Perdió parte de la vista, ganó la batalla de su vida
Pablo Gagliano volvió a jugar en la primera de San Martín tras quedarse sin un ojo en 2013; el árbitro, rivales y compañeros lo felicitaron en su regreso, que además gozó del sabor de la victoria
Tras perder el ojo derecho hace dos años en un partido de la intermedia frente a Newman, Pablo Gagliano volvió a jugar ayer en la primera de San Martín. Estuvo los 80 minutos en la cancha ante Champagnat y redondeó una tarde de emoción e inspiración.
Antes del partido se unieron en una rueda ambos equipos y el cuerpo arbitral. Y se demoró un par de minutos el comienzo por un motivo singular: el referí, Ariel Guillén, le entregó un "diploma" a Gagliano.
El árbitro había sufrido la pérdida de un hijo hacía un tiempo. Y la hija de Ariel, al conocer la historia del pilar de San Martín leyendo la columna de Jorge Búsico del último jueves en la nacion, le pidió a su papá escribir unas palabras para Gagliano: "Nos has demostrado con tu enorme entereza y convicción a sobreponerse a muchos de los obstáculos que el destino nos depara. (?) Es nuestro deseo que disfrutes este momento a pleno y te vuelvas a divertir dentro de un campo de juego", señalaba el mensaje firmado por toda la familia de Guillén.
La hermosa motivación de Pablo era volver a jugar. Ser nuevamente titular en la primera. Y lo hizo en su cancha, frente a Champagnat, un tradicional club que busca retornar a la elite de la URBA.
Francisco Ungolo era el capitán del plantel superior de San Martín cuando el primera línea sufrió el duro golpe de 2013. Una semana luego del incidente, sus entonces compañeros y Rosario entraron en la cancha con una bandera de apoyo a Gagliano. Así hablaban de la importancia de estar junto a él. De acompañarlo en la mala. Por eso, la alegría de Pandu Ungolo ayer, disfrutando desde adentro la reaparición deportiva del pilar: "Es una alegría enorme su regreso. En ese momento se hizo una movida importante por parte del club, desde los veteranos hasta los infantiles, para apoyarlo. Él la pasó mal".
Para Gagliano, fue vital el respaldo de San Martín en ese momento. Pero no lo siente como algo extraordinario, sino como algo común en el club. "Mis compañeros me apoyaron cuando llegué acá con 22 años y no sabía cómo se jugaba. Y hoy, ya recuperado, siguen apoyándome", dijo el forward, de 30 años. Antes de practicar rugby, en cuanto a deportes había incursionado solamente por el fútbol, "en el barrio".
Todos se acercaron para abrazarlo, para felicitarlo. Su historia es inspiradora para deportistas y público. Pero en su rostro no se aprecia el reflejo de una persona que ha superado una prueba de vida y que ha encontrado el secreto de la felicidad. "Al segundo o tercer día de que me pasara esto, me mentalicé en que no tenía que influir en mí. Tenía que seguir con mis convicciones, aprendiendo y mejorando. Intenté que no me afectara en nada", explicó Gagliano antes de saludar a unos hombres de Champagnat que se acercaron para congratularlo.
Miguel Schifino tiene 23 años y conoció a Gagliano en 2012, cuando el medio-scrum subió al plantel superior. "En ese momento me sorprendía que un chico que había empezado de grande hubiera llegado a la primera y al Top 14 como pilar derecho, una de las posiciones más difíciles", comentó el joven. Hoy el sentimiento del 9 para con el 3 es de inspiración: "Pablo sabía que iba a volver en algún momento. Compartir de nuevo una cancha con él es muy lindo y me hace pensar: nos hacemos problemas por tonterías y él, con la historia que tiene, nunca se quejó ", sostuvo el medio-scrum.
El partido terminó 20-16 con un try-penal forzado por el pack local. Gagliano completó el encuentro y San Martín logró una victoria que lo sostiene cerca de la vanguardia en la Reubicación Grupo I. Pero lo principal fue que Pablo volvió a ser un rugbier de primera. En el club todos rescatan lo rápidamente que se incorporó a este deporte, haciendo amigos, divirtiéndose y llegando a la primera. "La humildad, el sacrificio, el respeto y el compañerismo son valores que yo traía", contó. Gagliano, ya antes de entrar en San Martín, compartía su idiosincrasia. La del rugby, en definitiva.
Newman goleó y está 1º; Belgrano ganó el clásico y es escolta
Justo antes de dos grandes desafíos (Belgrano e Hindú, sus escoltas), Newman recuperó parte de su brillo y se sacó de encima al bravísimo Regatas. La victoria, contundente, por 46-21 lo subió a lo más alto del Top 14 y lo convirtió en el único invicto en seis jornadas. La figura resultó, una vez más, Gonzalo Gutiérrez Taboada, autor de 21 puntos (un try, cinco goles y dos penales), que falló sólo una patada (pegó en el palo). En tanto, Miguel Urtubey jugó por 100» vez en la primera bordó, ayer junto a sus hermanos Javier y Mariano. Por su parte, Belgrano dominó con los forwards a CUBA, venció por 24-6, festejó en Villa de Mayo por primera vez desde 2009 y alcanzó a Hindú en el 2º lugar.