Lambru, el desafío del goleador con una mano amputada
Como el resto de los jugadores del Petrolul Ploiesti, Cosmin Lambru sueña con ver a su club en la primera división de Rumania, pero este delantero de 19 años tiene también otro desafío a nivel profesional: encontrar el dinero necesario para comprar una nueva prótesis para su mano izquierda amputada. Él es una excepción en el universo del fútbol: tras un accidente perdió buena parte de uno de sus miembros superiores, pero ha logrado imponer su talento.
A una semana de la reanudación del torneo de la tercera división, Cosmin y sus compañeros están impacientes por volver a pisar las canchas. Para el muchacho de 1,72m y cara de adolescente, la llegada del buen tiempo es sinónimo también de alivio. “Cuando hace mucho frío, tengo dolores muy fuertes”, explica. Pero inmediatamente reniega de su supuesta mala suerte: “Estoy acostumbrado a estos rumores (...), me he recuperado de situaciones más difíciles”.
Tenía siete años y jugaba con amigos en la calle “cuando un camión se desequilibró” y le aplastó la mano. Le siguieron cuatro operaciones y tres meses de hospitalización durante los cuales, Cosmin, que jugaba desde los cuatro, se aferró a la esperanza de volver a jugar al fútbol.
Zurdo, tuvo que aprender a realizar los gestos de la vida diaria con la mano derecha. Con los botines puestos también tuvo que reinventarse, cambiar la manera de moverse. Pese a todo, nunca pensó en renunciar a su pasión. “Ni siquiera puedo imaginar cómo hubiese sido mi vida sin el fútbol”, asegura.
Con la camiseta amarillo canario del Petrolul Ploiesti, un equipo de una ciudad cercana a Bucarest, Cosmin corre, gambetea, cae y se levanta con la misma agilidad que sus compañeros. Apenas su brazo izquierdo, mucho más flaco que el derecho, lo diferencia. Una prótesis disimula. Gracias a ella, “antes no notaba casi diferencia con la mano derecha”, pero no se la han cambiado en dos años y ahora está “muy desgastada”, constata.
Cuando era niño podía cambiarla gratuitamente, pero desde que es mayor de edad se la debe costear él mismo y una nueva cuesta 8.000 euros... transporte y alojamiento incluidos, ya que la clínica que la hace está en Italia.
Armado con una sonrisa luminosa y un gran sentido del humor, el futbolista ha lanzado un llamado para conseguir donaciones y reunir la suma necesaria. Y Cosmin no es de los que se desaniman, dice su entrenador Romulus Ciobanu: “Es un luchador”.
Hijo de un futbolista y fan de Lionel Messi, porque es “trabajador y poco arrogante”, Cosmin dice llevar “el gol en la sangre”. Esta temporada suma cinco goles en seis partidos.
Los futbolistas profesionales discapacitados son una excepción: Oro olímpico en 1928 y campeón del mundo en 1930, el uruguayo Héctor Castro no tenía mano derecha. El alemán Robert Schlienz, al que le amputaron una parte de su brazo izquierdo tras un accidente, brilló en la Bundesliga en la década del ‘50. En 2013, Martin Hofbauer, jugador austríaco amateur de la primera división, fue autorizado en 2013 por la FIFA a jugar con una prótesis en una pierna en un partido oficial, un hecho sin precedentes en la época.
Cosmin Lambru ve más allá: “No quiero que me vean como un jugador sin mano, Quiero que me valoren como futbolista” porque el accidente “me hizo trabajar diez veces más”
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