Nicolás Larcamón, el DT que casi llega a Independiente, pero aún no dirigió en Argentina: “Todo se sabe, todo se filtra”
El director técnico de Cruz Azul, líder en México, analiza su estilo de conducción y su carrera en nueve equipos de cuatro países
15 minutos de lectura'

La foja de director técnico de Nicolás Larcamón en primera división ya pasó los 300 (322) partidos, pero ninguno de ellos fue en el fútbol argentino, donde empezó a olfatear lo que era conducir un plantel de la máxima categoría cuando acompañó como asistente a Alejandro Nanía en un interinato de seis encuentros en Nueva Chicago. Por entonces tenía 28 años, era contemporáneo de muchos jugadores que recibían indicaciones. La razón de esa precocidad en la carrera de entrenador se encuentra en la osteocondritis en una rodilla que a los 22 años acabó prematuramente con su trayectoria de futbolista en Los Andes.
Actualmente dirige a Cruz Azul, puntero e invicto en 10 fechas -con un tramo de siete victorias consecutivas- del torneo Apertura de México. A Larcamón, nacido en La Plata hace 41 años, le toca administrar la ansiedad de un club que en este siglo solo obtuvo un título local (2021), muy poco para lo que es su historia y la valoración de mercado de su plantel (82,10 millones de euros, según Transfermarkt, solo por debajo del de América, con 107,40 millones).
Los destinos del fútbol llevaron a Larcamón por Venezuela (Anzoátegui), Chile (Antofagasta, Huachipato y Curicó), Brasil (Cruzeiro) y México (Puebla, León -campeón de la Concachampions-, Necaxa y Cruz Azul).
En charla por Zoom con La Nación, Larcamón deja en claro que entre sus deseos está el de dirigir en la Argentina. Pero no a cualquier precio, como el que le quiso imponer Independiente, que lo anunció como su entrenador después de Carlos Tevez y antes de Julio Vaccari. Lo explicará en la entrevista con el conceptualismo que aplica en cada una de sus respuestas. Prefiere la argumentación a la frase de impacto.

-Tras retirarte como jugador, hiciste un profesorado de educación física y cuatro años de arquitectura. ¿Cuándo y por qué decidiste ser director técnico?
-Fue realmente una circunstancia algo fortuita, porque nunca lo tuve en mente, o solamente concebía la idea de vivir vinculado al fútbol como jugador, el sueño de todo niño. Pero cuando ese sueño se truncó, nunca imaginé que podía haber encontrado una vuelta por el lado de entrenador. Tenía medio preconcebido que los entrenadores eran figuras más vinculadas a ex jugadores que a un desconocido que solamente había tenido un paso fugaz por un plantel profesional. En paralelo a mi carrera de arquitectura empiezo a entrenar categorías formativas e infantiles en Nueva Chicago, como un hobby. Empecé a encontrar en ese espacio un lugar en el que me sentía muy a gusto, apasionado. Y bueno, como todo, a medida que vas involucrándote más, vas encontrando en la capacitación oportunidades de crecer en conocimiento, en tomar desafíos cada vez más importantes. Y la verdad que de manera bastante meteórica pasé de entrenar una escuela de fútbol a dirigir fútbol juvenil en Los Andes y la reserva en Nueva Chicago, donde fui asistente de Alejandro Nanía en el interinato de seis partidos en primera; fuimos a la Bombonera, enfrentamos a Racing, al Rosario Central del Chacho Coudet. Ese fue mi primer acercamiento al fútbol profesional. Fue una experiencia fugaz, pero muy linda. Ahí sí verdaderamente sentí que podía desarrollarme como entrenador. Tenía 28 años.
-¿Y cómo siguió la historia?
-Cuando Nanía vuelve a dirigir la reserva de Nueva Chicago yo quedé como asistente técnico y sentí una sensación de insatisfacción. Ahí es donde también el destino fue abriéndome camino con un viaje a Venezuela, por el tema de un representante que quería comprar el 50% de un club. Viajé para asesorarlo, viendo algunos jugadores, un poco la infraestructura. En paralelo aproveché el viaje para vincularme con gente que a los tres o cuatro meses me dio la primera oportunidad como entrenador principal en Deportivo Anzoátegui.
-¿Los años de estudiante de arquitectura te dejaron algo para aplicar en el fútbol?
-Yo creo que el espacio universitario siempre te aporta. Primero, la dedicación, el detallismo propio de cualquier proyecto de arquitectura, y toda la creatividad vinculada con el diseño, lo espacial, lo estético, el comprender incluso el sentir de la persona que te propone el proyecto. Y sobre todo la dedicación, yo estudiaba en la Universidad de La Plata, viajaba dos horas para ir, dos para volver. Era un esfuerzo tremendo para poder llevar adelante la carrera y en ese sentido creo que esa dedicación, esa tenacidad y constancia, sobre todo ese esfuerzo permanente, es muy propio de lo que te demanda el fútbol en otros aspectos, pero en definitiva sí hay ciertos puntos de encuentro.
