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A pesar de estar visiblemente cansado, Jorge Lombi, delantero del seleccionado argentino de hockey sobre césped y goleador de los Juegos Olímpicos con 13 tantos en 7 partidos, se hizo un rato para visitar la redacción de La Nación , a su regreso de Sydney.
Ni bien llegó a la redacción, pidió un café para vencer el sueño que por momentos parecía ganarle "Hay que aguantar sin dormir hasta la noche sino no superás más la diferencia horaria" aclaró Lombi mientras pedía ver las fotos de Sydney que había en el archivo y que le envíen sus festejos por e-mail para guardarlos. "No sé si voy a otros Juegos" acotó rapidamente para justificarse.
Luego comenzó la charla sobre su actuación en Australia. "Yo creo que los goles dependen de todo un equipo. Tuvimos una alta efectividad en los córners cortos, pero no fue todo mérito mío. El equipo tuvo actuaciones desparejas. Supongo que será un poco por falta de experiencia, necesidad de sumar partidos internacionales. Después es cuestión de nivel de juego, de concentración; pero igual, estamos muy contentos.
"Nos hubiera gustado terminar quintos o sextos; pero cuando finalizó el torneo pensamos que habíamos llegado últimos y terminamos octavos y eso es muy bueno", dijo el jugador de Ciudad de Buenos Aires.
Para finalizar, se preocupó por destacar la excelente organización de los Juegos y la más que meritoria labor del seleccionado femenino de hockey. Sólo quedaba definir la sensación de ser el goleador de Sydney 2000. "Yo no lo esperaba para nada. No tuve un premio especial pero recibí felicitaciones, más que nada de los jugadores de otros paises. Algo que nunca me hubiera imaginado que me pasase. Se ve que no me tenían fe", acotó Lombi, con una sonrisa.




