

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.


RIO DE JANEIRO.- Independiente tuvo una de las noches más felices de su historia. Luego de la conquista de la Copa Sudamericana, el plantel de los Rojos, que este jueves por la tarde compartirá el título con sus hinchas en el estadio Libertadores de América, festejó hasta bien entrada la madrugada en el Hilton de Barra da Tijuca, el búnker que eligió Ariel Holan.
Tras las celebraciones en el Maracaná, los jugadores, que no se bañaron en la cancha, se fueron de manera directa al hotel, donde los directivos y la gerencia ya habían preparado una cena íntima en el subsuelo del complejo. Hubo, sobre todo, empanadas y pizza. Mientras tanto, los hinchas se iban agrupando en la entrada para festejar con los futbolistas. En los televisores se repetía el partido y quienes podían verlo volvieron a llorar de la emoción.

Pocos jugadores decidieron quitarse la medalla de campeón para comer. De hecho la mayoría de los futbolistas cenó con su premio colgado del cuello. Eran como niños con juguetes nuevos. En cada uno de los pisos del Hilton Barra podía escucharse a los simpatizantes del Rojo, que alentaban a sus jugadores cada vez que se los cruzaban en el lobby.
Dos horas más tarde, de a poco, subieron a sus habitaciones y se fueron juntando entre varios de ellos para festejar. Un grupo incluso fue al noveno piso para meterse a la pileta. Aunque por el horario ya no estaba permitido el ingreso, la seguridad privada no tuvo inconvenientes en hacer una excepción con los campeones. Con vista a la costa de Barra, algunos de los jugadores de este Independiente campeón se relajaron en el agua.
La vida le dió una nueva oportunidad el fútbol una alegría más, que grande @elgalgojonas#Independiente Campeón Copa Sudamericana 2017 pic.twitter.com/aWo83O2htw&— TodoDeportes® (@TodoDeportesCol) 14 de diciembre de 2017
También hubo cargadas a Flamengo por haber festejado antes de tiempo. Las bufandas que anticipaban al conjunto brasileño como campeón fueron un combustible para que los jugadores salieran a la cancha todavía más motivados. Bustos, en el vestuario del Maracaná, tenía una de esas bufandas y se la ató en la cabeza. Fernández le siguió el juego.
El plantel de Independiente tenía previsto volar hacia Buenos Aires a partir de las diez de Brasil -las nueve de Argentina-. Llegará a Aeroparque cerca del mediodía. Desde ahí comenzará una caravana hasta el Libertadores de América, previo paso por el Obelisco. Ya en la cancha el trofeo será compartido con todos los simpatizantes que quieran ir.
Habrá más festejos antes de que se vayan de vacaciones. Tiene sentido: no todos los días se gana una Copa Sudamericana en un estadio tan mágico como el Maracaná.


