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Un minuto de silencio. Todos se levantan. Es un homenaje a Juan Carlos Colman, ex zaguero derecho de Boca y del seleccionado nacional de fútbol, fallecido anteayer a los 73 años.
Colman recibió sepultura ayer, en el cementerio de Olivos.
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Nacido en Rosario, Colman comenzó su carrera en Newell´s Old Boys y, más tarde, en 1950, se incorporó a Boca. Su pase costó 600.000 pesos de la época.
Cuando llegó, su nombre ya era conocido por sus buenas actuaciones en Newell´s y por haber participado en la recordada gira de la selección nacional por Europa, el mismo año del traspaso.
En sus comienzos con la camiseta azul y oro, tuvo la nada sencilla tarea de ocupar el lugar que dejó vacante una figura histórica xeneize: José Perico Marante.
Y a pesar de tener un estilo totalmente opuesto del de Marante, no le costó mucho convertirse en ídolo de la hinchada de Boca.
Era recio, fuerte y derrochaba fervor. Su guapeza completaba esa combinación esencial para el gusto boquense.
En poco tiempo se ganó el apodo de Comisario y, con su solvencia, se erigió en el abanderado del equipo que ganó el torneo de 1954, recordado especialmente por haber sido el que cortó con una racha de diez años sin títulos para la entidad de la Ribera.
En esos tiempos, integró la mejor defensa del fútbol argentino, a tal punto que los seis jugadores que la formaban fueron convocados al mismo tiempo para el seleccionado nacional. ¿Quiénes eran? Seis nombres que dejaron su sello: Mussimessi; Juan Carlos Colman y Edwards; Lombardo, Mouriño y Pescia.
A fines de 1957, a modo de reconocimiento por su carrera, Boca le dio el pase libre para que pudiera negociar su transferencia.
Pasó a Atlanta, donde apenas disputó 21 encuentros en un año y, luego, debió retirarse por una lesión.
En su carrera jugó 316 partidos y más tarde fue entrenador de varios equipos del fútbol de las divisiones de ascenso.


