Retrato argentino

Somos así. Hechos de grandezas y miserias. Vivimos entre dioses y demonios. Somos los mejores o un desastre. En la gloria pasamos facturas, en el fracaso hay traidores. La culpa siempre es de otro, nunca nuestra. Gozamos como nadie, sufrimos como ninguno.

No hace falta explicar quién es Grondona ni presentar a Maradona. Se necesitaron, se usaron, se detestan. Su pelea llegó al Mundial. Una frase del N° 1 de la AFA abrió un triste espectro de voces. Va de la idolatría al odio por Maradona, de la identificación a la lacerante descalificación a Grondona. Todo revuelto y en el mismo lodo.

"Es fácil reunir argentinos; unirlos, imposible", describió Jorge Guinzburg en "Retrato de familia". El Mineirao reunió a miles de argentinos. Millones aquí se preguntan por qué no podemos unirnos. La respuesta estuvo en Belo Horizonte apenas Messi dejó de ser "catalán" para ser el mejor del mundo. Argentino, claro. La respuesta volvió a dividirnos y bajó de la tribuna: "Se fue el mufa y ganamos". ¿Ganamos?