No siempre es la misma receta
Generalmente, la gente pregunta cuál es el mejor programa de entrenamiento que puede encarar para lograr sus objetivos. Y la realidad es que no hay recetas magistrales ni estandarizadas que funcionen para todos.
Por eso, es fundamental tener en cuenta que los programas deben ser individuales, y que cuando éstos se confeccionan deben tener presetne los siguientes factores:
1) La historia atlética deportiva
2) Las experiencias personales con las lesiones o la tendencia a éstas
3) Las metas que se busca cumplir
4) El tiempo disponible para entrenarse y participar en competencias
5) El presupuesto para comprar equipo
6) El talento deportivo y atlético, además del somatotipo
7) El tipo de competencias en el que se va a participar
8) Las experiencias concretadas satisfactoriamente y las no completadas
Tomando en cuenta todos estos factores, los entrenadores pueden delinear un programa adecuado, que funcione de forma correcta según las necesidades requeridas.
Así, la estructura de los programas estará basada en cuatro partes: la velocidad, la resistencia, el balance muscular y la confianza para cumplir los logros planeados.
Y, por último, hay seis decisiones que se debe tomar:
1) Por qué y para qué se entrena
2) Cuánto tiempo se necesitará para realizar el programa planeado
3) Las distancias a correr por día
4) La frecuencia de entrenamiento
5) Cuántos kilómetros por semana se deberán cubrir dependiendo de la exigencia del entrenamiento
6) Cuáles serán los beneficios del programa al completarse
Todo programa va acompañado de hábitos que ayudan a empezar y desarrollar cualquier sistema elegido, por ejemplo: tratar de seguir el plan con la frecuencia programada y evitar dejar días sin cumplir (salvo por lesiones), comer sólo lo que necesitamos y nos hace bien, entrenarse utilizando la técnica adecuada para cada deporte, sacrificar los trabajos que más nos gustan para no dejar de realizar aquellos en los que estamos más débiles, darle la importancia al tiempo que requieren estos buenos hábitos, reconocer los cambios que ocurren en nuestro organismo a partir del entrenamiento y escuchar al cuerpo.
Y, por último, las excusas que no debemos tener en cuenta:
1) No encuentro un lugar adecuado para ejecutar el programa
2) Estoy demasiado viejo para empezar con esto
3) No tengo tiempo, estoy muy ocupado.
4) No consigo a nadie que quiera entrenarse conmigo
5) Hoy hace calor, frío, llueve, está nublado
6) Me aburre
No olvidar que todos somos individuos. Por lo tanto, nuestro entrenamiento debe ser individual.
El autor es profesor de educación física, personal trainer y miembro de los Nike Running Teams
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