Independiente no pudo con Argentinos quedó eliminado de la Copa de la Superliga
Argentinos Juniors dio la gran sorpresa de la Copa de la Superliga al empatar 1-1 en Avellaneda y dejar fuera de la competición a Independiente, uno de los supuestos candidatos para ganarla.
¿Cuál es el verdadero Independiente? ¿El que esporádicamente ofrece tardes o noches para verlo disfrutando de un whisky y un habano, como alguna vez inmortalizó Ariel Holan? ¿El terrenal que alterna momentos excelentes, regulares y muy malos dentro del mismo encuentro, tal como le ocurre a la mayoría de los equipos argentinos? ¿O el que hace directamente mutis por el foro tal como sucedió durante casi todo el partido de ida siete días atrás?
El gol de Pablo Pérez
ASÍ FUE EL 1-1 ENTRE INDEPENDIENTE Y ARGENTINOS JUNIORS QUE SIGNIFICÓ LA ELIMINACIÓN DEL ROJO#CopaSuperligaxFOX | El Rojo se despidió de la Copa Superliga por la derrota en el resultado global ante el Bicho. Descarga la APP! https://t.co/T5cuSvu2EIpic.twitter.com/HZclbVgaRk&— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 22 de abril de 2019
Hoy por hoy, pocos equipos resultan más impredecibles que el Rey de Copas. Incapaz de imponer las condiciones de juego a un rival que acabó en el último puesto de la Superliga (aunque su recta final haya sido más que aceptable), pero al mismo tiempo firme en su convicción de intentar la llegada a partir de la asociación por abajo, el toque y la progresión por las alas para buscar la definición por el centro. En apariencia blando para aguantar la intensidad de dientes apretados y botines filosos que suelen plantearle de tanto en tanto, pero también sólido para levantarse y superar sus propias deficiencias.
Argentinos Juniors dejó claro a todo el mundo que el Rojo iba a pasar un suplicio si quería dar vuelta la serie desde que la pelota dio el primer giro. No se habían cumplido ni dos minutos cuando Batallini enseñó cuál iba a ser la pauta. Levantó por el aire a Figal y se ganó la amarilla, pero en ese mismo instante plantó la bandera de la intención visitante.
Es cierto que Diego Dabove, un técnico que ya en Godoy Cruz dio muestras de sapiencia, salió a defender la escueta ventaja acumulada en La Paternal con uñas y dientes. También lo es que montó un plan inteligente y efectivo. El achique constante sobre los receptores de cualquier balón con destinatario local resultó una valla muy difícil de superar para Independiente durante todo el primer tiempo.
Fueron 45 minutos de roce constante, de acumulación de faltas y de discusiones en continuado, ante la insólita complacencia de Facundo Tello, un árbitro que cometió todos los errores técnicos y conceptuales posibles.
Metía Argentinos hasta la extenuación. Trababan y ganaban en el medio Moyano, Vera y Matías Romero; volteaba a todos los que se cruzaban en su camino Francis Mac Allister; mordían la salida rival Spinelli y Batallini; respiraban en la nuca de los delanteros los cuatro del fondo del Bicho. Y cuando podía, hacía circular la pelota con la precisión suficiente para sacar de sus casillas a sus adversarios.
A Independiente le costó un mundo hacer pie en cualquier sector de la cancha. Ausente sin aviso Pablo Hernández, perdido Nicolás Domingo, sin conexión con los compañeros y peleado con el balón Silvio Romero, al Rojo solo le quedó agarrarse a la clarividencia de Pablo Pérez para arrimarse con peligro a los dominios de Chaves.
El 8 de Independiente se ganó ya el puesto de referencia indiscutible en el esquema de Ariel Holan. Por experiencia, por ascendiente, pero sobre todo por sabiduría. Conocedor de las entrelíneas del juego, el ex Boca pelea, recupera, la pide, la maneja y, básicamente, piensa más y mejor que el resto.
Además, ahora se ha convertido en goleador. Anoche repitió la costumbre por cuarto partido consecutivo. Fue en el arranque del complemento, cuando aprovechó el rebote en el palo de un cabezazo de Burdisso (que estaba un paso adelantado).
El 1-0, que le era suficiente al Rojo para meterse en octavos de final, le dio al equipo de Holan algunos minutos de tranquilidad. Pero el resultado en contra no achicó a Argentinos, que a los 33, y a la salida de un córner alcanzó el 1-1 mediante una avivada de Batallini.
Suficiente para terminar de derrumbar al Rojo, que fue pero ya sin ideas y se despidió demasiado rápido de una Copa que pretendía ganar.
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