

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
La historia dice que el trabajo que realizan los grandes maestros para la formación de los esgrimistas es uno de los aspectos fundamentales de este deporte. Italia y Francia fueron los países que instauraron la enseñanza especializada, que más tarde fue adoptada por casi todo el mundo. La Argentina no estuvo al margen de esta evolución y se adaptó gracias al trabajo de varios maestros, como Guillermo Saucedo, José María Casanova y José Domínguez, cuyas trayectorias los autoriza para analizar a la esgrima nacional. "Ahora la esgrima se volvió más deportiva, más física, veloz y agresiva. En nuestro país no se realiza el entrenamiento necesario para tener éxito mundial ni panamericano. La mayoría de los esgrimistas argentinos trabaja o estudia, por eso se entrena muy poco", dice Casanova, que fue campeón nacional y sudamericano de sable.
"La velocidad de años anteriores y la de ahora es la misma, pero antes se mantenían más frases de armas y la técnica y la táctica eran mucho más ricas", agrega Saucedo, que obtuvo 15 campeonatos argentinos, 5 sudamericanos y dos panamericanos de florete, además de dos títulos nacionales de espada y 4 de sable.
"Por ganar velocidad se perdió un poco el juego fino, el arte. Hoy, la esgrima es mucho más atlética que hace 20 o 30 años", completa Domínguez, campeón argentino de florete juvenil y de interfuerzas de espada.
En medio de los recuerdos, los maestros se animan a hablar del futuro de la esgrima argentina. "Si aumentan los aficionados habrá posibilidades de crecer, porque de la cantidad sale calidad. Pero es difícil, ya que por culpa de la federación, desde fines de los ´60 desaparecieron 30 salas de esgrima", dice Saucedo, y Casanova agrega: "Hay pocas posibilidades con rivales de jerarquía".
Domínguez, que trabaja en el Club Francés y en la Sala de Armas Raúl Saucedo -padre de Guillermo, ex esgrimista-, plantea lo mismo, pero propone una idea: "Hay que hacer un gran trabajo de base; se podría instalar este deporte en los colegios para ganar aficionados con vistas al futuro".
Casanovas, maestro del Club Francés y del Jockey Club, no cree que nuestro país tenga posibilidades en los próximas torneos internacionales. "No hubo progresos", dice. Saucedo, profesor de la Sala Saucedo, de CUBA y del Centro Naval, disiente con él: "Si las nuevas autoridades de los equipos nacionales trabajan con seriedad y disciplina y apoyan a los esgrimistas más capaces, muy pronto veremos resultados alentadores".
Sin embargo, Domínguez tampoco es optimista sobre este tema: "Lamentablemente no hay un trabajo a largo plazo, que tenga como objetivo el futuro".
Disfrutaron tanto de la charla que el encuentro parecía interminable. Sólo las clases programadas y la gran pasión de los maestros por la enseñanza de la esgrima le puso punto final.



