Javier Castrilli, tras las escuchas de Julio Grondona y Marcelo Tinelli: "Es un sistema"
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/XCP36KOQTFBM7CFE7VYAKUF72I.jpg)
El exárbitro de fútbol, Javier Castrilli, realizó un duro descargo en el programa Closs Continental, del que participa como columnista, sobre las escuchas filtradas entre Marcelo Tinelli y Julio Humberto Grondona, difundidas el día lunes en Radio Mitre.
Castrilli comenzó su alocución refiriéndose a la prensa deportiva argentina: "Cuántas conclusiones, cuántas preguntas. Qué tan sensible es la problemática arbitral del fútbol, a pesar de que uno escucha decir a muchos periodistas No vamos a hablar del arbitraje, y son los primeros que cuando te entrevistan, te preguntan: ¿Hay corrupción en el arbitraje?".
"Los dirigentes eligen árbitros permeables a las presiones"
"Son los que primero dicen Yo no creo en esas cosas porque sino no tengo que mirar más fútbol, pero todos sabemos que las brujas existen. ¿Cuánto va a costar si es que en algún momento se va a lograr recuperar la credibilidad perdida para el arbitraje?", agregó el Sheriff.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/FWA4BFAYOJCZBD5CC2BE3OVVJM.jpg)
Luego apuntó contra los responsables del arbitraje en nuestro país que, en su consideración, "tienen una cuota parte de enorme responsabilidad, porque permanecen permeables a las requisitorias dirigenciales". Y se lamentó: "Qué desprotegidos que están los árbitros. Desde la crítica, los estamos protegiendo mucho más que aquellos que los están dirigiendo, como es el caso de (Federico) Beligoy, y otros tanto que han pasado".
Sobre Beligoy, Director Nacional de Árbitros, opinó: "Ese es el perfil de instructores y directores que eligen los propios dirigentes. Una de las variables a tener en cuenta es qué tan permeables son a ser manipulados".
"Hay personas que deben estar con el trasero en la mano"
Además, dijo que la dirigencia deportiva argentina funciona como "los servicios de inteligencia". En ese sentido, reflexionó: "Cuántos deben estar temblando". "Esto es un sistema de larga data, y la calidad y los escrúpulos de los dirigentes que lo implementan surgen a través del análisis de esas conversaciones, que uno se imagina todas las que deben tener guardadas, y cuántas personas deben tener el trasero en la mano. Otrora, fue (Julio) Grondona. Hoy, son Pablo Toviggino y (Claudio) Tapia".
La diferencia entre la época de Grondona y la actual
Por otra parte, distinguió al expresidente de la AFA con su actual mandamás: "La diferencia es que Grondona le pregunta qué árbitro no quiere. En la actualidad, les preguntan cuál quieren. Y de los dos o tres nombres, le manda (Fernando) Rapallini. No le dio el árbitro que no quería, pero tampoco le dio los nombres que él quería. En ningún momento dice: No me lo pongan porque son deshonestos, cosa que lo ubica a (Marcelo) Tinelli en la generalidad de la lógica de los dirigentes".
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/TL6Y6D3P4FFDLEBMSUSU4TEPNM.jpg)
Finalmente, Castrilli cerró su análisis con desesperanza: "En tanto y en cuanto sigamos teniendo a un apersona como Toviggino, que forma parte de este problema, estamos lejos de llegar a una solución. Más allá del sistema, que tiende a eso, se requiere de un dirigente que quiera romper este círculo vicioso, y ubicar a personas que se dediquen a la cuestión técnica". Consultado por Mariano Closs sobre qué le pediría a Federico Beligoy, el excandidato a Jefe de Gobierno porteño contestó: "Que si quiere hacerle un bien al arbitraje, se vaya".
Más leídas de Fútbol
Bomba en el mercado. Cristiano Ronaldo quiere irse de Manchester United: ya hay tres clubes agazapados para contratarlo
Extremos. Las duras críticas de Pratto a los árbitros en la caída de Vélez y la joyita que ya es récord
Lejos del Fair Play. Así fue el Mundial más violento de la historia: 5 fracturados, 50 lesionados y hasta un muerto
Un Rey al arco. Las atajadas claves de Rodrigo para el sorprendente Gimnasia, que volvió a ganar y se trepó a la punta