-Gran parte del ambiente futbolístico argentino no te conoce. ¿Cómo te presentarías como entrenador?
-El tiempo pasa tan rápido, pero ya son 10 años, más de 300 partidos dirigidos en primera división. Antes quizá esta misma pregunta la contestaba un técnico más emergente. Con pasos por Cruzeiro, Cruz Azul, equipos de una magnitud muy importante. Siendo ciertamente joven como entrenador y no peinar tantas canas como otros más experimentados y con recorrido, soy un técnico que ya tiene mucho bagaje, dirigí nueve equipos en cuatro países. En términos futbolísticos, en todos lados nos han reconocido mucho una propuesta ofensiva, atrevida, dinámica, con mucha intensidad. Hemos propuesto un fútbol muy atractivo que identifica mucho a los hinchas. Gracias a Dios en los pasos que he tenido, tanto en Chile como en México y Venezuela, los recuerdos de mis equipos siempre son gratos, buenos, y eso habla de que en definitiva es el fútbol que conecta con el espectador y que representa sobre todo la identidad de los clubes en los que hemos podido estar. Así que en ese sentido me puedo jactar y me identifico con una idea de fútbol de mucha valentía y atrevimiento, sobre todo de un espíritu muy colectivo.

-¿Te molesta que aquí no se tenga mucho conocimiento de tu trayectoria?
-Soy consciente de que el fútbol argentino es como... muy egocéntrico, no sé si es la palabra. Hay más una apertura a lo que pueda suceder en Europa y en Sudamérica con la Copa Libertadores. Todo lo que gira por fuera de ese universo está muy poco consumido. Y está bien, no por nada somos lo que somos, una potencia futbolística. Todo el resto queda muy por fuera del radar y hasta cierta medida siento que un poco se subestima y relativiza el fútbol mexicano, a la MLS. Quizás en el Mundial de Clubes, que puso a competir a los mejores equipos con los de la Concacaf, se evidencia un poquito más la fuerza competitiva que hay también en estas latitudes. Pero me queda claro, no pretendo cambiar nada. El día que desembarque en la Argentina con algún proyecto ahí me conocerán por el equipo que dirija.
-¿Quiénes influyeron en tu formación y qué entrenadores tenés como referencia?
-Fui bastante autodidacta, en el sentido de que fui haciendo mi propia versión de metodología de entrenamiento, el modelo de juego. Igualmente he tomado referencias de entrenadores que no conozco personalmente, con los cuales no tengo una vinculación directa, de mentor a alumno. Pero sí, por ejemplo en el caso de los argentinos, Sabella expresaba unos valores que me identifican mucho. Gallardo, en algún momento, me marcó mucho su personalidad, su forma de competir, su versatilidad para poder ganar de diferentes maneras. Creo que para todos los técnicos de mi edad está presente lo que hizo Guardiola en estos últimos 15 años. Indudablemente cambió la idea táctica de cómo estructurar un modelo de juego, tuvo un impacto directo en todo. Si bien no soy un entrenador de juego posicional, de Guardiola tomé muchísimas cosas. Scaloni es un referente en cuanto a la gestión. Ancelotti es otro que me gusta mucho. Es como un rompecabezas, de todos tomo un poco y de ninguno una línea única que me marque lo que tengo que hacer o dejar de hacer.
-El oficio de entrenador cambió y creció mucho en las últimas décadas. ¿Se transformó en un trabajo adictivo?
-Creo que tiene emociones que difícilmente encontrás en otra profesión o ámbito. Las sensaciones propias del día de partido son emociones que te llevan no sé si a la adicción, porque es una palabra muy fuerte, pero sí son irreproducibles en cualquier otro orden de la vida. Hay un alto nivel de demanda, más áreas que intervienen dentro de la dinámica de un plantel, como nutrición, psicología, Big data, por poner ejemplos. Son aspectos que uno integra dentro de la dinámica de la gestión y a la hora de que todo confluya en el entrenador, no deja de ser un puesto de alto nivel de demanda y exigencia. Y que en definitiva te exige estar muy a tope en ese 24-7.
-¿Sigue vigente o quedó desactualizado el encasillamiento técnicos defensivos, técnicos ofensivos?
