La práctica de Boca: el pedido de Alfaro, las dificultades ofensivas y las joyas de De Rossi y "Bebelo" Reynoso
Son días complicados en Boca. Una época revolucionada por todo lo que sucede dirigencialmente a menos de un mes de la elecciones (serán el 8 de diciembre). No obstante, adentro de la cancha, el conjunto de Gustavo Alfaro empieza a aprovechar estas semanas de fecha FIFA para trabajar cuestiones que le permitan terminar el semestre como líder del torneo, el gran objetivo del entrenador siga o no en 2020.
Antes que Argentinos (en la Bombonera) y Rosario Central (en Arroyito, el mismo día de los comicios), el equipo debe enfrentar a Unión en condición de local, en la primera parada que tiene por delante. Esta mañana siguió con los entrenamientos, acompañado de un clima armónico y de apoyo por la gran cantidad de hinchas que concurrieron al Complejo Pompilio.
Se pudo ver una buena cantidad de minutos del trabajo. En especial, un ejercicio táctico de defensa y ataque, con la formación partida a la mitad: de un lado del campo, los cuatro defensores y el doble cinco; del otro, la línea de tres volantes ofensivos y el punta. ¿El objetivo? Buffarini, López, Izquierdoz, Más, Campuzano y Alan Vega (volante, categoría 2000) conformaron el bloque defensivo, que debía achicar los espacios y -una vez recuperada la pelota- saltear la presión a través de cuatro pases. Salvio, Reynoso, Zárate y Ábila, los atacantes, tenían que trasladar la pelota con movilidad, romper líneas y, por supuesto, llegar al gol.
¡DIBUJE, TANO! En el entrenamiento de Boca Daniele De Rossi tiró una tremenda rabona que terminó en un golazo sorprendiendo a todos. ¡El talento de un Campeón del Mundo! pic.twitter.com/HR4zzPayPl&— SportsCenter (@SC_ESPN) November 13, 2019
¡Pero qué golazo, Bebelo! Reynoso aguantó a De Rossi, enganchó para la izquierda y clavó un remate al ángulo imposible de atajar, en el entrenamiento de Boca. pic.twitter.com/5mjeukpaMB&— SportsCenter (@SC_ESPN) November 13, 2019
Y ahí está el gran problema. En la media hora a las que se pudo acceder, se observaron los inconvenientes que muchas veces tiene el equipo en los partidos: las prácticas, por momentos, parecen ser una postal de los encuentros por los puntos, tanto en lo defensivo como en lo ofensivo. Atrás, mucha fortaleza; adelante, muchas vueltas y pocas concreciones. De hecho, el propio Alfaro dio cuenta de eso con una especie de muestra de disconformidad: "¡Vamos, muchachos! Dale que vamos a jugar a las 5 de la tarde (por el partido ante los santafecinos) y va a hacer este calor", comenzó el "reto" el técnico. Y pidió: "Quiero intensidad, que se acostumbren".
La jornada matutina del miércoles contuvo un ambiente muy pesado, húmedo, como el de los últimos días. Se notó en Mauro Zárate, que además de un dolor en el brazo por un forcejeo intenso por la pelota con Weigandt, se tomó muchos segundos para tomar aire. La cuestión es que a la hora de atacar no se vio algo más interesante que los movimientos de Toto hacia adentro para arrastrar marcas y crear un espacio por afuera, o bien sus clásicos desbordes -para ambos perfiles- en los que evidencia esa jerarquía que tienen los jugadores con muchos años de fútbol europeo encima. Otra de las perlitas, el golazo al ángulo del segundo palo que convirtió Bebelo con su zurda para que finalice la práctica. Aunque, en general, con la pelota solo hubo pases intrascendentes, poca dinámica y escasa presión efectiva para volver a tener la posesión.
Hay que poner el asterisco en que tanto Marcone como Almendra trabajaron en kinesiología: sin lesiones, pero con necesidad de recuperarse luego del aburrido empate ante Vélez. Y que tanto Capaldo (Sub-23) como Alexis Mac Allister y Andrada (selección mayor) fueron citados por Fernando Batista y Lionel Scaloni, respectivamente. Por eso, hubo varios juveniles trabajando y un doble cinco titular improvisado.
Por último, la buena presencia de hinchas hizo que algunos jugadores se acercaran a la tribuna a firmarles autógrafos. Luego de que varios futbolistas pasaran de largo al vestuario, Daniele De Rossi fue el primero que entendió que había que darles cariño a esa gente, en especial a los niños: "¡Daniele, vení! ¡Tano!", se oyó con esa voz fina de uno de los pequeños. El romano enseguida se acercó y firmó cada una de las camisetas que le dieron. Luego, se sumaron Marcos Díaz y Marcelo Weigandt.
Boca empieza a poner el foco en Unión. Pero la sensación parece ser la misma de siempre: debe mejorar mucho, especialmente en la gestación y agresión ofensiva.
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