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RAFAELA.- Atlético ganó un partido memorable por las oscilaciones del resultado y el desarrollo del partido, marcando que ya no es una utopía evitar el descenso. Y por otro lado, Racing, que llegaba con aspiraciones de liderar el torneo, se fue sin nada por errores en los dos frentes que lo expusieron de manera preocupante.
La tarde comenzó torcida para La Academia, ya que al minuto de juego Leandro Grimi, después de un choque, debió retirarse con una lesión en la rodilla derecha cuya gravedad se conocerá en las próximas horas; además, Atlético intento lo que mejor sabe hacer: presionar ordenado con un gran rigor físico -muchas veces al límite de lo permisible- y atacar por los laterales con buenas sociedades, desactivando los circuitos del equipo de Ricardo Zielinski, que sólo atinó a buscar a Lucas Hoyos con pelotazos previsibles. Gudiño abrió el marcador y golpeó duro a Racing, que no encontraba sus argumentos más fuertes. Ni siquiera se destacaba Marcos Acuña, que, observado desde unos de los palcos por José Di Leo, asistente principal de Edgardo Bauza en el seleccionado argentino, no encontró una motivación extra para activar a un equipo impotente. Sin embargo, Gustavo Bou, con una pegada magistral en un tiro libre, estableció la igualdad.
El efecto aumentó con el golazo de unos 30 metros de Óscar Romero frente a un arquero perturbado por el sol y mal ubicado. La Academia lo tenía servido, pero Lisandro López desperdició de manera insólita un mano a mano que sería clave en el desenlace.
El entrenador Juan Manuel Llop mandó al campo al pibe Marco Borgnino como último recurso, y la historia tuvo un final inesperado. Dos intervenciones certeras a puro potrero en un par de minutos con complicidad de defensores le permitieron a Rafaela imponerse cuando agonizaba, y al juvenil delantero nacido en la cantera del club, sumar sus segundo y tercer goles en la primera.
Atlético sueña con la salvación. Racing debe despertarse.
Flojo en la defensa
Perdió Racing por distracciones defensivas graves y una desafortunada definición de Lisandro López para asegurar la victoria, cuando el partido estaba 2-1 para el equipo de Avellaneda.
Correr sin la pelota
La falta de precisión en gran parte del juego obligó a la Academia a correr sin la pelota y a no generar acciones claras; así favoreció la tarea del conjunto local.
Un cambio fundamental
El oportuno ingreso del joven Marco Borgnino le devolvió a Atlético frescura e ímpetu para dar vuelta el resultado.




