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Boca se quedó con la última palabra y con Fernando Cáceres y Néstor Fabbri para que esta noche jueguen en el equipo de Bilardo frente a Racing. Daniel Passarella procedió de inmediato, tal como lo había anunciado: convocó a otros dos jugadores en reemplazo de los zagueros centrales. Así, poco después del mediodía de ayer, los defensores Eduardo Berizzo, de River, y Carlos Galván, de Racing, se incorporaron a la concentración del seleccionado, en el predio de Ezeiza. Por la mañana se había sumado Gabriel Batistuta, procedente de Italia. Para mañana se esperan las llegadas de Diego Simeone, Matías Almeyda y Claudio López, desde España.
La Argentina se prepara para enfrentar a Venezuela el miércoles próximo, en San Cristóbal, por las eliminatorias. Berizzo, con sólo 8 partidos oficiales en River tras su regreso desde México, se integra por primera vez al seleccionado. Galván formó parte del plantel del Preolímpico y actuó en un solo cotejo (ante Colombia), además de un amistoso frente a Dinamarca.
¿Por qué Boca anteayer cambió de decisión en las horas que van de la tarde a la noche? ¿Por qué el vicepresidente Pompilio primero dijo que les dejaba los jugadores al seleccionado y después Boca los pidió para enfrentar a Racing? Desde ya que importó la pretensión de Bilardo de contar con ambos defensores, pero quien influyó en forma determinante fue Mauricio Macri, que se encuentra en el exterior. Enterado de la situación, el presidente de Boca dio precisas instrucciones por teléfono. De apuro se convocó a una reunión extraordinaria de comisión directiva, de la cual Macri participó manteniéndose en línea abierta. La votación fue de 13 a 6 en favor de que Cáceres y Fabbri jueguen ante Racing. Inclusive, ante lo repentino del encuentro, algunos dirigentes votaron por teléfono. Boca se comprometía a que los dos jugadores se reintegraban al seleccionado ni bien terminaba el cotejo con Racing- Durante su campaña, Macri hizo hincapié en defender los intereses de Boca. Recordaba, y ponía como un error que no debía repetirse, la cesión al seleccionado en 1991 de Batistuta y Latorre, sin los cuales Boca perdió por penales la final del campeonato frente a Newell`s. En aquella oportunidad, la Argentina los solicitó para la Copa América de Chile.
Boca recibió el 20 de septiembre último el programa de preparación del Departamento de Seleccionados Nacionales; cinco días después, antes de que se conociera la lista de convocados, el club de la Ribera pidió a la AFA "que, ante las posibles citaciones, se tuviera muy en cuenta el partido que la entidad debía disputar el 3 de octubre por la Supercopa".
Pompilio conversó anteayer telefónicamente con Passarella en tres ocasiones, durante 40 minutos, sin llegar a un acuerdo.
Fabbri y Cáceres se entrenaron ayer por la mañana con el seleccionado y, después del mediodía, se sumaron a la concentración de Boca, en el hotel Nogaró. A ambos se los vio muy tensos, contrariados y se negaron a conversar con la prensa. "Estoy muy enojado", comentó Fabbri al paso, cuando ingresaba en el alojamiento.
Obviamente, los jugadores son los que más incómodos se sienten en este tipo de situaciones, porque aparecen tironeados por intereses enfrentados y ellos desearían complacer a las dos partes, pero es imposible.
Cabe recordar que Mauricio Pineda quedó al margen de esta controversia porque no figura inscripto en el plantel de la Supercopa.
Más allá de todos estos avatares, el plantel continuó ayer con los entrenamientos en doble turno. Por la tarde, Berizzo y Galván participaron de la práctica de fútbol de 11 contra 11, con la inclusión de algunos juveniles del Sub 17 para completar los equipos.
Además de los dos nuevos, también trabajaron Burgos, Cavallero, Abbondancieri, Hernán Díaz, Ayala, Pineda, Sorin, Astrada, Molina, Albornoz, Morales, Sergio Berti, Ortega, Batistuta y Guillermo Barros Schelotto.
César Menotti y Ramón Díaz se mostraron solidarios con Daniel Passarella y criticaron a Carlos Bilardo por exigir a Fabbri y Cáceres para Boca. El técnico de Independiente dijo: "Estoy de acuerdo con Passarella. Quiénes somos nosotros para opinar que éste es un capricho suyo. Passarella es el que decide, el que manda. Lo que no se puede hacer es decirle al técnico "dame un jugador a la mañana que te lo devuelvo a la tarde`. Me avergüenza y me parece hasta ridículo que una semana antes de un partido tan importante, en el que la Argentina necesita ganar, se esté hablando de estas cosas. En este tipo de casos, los que nunca tienen razón son los dirigentes, que no respetan lo firmado".
Ramón Díaz comentó: "Boca se equivoca en no darles los jugadores al seleccionado. Hay gente que se olvida que es la prioridad número uno".
