

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
LUJAN.- En estos tiempos individualistas en los que las ambiciones desmedidas y la deslealtad terminan por avasallar el honor, un hombre supo oponerse a todas esas dificultades para conquistar la 64ª Doble Bragado: Walter Pérez. La última etapa fue ganada por Luis Lorenz, que empleó un tiempo de 3h16m11s para los 140 km que unieron Bragado con esta ciudad.
El pelotón rodó con calma, generando hasta una imagen de desgano. El cansancio acumulado y la lluvia matinal fueron aliados para frustrar al vértigo y las emociones que pudiera brindar esta última etapa. Sólo hubo un intento de fuga de los tres integrantes del equipo de Salto: Adrián Gariboldi, David Kenig y Pablo Pérez. Pero poco pudieron hacer; pronto fueron alcanzados por Lorenz, Walter Pérez -que vestía la camiseta amarilla del líder- y Cía. Fue el final de las aspiraciones de victoria de los hombres de Salto y prácticamente de la emotividad que deparó la carrera.
Era de entender: el objetivo principal pasaba por llegar a la meta. No importaban tanto las posiciones -que por las diferencias reinantes estaban prácticamente definidas- como el sabor heroico de terminar la prueba en pie.
El último embalaje de la prueba se realizó en el kilómetro 108 de carrera, dentro de la ciudad de Mercedes. Gariboldi se adjudicó los 3 segundos de bonificación que le permitieron subir un par de puestos en la clasificación general.
Un Domingo de Ramos atípico vivió Luján. Los peregrinos que invadieron la ciudad para ofrendarse a la Virgen se juntaron en la avenida principal, cerca de las 12, para recibir a los 95 sobrevivientes de aquel pelotón de 118 que partió el martes último desde Caseros.
El cielo se abrió y el sol alumbró los 200 metros finales. Lorenz pasó la meta en primer lugar, pero sabía que esto poco importaba. Sus esfuerzos fueron vanos. Walter Pérez, que entró segundo, se quedó con el anhelo de todo ciclista de nuestra tierra: ganar la Doble Bragado. Al cruzar la línea de llegada, Pérez fue el más requerido; por la idolatría que despierta en los más apasionados a este deporte, por la importancia que otorga un autógrafo del vencedor, o quizá, por sentirse partícipes del triunfo.
Walter Pérez se adjudicó la más tradicional de las pruebas ciclísticas del país. Fue un premio a la constancia, al tesón y a la perseverancia. Su hidalguía se paseó por Luján y su honor dejó bien sentado que no es necesario apelar a las trampas para vencer.