-Se entiende que el perfil de un entrenador es importante. El perfil abre o cierra caminos. Está claro que hay un plano deportivo y específico para desarrollarse como entrenador, pero también hay un plano comercial, saber que hoy el fútbol también es un negocio, en el que una propuesta defensiva te priva de desarrollar jugadores que puedan tener un perfil de venta importante para la autofinanciación y la buena salud financiera que siempre pretenden los clubes. Esto de ser defensivo y ser ofensivo de alguna manera tiene impacto en las perspectivas de la carrera de los entrenadores. Yo creo que los equipos hoy no se pueden escapar de los análisis donde el dato en definitiva termina siendo algo muy revelador de lo que es la propuesta futbolística de un equipo, y hasta incluso el rendimiento individual de un jugador.
-Me comentaste un poco cuáles son tus objetivos, estilo de entrenador, pretensiones, manera de trabajar. ¿Lo estás consiguiendo en Cruz Azul?
-La verdad es que venimos muy bien. En la liga ganamos siete partidos seguidos, tras dos empates en las primeras fechas y otro en la última. En términos de rendimiento somos el equipo con más remates al arco, con más llegadas en el último tercio del campo, con menos goles recibidos y vallas en cero. Lo que uno persigue se ha alcanzado rápidamente, a sabiendas de que uno siempre se auto exige para ir creciendo en ese rendimiento.
-¿De qué equipos no te querés perder sus partidos?
-Sin salirme de ese amante del fútbol, de la selección argentina, trato de no perderme a Inter Miami, sabiendo que son las últimas funciones de Messi. En lo estrictamente táctico, en cuanto a la propuesta de juego, el Barcelona me gusta bastante. Paris Saint-Germain es otro equipo que me parece distinto y bueno, te agrego a Luis Enrique entre los técnicos que tengo como referente. Barcelona, PSG y Liverpool son los tres de cabecera.
-Dirigiste en la primera división de Venezuela, Chile, Brasil y México. ¿Va a llegar el momento de que lo hagas en la Argentina?
-Sí, sí, confío. He tenido muchas oportunidades. La verdad, tomar la decisión de desembarcar en la Argentina tiene que ver también con, no sé si un costo, pero sí un precio a nivel personal muy grande porque es salirme del anonimato. Yo llego a Argentina y camino por la calle con mi familia, con mis hijos, con mi padre y no tengo ningún problema porque nadie me conoce. Sé que el día que me ponga la campera de uno de los equipos importantes de la Argentina, esa situación quedará atrás. Trabajar en el exterior me da una salud y un anonimato que disfruto cuando voy a jugar al fútbol con amigos y primos. Perder eso me cuesta bastante, pero llegará el momento de ponerme a prueba y mostrar mi valía en mi país. Será desafiante y lindo, sé que llegará ese momento.
-Cuando se fue Carlos Tevez, rechazaste la posibilidad de ser técnico de Independiente tras dos horas de charla con los dirigentes, que habían quedado satisfechos con tu propuesta. Vos adujiste “problemas personales” para no aceptar el cargo y el presidente Grindetti te acusó de no haber cumplido la palabra. ¿Te arrepentís de algo, sentís que te manejaste mal?
-No, en absoluto. Fue una situación que me demostró lo que puede ser el fútbol argentino, con formas diferentes a las que uno está acostumbrado en otros mercados. Fue una situación que estuvo lejos de lo que yo pretendo. Siempre trato de ser muy pulcro y cuidadoso, y los clubes argentinos se manejan de otra manera. Todo se sabe, todo se filtra. Cuando querés un margen de tiempo para tomar una decisión, te quieren precipitar y llevarte por delante con la filtración de una noticia. Sentí que no era el momento para tomar un club en la Argentina. Quizá el error mío fue haber aceptado las reuniones, pero no estuve bien asesorado. Lo que más lamento es lo desprolijo de la situación, sobre todo para el hincha, que queda molesto. Si hay algo que no quisiera en mi país es ponerme en contra de la gente de un equipo grande. Fue una enseñanza para estar bien parado en un futuro para tomar un proyecto coherente y ganador.
-¿Qué tiene que tener un futbolista para ser parte del proyecto Larcamón?
-Un espíritu muy colectivo. Mis proyectos no son con jugadores de tanto cartel o figuras, sino con una idea de construcción colectiva. De alcanzar el mejor rendimiento por el funcionamiento, lógicamente con la impronta personal del futbolista, pero sin depender de la individualidad que nos haga ganar el partido. Me gusta el jugador dinámico, con una condición atlética importante, refinado técnicamente para manejar la pelota.
-Tenés experiencia en el fútbol del continente americano. ¿Qué comparación haces del futbolista argentino con el de otro país?
