película "Jauja". Mortensen era el protagonista y Casas escribió el guión del film, que dirigió el argentino Lisandro Alonso. Allí, en la alfrombra roja, exhibieron un cartel con la leyenda "Queremos la Copa". Cuenta Casas que mientras San Lorenzo jugaba el partido de vuelta de la final de la Libertadores ante Nacional, Viggo, que estaba en Nuevo México filmando, lo llamaba por teléfono cada cinco minutos. Los dos también crearon el blog Sobre vuelos cuervos, en el que escriben exclusivamente sobre San Lorenzo.

-¿Cómo nació el blog que Sobre vuelos cuervos ?

-Fue una idea de Viggo Mortensen. Fue una cosa de la amistad con él, muy fuerte. Y para él, que no vive acá, una de las cosas más importantes de su vida está acá. Argentina y Boedo. La edad de la infancia, donde cargó combustible, fue acá. Habló español antes que inglés. Y vio a "Los Matadores", y se conectó con ellos. Nos hicimos muy amigos a partir de que él iba a sacar una antología de poesías, con un montón de autores argentinos, y yo era una de ellos. Nos encontramos en un lugar para hablar del libro. Yo le dije que era fanático del Cuervo y nos hicimos muy amigos. Después vino a mi casa. Es una persona muy relajada, un crack total. Como él viajaba, yo le contaba de San Lorenzo por mails. Y nos habían dicho si lo queríamos poner en la página del club. El tema es que Viggo y yo atacábamos a Caruso Lombardi mientras que era técnico. Era insostenible para el club. Y con toda razón, lo entiendo. Entonces, él abrió la página para que podamos decir lo que se nos cante. La visita mucha, mucha gente de todo el mundo. La traducen al japonés. Al inglés. Hay cuervos que están en lugares muy lejanos y se emocionan.

-¿Cómo es eso de que Viggo te llamaba cada cinco minutos el día del partido de vuelta de la final de la Libertadores?

-Viggo me llamaba, no sé dónde estaba, habrá sido un papelón seguro. Y estaba cantando con nosotros. Fue como una especia de comunión. Él lo estaba viendo por la computadora. Siempre lo ve. No sé cómo hace. Cuenta el tiempo, labura a deshora. En el partido contra Bolívar, me contó que estaba filmando una escena e iba y se volvía cada tanto. Yo supongo que la actriz debe haber pensando: "Va al baño todo el tiempo".

El padre de Fabián Casas, Juan Carlos, fue mano derecha y muy amigo de Alberto Olmedo. Casas cuenta, que para él y su familia Alberto era como un tío más, y repasa una anécdota que cuenta en el libro Relatos Bonsai : "Yo no me hablaba con mi papá, estábamos peleados. Entonces, llegué al canal, y Beatriz Salomón me dijo: «Están grabando, esperalo en el camerín». Estaba todo armado, clarísimo. Y en un momento, Alberto se sienta conmigo y me dijo: «Tu papá está preocupado porque estás tomando drogas». Me empezó a hablar como aleccionando. Y me decía todo eso vestido de manosanta y con la peluca en la mano. Era raro. Pero para mí era como mi tío. Los hijos de Olmedo son muy amigos de mis hermanos, son como primos. A mí me gustaba mucho la forma de ser de Alberto. Cada vez que salía a la calle era invisible. No le daba bola nadie. Estaba siempre escondido. Eso lo producís. Era una persona más espiritual, más relajada. Yo no logro entender bajo ningún punto de vista que alguien quiera ser famoso".

Fragmento del capítulo El Rey de la comedia, del libro Relatos Bonsai, en la que Casas cuenta la anécdota de Olmedo y la muerte de Coquito:

El Omedo fuera de cámara era un hombre taciturno, de pocas palabras. Pero a medida que se estimulaba y avanzaba la noche, se convertía en el hombre lobo. Cuando se murió Coquito – Humerto Ortiz- Omedo, mi viejo y Miguelito (conocido como El Enano de Oro) llegaron al velatorio en estado deplorable. Se pararon frente al cajón y quedaron conmovidos por cómo el cáncer había consumido al ladero de Piluso. Pero cuando salieron a la vereda, se cruzaron con el hijo de Ortiz que entraba a otro velatorio - el velatorio de actores y artistas de variedades queda uno al lado del otro-. Entonces, volvieron a entrar y se dieron cuenta de que habían estado en el velatorio equivocado: ¡el de Nicolita, el enano de Marrone! ¡Por eso les parecía que Ortiz estaba consumido!