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Los primeros peritajes químicos de la autopsia que se le realizó al arquero de Independiente Lucas Molina revelaron que el futbolista falleció como consecuencia de una muerte súbita. Así, pese que aún restan algunas pruebas, quedaría descartado un caso de intoxicación o de envenenamiento.
"De acuerdo con los elementos reunidos hasta el momento, todo indicaría que se trató de una muerte natural. Esto se corrobora con los resultados preliminares de los peritajes. Aunque faltan aún algunos exámenes", confió una fuente judicial a LA NACION.
Molina, de 20 años, falleció el domingo último mientras era trasladado desde su casa hasta el hospital Ernesto Sabato, en Berazategui.

