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La vida futbolística de Carlos Salvador Bilardo siempre estuvo emparentada con el resultado; acaso como un símbolo de la mayor antinomia habrá que recordar su posición frente al pensamiento -en la vereda de enfrente- de César Luis Menotti-, que tuvo su pico más controvertido en la década del 80; y se podría seguir... Ayer, en el Monumental, el médico Bilardo cambió los movimientos tácticos que tanto potencia en los entrenamientos por un show mediático con una figura central: él.
Salió Estudiantes al campo de juego y empezó la función; el DT se sentó en una silla y, a su lado, sobre una mesa, se advertía una botella de champagne y un radiograbador. El árbitro Héctor Baldassi se dio cuenta y demoró el comienzo del cotejo; se arremolinaron los fotógrafos y diez minutos después comenzó el partido. Antes, Bilardo destapó la botella, se sirvió una copa y la tomó; después desaparecieron la mesa y la botella, durante el primer tiempo, aunque en realidad fue ubicada en un costado del banco de suplentes.
En el entretiempo -ya River se imponía por 2 a 0- tomó intervención Claudia Barcia, fiscal de Instrucción Nº 11-, que estaba en el estadio en caso de alguna contravención. La fiscal invitó a Bilardo a que aclarase el caso en una oficina; él no podía entrar en el campo de juego -le aclaró Claudia Barcia- con una de bebida alcohólica y que debía llevársela para comprobar su contenido.
Es fácil imaginarse la negativa de Bilardo; forcejeó y discutió con medio mundo, incluso con la policía. Argumentó: "Entregaría la botella con un precinto; yo no sé si le pondrán algo adentro para inculparme", sostuvo el DT. Y agregó: "Ahora tengo que conseguir un perito químico porque dentro de tres días se abrirá la botella. Van a encontrar Gatorade con agua. Tengo 50 años en una cancha y se creen que soy un Carlitos para llevar alcohol a un campo de juego".
El escándalo tomó otra vía: la fiscal se llevó la botella, no hubo ninguna detención para el DT y le hicieron firmar una declaración contravencional. Así, otra vez volvió el fútbol con el segundo tiempo. Eso sí: Bilardo no volvió en el entretiempo a los vestuarios y no hizo la charla técnica con sus jugadores; decidió un cambio en el costado de la cancha -Mariano Pavone ingresó por Rafael Maceratesi-; ya no tenía a su lado la botella de champagne y River conquistó el tercer gol.
Más tarde, Bilardo minimizó la derrota de su equipo y admitió que ya no le interesa ganar; "Voy a la cancha a divertirme". No fue casual: el DT le contestó elípticamente a una crítica que le hizo Hugo Gatti en una nota que apareció en el diario español AS, donde el ex arquero es columnista. Y remató su ironía: "Los errores de Estudiantes los vamos a corregir como producto de la improvisación...". El ómnibus de Estudiantes dejó el Monumental cuando ya era domingo a la noche. Según Bilardo, abriría una botella de champagne en la concentración de City Bell. "A pesar de la derrota", dijo.



