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Cada grito de Luis Suárez es un estiletazo para Barcelona. Cada festejo del uruguayo con Atlético de Madrid es un recuerdo del jugador que el conjunto catalán dejó escapar. Perdido en la medianía en las posiciones, Barça sufre sin poder entrar, todavía, entre los primeros cuatro lugares que le permitirían llegar a la Champions League. Pero esta es una crónica del equipo del Cholo Diego Simeone, que le ganó a Alavés en la última jugada (2-1) y solidificó su lliderazgo en la Liga de España. El equipo que es presente, mientras los demás siguen pensando el equipo que podrían ser.
Atlético de Madrid se había puesto en ventaja por un gol del mediocampista Marcos Llorente. Con asistencia, claro, de Luis Suárez. Pero eso no significó que se tratara de un partido sencillo. Un poco más ofensivo para poder abastecer a su principal goleador, el equipo de Simeone tiene incluso hasta una posesión del balón superior (este domingo llegó al 60%), pero no impone, sin embargo, ese dominio abrumador con el que casi siempre castigan al resto de los equipos de La Liga los poderosos de siempre.
Lo de los colchoneros es más sacrificado. Y el sufrimiento no deja de ser un condimiento. A seis minutos del cierre del partido, Felipe, un entusiasta zaguero brasileño, se abalanzó sobre la pelota como lo hace sobre sus rivales en cada acción. El impetuoso orgullo que tantas veces se ponderó en los exitosos lances defensivos, quedó esta vez ridiculizado por un remate torpe que se metió junto al palo del arco defendido por Jan Oblak, su compañero. Empate a seis minutos del final.
El fuego amigo hizo más dolorosa la idea de aceptar que esos tres puntos casi asegurados se escapaban... pero apareció Luis Suárez. El uruguayo empujó la pelota, nada más, se puede decir, luego de un pase del portugués Joao Felix, el verdadero gestor de la acción de la victoria. Pero naturalmente las luces seguirán al artillero. Porque ya tiene nueve goles en la Liga, dos más que su amigo Lionel Messi, que aún lo extraña. Siete más que el danés Martin Braithwaite, que ocupó el lugar que él dejó en Barcelona.
Atlético de Madrid ya suma 38 puntos, dos más que Real Madrid (y 13 más que Barcelona). Pero lo mejor es que la diferencia potencial es mucho mayor, porque el equipo de Simeone tiene apenas 15 encuentros jugados, dos menos que los madrileños.
LA NACION