Pablo Matera, MVP de la final y abanderado de un plantel con jugadores de elite

Un grupo unido, al punto de que a Christchurch viajaron invitados por la UAR tres históricos como Joaquín Tuculet, Santiago García Botta y Santiago González Iglesias para acompañar al equipo pese a que no estaban entre los convocados. Un plantel amplio, que se refleja en los 40 jugadores que vieron acción y la rotación permanente que impulsó Gonzalo Quesada . El concepto de equipo es una de las claves que explican el fenómeno de Jaguares en esta campaña soñada que los llevó hasta el subcampeonato . Queda a la vista que el entorno potenció los rendimientos individuales: cada uno que entró rindió en gran nivel, y jugadores que no eran tenidos en cuenta al inicio de la temporada terminaron siendo piezas fundamentales. La relación es recíproca: al mismo tiempo, hubo figuras que rindieron de manera excelsa y fueron la columna vertebral sobre la que se erigió esta histórica temporada.

Pablo Matera , Guido Petti Pagadizábal, Ramiro Moyano , Tomás Cubelli , Agustín Creevy y Matías Orlando fueron los mejores jugadores de Jaguares en esta campaña y demostraron tener nivel para ser considerados entre los mejores del mundo en sus posiciones y que podrían ser titulares en cualquiera de los otros 14 equipos del Súper Rugby .

Pablo Matera, el MVP de la final

El tercera línea jugó su último partido en Jaguares y fue reconocido como el MVP de la final, un premio que exalta lo que fue su actuación a lo largo de toda la campaña, que bien podría extenderse a los cuatro años de Jaguares. Un verdadero líder, por voz de mando y por acciones concretas dentro de la cancha. Ball carrier por excelencia del equipo, clave para ganar la línea de ventaja; lideró a Jaguares con 178 acarreos. Desequilibrante cuando se mezcla entre los backs, hábil para dar el pase en el contacto (el mejor del equipo, con 22) y hasta para utilizar el pie, jugada que propició varios tries (el más recordado, para destrabar el partido ante Sharks en Durban). Lo mismo puede decirse de su tackle furibundo: 156 (el máximo del equipo) con 92,5% de efectividad.

Guido Petti Pagadizábal, el punto más alto

El segunda línea surgido del SIC fue el punto más alto de Jaguares a lo largo de toda la campaña. Fue el más regular, rindiendo siempre en alto nivel. Se destacó principalmente por la capacidad para robar pelotas en el line-out (lideró la competencia con 11 según Fox Sports Australia), un arma que se volvió una pesadilla para cualquier rival, además de la obtención de los propios (tercero en el Súper Rugby con 75). Claro que su accionar no se limitó sólo a esta área. Además, fue pieza clave de la defensa (la mayor arma del equipo) con sus tackles ofensivos y, como había insinuado otros años, se lució quebrando reiteradamente la línea de ventaja y ganando metros a gran velocidad, inusual para su puesto. Además, fue el que más minutos jugó: 1298 en 17 partidos, todos como titular, también el máximo del equipo.

Ramiro Moyano, entre los mejores del mundo

Un jugador que año a año sigue creciendo y ya está entre los mejores del mundo en su posición. Las lesiones lo limitaron a 14 partidos, pero cada vez que tomó contacto con la pelota provocó sosiego en el rival. Apoyó siete tries, algunos decisivos como los dos ante Blues que marcaron la diferencia, además de muchos quiebres (18 en total) que propiciaron conquistas de sus compañeros, como aquella decisiva en el gran triunfo ante Hurricanes. Si se va (tiene contrato hasta fin de este año y no aclaró su futuro), se lo va a extrañar.

Tomás Cubelli, visión de juego y desquilibrio

Las lesiones de Bertranou y Landajo le despejaron la titularidad, y en su primer año en el equipo la aprovechó al máximo. El potencial que había plasmado en su larga trayectoria en los Pumas le agregó consistencia fecha tras fecha. Un conductor que combina visión de juego con desequilibrio individual y buena defensa (88,2% de efectividad en el tackle). Este año mostró gran capacidad de pescar pelotas. Después de dos años complicados por lesiones, llega en gran forma al Mundial.

Agustín Creevy, otro líder de calidad

Otro líder natural. Sin tanto desgaste como otras temporadas, evidenció su calidad internacional partido tras partido. Un demonio a la hora de pescar pelotas del rival (siete según Fox, el mejor del equipo) o forzar penales (seis), sólido en el tackle (92%) y en el lanzamiento del line-out (91,9% la efectividad del equipo, la segunda mejor del Super Rugby). Su aporte excede las estadísticas: es uno de los jugadores que más contagia dentro y fuera de la cancha.

Matías Orlando

Temporada consagratoria para el centro tucumano. La potencia que necesita el equipo en el puesto de segundo centro, tanto para tacklear como para quebrar la línea de ventaja. Una topadora. Fue el tryman del equipo (8 conquistas) y el jugador que más tackles rompió (40) y el tercero que más quiebres consiguió (17), además de ser el back con más tackles (102 para 87%) y más off-loads (10).

Menciones especiales

Emiliano Boffelli:es tuvo intermitente, lo que lo bajó de la lista principal. Cuando alcanzó su mejor nivel demostró que es de los mejores fullbacks del mundo. Un demonio en el juego aéreo con gran capacidad de romper la línea de ventaja. Tryman histórico del equipo (18).

Marcos Kremer: por momentos parece el mejor tercera línea del mundo, por potencia y agresividad, por momentos todavía se va del partido o se pasa de revoluciones (42 tackles errados, dos amarillas). Sigue siendo muy joven (21 años) y tiene potencial para ser jugador de elite.

Matías Moroni: El jugador que aparece cuando el equipo más lo necesita, con una entrega descomunal y una confianza que contagia positivamente.

Julián Montoya: el único que jugó todos los partidos y el mejor tackleador del equipo (94,4%). Más que una alternativa a Creevy, un plus para el equipo cada vez que pisa la cancha.

Nota: todas las estadísticas son de Opta, excepto cuando hay aclaración.