Carlos Bilardo debe afrontar, impensadamente, otro frente de batalla. A las controversias de los últimos tiempos con Menotti y sus seguidores, los casos por las barrabravas y por el control antidoping, ahora le suma uno que, según sus palabras, intuía: el de los jugadores de Boca desafectados del seleccionado. "Yo no soy el dueño de Boca. No juzgo a nadie por sus actitudes. Lo que tengo en claro es que el club actuó dentro de la reglamentación. Nos manejamos en los plazos que esa reglamentación estipula. La dirigencia afrontará la situación con la documentación que fue presentada en su oportunidad y que avalan lo actuado", sentenció el director técnico.
El ex entrenador del seleccionado habló públicamente en la puerta de la concentración de Boca, en el hotel Nogaró, a las 16.45, con un gesto de aparente calma, diez minutos después de que Fabbri y Cáceres ingresaran en ese lugar, desencajados por la noticia de sus desafectaciones. Bilardo, fiel a su estilo, se detuvo a responderles a los ocasionales transeúntes que le preguntaban por el futuro de los futbolistas que quedaban fuera de la selección: "Van a volver a jugar en el seleccionado. Esto no es definitivo. En su momento fue desafectado Caniggia y al tiempo se lo volvió a convocar por su buen rendimiento".
Una última reflexión, pero esta vez a la prensa, salvaguardando la buena predisposición del club para con el seleccionado: "Yo no tengo nada que ver. Boca siempre está dispuesto a ceder a sus jugadores.
"Es más, Simeone llega el viernes (por mañana) y nosotros, a Cáceres y a Fabbri, los devolvíamos antes y sin tantas horas de viaje. Los dirigentes me preguntaron qué grado de importancia tenía el retener a los dos jugadores. ¿Ustedes qué hubieran dicho en mi lugar...? Yo ya demostré que me ajusté a lo que se pedía cuando dirigía al Sevilla".
Cuando se depende de la buena voluntad de terceros se corren riesgos. Por ejemplo, Boca retira a Fabbri y a Cáceres del seleccionado y Racing no pone ni una objeción para que Galván se entrene full-time con el plantel nacional. Ante el mismo compromiso -el partido de esta noche por la Supercopa-, ambos clubes adoptan diferentes posturas. En el medio, como una frase desgastada y acomodada a las conveniencias, queda el clisé "Seleccionado argentino, prioridad número uno". A los dirigentes de nuestro fútbol, que hace años elevaron al seleccionado a ese rango, les compete que esa máxima tenga un cumplimiento efectivo, para que no quede como un simple enunciado moral, vacío de contenido.
En definitiva, Boca usó el pragmatismo para sacar ventajas de la falta de pautas claras de organización. Porque Boca no violó ni transgredió ninguna reglamentación al solicitar a sus dos zagueros centrales. Por disposición de la FIFA, los clubes del extranjero están obligados a enviar a los futbolistas argentinos con cinco días de anticipación. Esa norma es de aplicación internacional y no regula la relación seleccionado-clubes locales.
¿Qué hay estipulado dentro de nuestras fronteras? Nada; el Comité Ejecutivo de la AFA no estableció con cuánta anterioridad los jugadores quedan afectados exclusivamente al seleccionado. Entonces, el compromiso firmado por los dirigentes de "colaborar con la prioridad número uno" es una declaración de principios con mucho de buena voluntad. Y Boca no la tuvo. Antepuso sus intereses.
Como Passarella tampoco aflojó una centésima, resignó a dos jugadores con más de 20 partidos internacionales y experiencia en mundiales para llamar a Berizzo y a Galván, que casi ni conocen lo que significa el roce de la camiseta blanquiceleste.
A nadie que tenga algo que ver con el fútbol le conviene que al seleccionado le vaya mal. Para tenerlo en cuenta antes de que sea tarde.
CARACAS.- Pese a que en el seleccionado argentino tienen entendido que el estado del campo de San Cristóbal es muy malo, el director del estadio Pueblo Nuevo, César Semidey, aseguró que el escenario "lucirá completamente renovado y con un terreno impecable" para el cotejo del miércoles próximo entre Venezuela y la Argentina. El funcionario indicó que se invirtieron 31.000 dólares en las diferentes mejoras. "La cancha está cerrada desde hace cuatro días para recuperar el césped. Algunas áreas se encuentran bajo tratamiento integral, con la intención de presentarlas totalmente verdes, sin desniveles", agregó Semidey sobre el estadio de la región andina, situado a 560 kilómetros al sudoeste de Caracas.
De esta manera, Semidey salió al cruce de algunas críticas que efectuaron el preparador físico Ricardo Pizzarotti y Salvador D`Antonio, cuando hace un par de semanas hicieron una visita de inspección. Semidey hasta se permitió una desafiante comparación: "Sin duda que el césped del Pueblo Nuevo está en mejores condiciones que el de la Bombonera; hace poco pude observarla y tiene varias imperfecciones".
También hubo reformas en las tribunas y en el sistema de iluminación. El seleccionado argentino tendrá dos horas para hacer el reconocimiento del campo; seguramente lo hará el martes próximo, por la tarde.
