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CORDOBA.- Tal vez la mayor virtud de Arsenal, y que puede explicar su gran campaña, incluso su victoria por 1 a 0 sobre Belgrano, es que su juego no tiene misterios. Por el contrario, sus movimientos se sostienen en la sencillez de un esquema muy bien puesto en la cancha y aún mejor interpretado por los jugadores.
Qué mejor para un equipo que tener una defensa de cuatro hombres, quizá rústicos pero muy eficaces en la marca, que no se salen de su libreto de presionar al rival y de ser expeditivos en el rechazo cuando las circunstancias lo exigen; o tener volantes de buena técnica y mejor dinámica, que ayer sostuvieron la presión que les puso Belgrano al comienzo del partido y que después revirtieron esa tendencia yendo hacia Montoya, con la variante de las llegadas de Caffa por la izquierda y de Garnier por la derecha.
A todo esto hay que agregar el buen tándem que armaron en el centro de la cancha Casteglione, en la contención, y Ortiz, con más libertad para acompañar los contragolpes a uno o dos toques de sus compañeros. Y más arriba Raymonda llevando el balón y asistiéndolo cuando podía a Obolo, que no tuvo casi contacto con la pelota o que cuando lo hizo fue simple y contundente, como la vez que se desprendió de ella a los dos minutos del segundo tiempo, despachando un derechazo que dejó parado a Montoya y que fue el que le dio la victoria a su equipo. Estos dos últimos jugadores, como el resto del equipo, no hicieron más que interpretar lo dispuesto por Gustavo Alfaro, que no tuvo otro efecto que el de inutilizar cualquier recurso de Belgrano hasta el punto de sumirlo en la impotencia.
Eso fue lo que Arsenal hizo con Belgrano: lo neutralizó hasta quebrarlo anímicamente. Lo atenazó de tal forma que, en el segundo tiempo, el equipo conducido por Mario Griguol sólo llegó una vez y con un tibio disparo de derecha de Arriola.
Esa imagen de equipo impotente no fue la que mostró Belgrano al comienzo. Durante 15 minutos no le dejó cruzar la mitad de la cancha a Arsenal. Probó buscando por la derecha con Mansanelli o por el otro costado a través de Arriola. Este, el más incisivo, levantó el aliento del público al contagiar su fervor, pero fue poco ante la pálida respuesta de Frangipane y de Soriano. Belgrano, entonces, se fue desdibujando. Su labor, cada vez más ordinaria, dejó de tener ambición en la medida en que Arsenal, con un juego práctico y muy dinámico, le quitó la posesión de la pelota en el medio y despejó cualquier obstrucción escalando a uno o dos toques hacia Montoya.
Mucho tuvo que ver Ortiz, el más libre de los dos volantes centrales, que se desprendía sin complejos sobre todo acompañando a Caffa, un verdadero problema para Turus. Fue bueno el trabajo también de Garnier, llegando por la derecha.
Después de un par de cabezazos de Bolatti, en aquel comienzo prometedor de Belgrano, Arsenal llegó varias veces con claridad para anotar. Hubo un gol aparentemente mal anulado a Víctor López, luego del rebote en un palo, y una entrada solitaria de Caffa que fue bien rechazada por Montoya. El primer tiempo se terminó sin goles. Y el segundo se inauguró con el del triunfo. El balón cruzado por Garnier fue rematado por Obolo a la red. El desarrollo parecía inmodificable. Belgrano se hundía cada vez más en su pobreza; seguía sin aparecer Frangipane, por lo que Griguol tuvo que apelar a Campodónico y Cervera que saltaron desde el banco.
El resultado también fue negativo. Belgrano empezó a generar algún problema para Cuenca luego de la salida de Caffa y Raymonda, dos de los jugadores que mejor administraron el balón en Arsenal. Es que a la par de las decisiones de Griguol, vino la respuesta de Alfaro: Lux en el medio y Valdemarín en la izquierda ayudaron a que la victoria no se le escapara. El final mostró la inercia de Belgrano para dejarse llevar hacia Cuenca. Lo hizo como casi todo el encuentro: sin ideas. Y así le fue. No debió sufrir mucho su adversario para festejar una victoria que lo vuelve a arrimar a los líderes del torneo.
3 derrotas seguidas acumula Belgrano, que venía de caer ante Racing por 1-0 y Argentinos por 2-1.
Hinchas de ambos equipos estuvieron a punto de enfrentarse en un costado de la tribuna norte. La policía lanzó de balas de goma y evitó el choque.
"La gente tiene derecho a enojarse. Arsenal aprovechó bien los laterales y manejo mejor el balón en el medio campo", dijo el DT de Belgrano, Mario Griguol.
En 2007, Belgrano tiene pensado ampliar su estadio en barrio Alberdi. Está en conversaciones con la empresa Astori para ampliar una tribuna popular. La remodelación permitiría albergar a 30 mil personas. Mientras, jugará de local en el estadio Córdoba.