-El argentino, el rioplatense en general, es muy ambicioso y ganador, con una tenacidad distintiva. Lo distingue la interpretación de los momentos de un partido, con esa capacidad de anticipación. Con una picardía y viveza para que no se les escape nada. En Venezuela tenés jugadores con menos cultura futbolística, pero virtuosos en lo atlético. La capacidad técnica de los brasileños es impresionante, quizá con menos ambición y voracidad competitiva que el rioplatense. El chileno es muy inteligente tácticamente, muy cognitivo; hasta académicamente deben tener mejores niveles de educación porque tienen capacidad para recibir más información y procesarla mejor que en otras latitudes. El mexicano tiene muy buenos atributos técnicos, es dinámico. Lo distintivo del argentino es ese fuego sagrado para no perder ni un fútbol-tenis; lo hace importante en cualquier vestuario.
-¿Cómo equilibras la relación con el futbolista desde lo profesional y lo afectivo?
-Parto de la autenticidad y frontalidad, en una relación sin mucha rosca para alcanzar niveles de confianza y poder charlar un montón de cosas, que inclusive excedan a lo futbolístico, a nivel personal y familiar. Es mucho más simple de lo que muchos creen. Si bien la vida del futbolista para muchos es espectacular, hay un montón de amenazas y cuestiones impostoras. Estoy abierto a charlar de cuestiones financieras, sobre sus entornos, el consumismo que hoy te invade el teléfono. Ellos son blanco de esas campañas para que gasten y gasten mucho de lo que ganan. Que hoy es mucho, pero que el día que se retiran pasan de 100 a cero. Esas cuestiones las atiendo bastante como líder. Me comprometo bastante para que mis jugadores me recuerden no solo por lo futbolístico o lo que ganamos, sino por la relación humana en el tiempo que convivimos.
-En Cruz Azul estás consiguiendo el mejor comienzo para un entrenador extranjero y a su vez el equipo sufrió la peor derrota de su historia en el 7-0 con Seattle Sounders por la Leagues Cup. ¿Cómo gestionas esos extremos?
-Con naturalidad, relativizo ambos extremos. El fútbol es muy dinámico y cambiante. Yo soy muy de procesos, de ir construyendo sobre lo que controlo. Gracias a Dios, en estos 10 años hemos ganado bastante y nos ha ido bien, lo tomé con tranquilidad. No tuve muchos golpes fuertes, pero en cuanto a la goleada que citás, me hice cargo, aun sabiendo que no era una competencia prioritaria para el club. Lo tomé con calma, es otro de mis atributos.
La magia de Paradela 🪄 pic.twitter.com/ODSloaCuWs
— CRUZ AZUL (@CruzAzul) September 21, 2025
-Tuviste a José Paradela en Necaxa y ahora en Cruz Azul. ¿Es el jugador que te representa en cuanto a lo que pretendés?
-José y Agustín Palavecino fueron artífices de la gran campaña que tuvimos en Necaxa. Dentro de nuestro esquema con doble enganche atrás del centro-delantero, José lee muy bien entrelíneas, tiene vuelo. Fue el jugador con más impacto del último torneo, hizo ocho goles y dio seis asistencias. Necaxa es uno de los equipos con más bajo presupuesto y llegamos hasta los cuartos de final de la Liguilla.
-¿Hacia dónde va el fútbol en general como juego?
-Depende mucho de las regiones y de todo lo que involucra culturalmente. Pero hablando del plano de europeo o de los mundiales, cada vez más veo tendencias que son contrarrestadas por una opuesta. Hay una tensión. Pasamos del juego posicional de Guardiola, con su estructura para iniciar las jugadas, a los emparejamientos al hombre en todas las salidas. Ya casi no hay espacios, entonces los equipos son más directos. En líneas generales, el futbolista, atléticamente, ahora es un súper dotado que debe agregarle un refinamiento técnico para manejar los dos perfiles y no perder la pelota bajo presión. Hablábamos de Paris Saint-Germain. La mayoría de los jugadores son menores de 25 años y ya tienen un vuelo técnico y atlético. Creo que el fútbol va hacia la super profesionalización del atleta con una altísima exigencia táctica. Hoy los equipos manejan muchos registros. El que hace juego de combinación también sabe contraatacar.
Otras noticias de Cruz Azul de México
Golazo. Cruz Azul, con el aporte de Lorenzo Faravelli, campeón de la Concacaf: venció en la final a Vancouver 5-0
¿El nuevo Mou? El DT argentino de 39 años, admirador de Bielsa y Guardiola, por el que Porto pagó una cláusula millonaria
Cruz Azul vs. Necaxa: hora y cómo ver en vivo desde EE.UU. la Liga de fútbol MX hoy
- 1
Boca vs. Racing: Claudio Úbeda y Gustavo Costas, de amigos a rivales en busca de la final del Clausura
2Mundial 2026: planificación a largo plazo o repatriación de los hijos del exilio, cuatro países y fórmulas distintas para cumplir el sueño
- 3
Los árbitros, envueltos en la elección a dedo y el sorteo calificado dentro del polémico fútbol argentino
4Simulador del sorteo del Mundial 2026: así pueden quedar los grupos







