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BRESCIA.- Como en los viejos tiempos, Carlos Reutemann se puso el antiflama de la Fórmula 1 y los guantes de manejo para largar anoche la primera etapa de las Mil Millas italianas para autos de época.
El ex piloto y hoy senador llegó con lo justo a la línea de largada, apenas una hora antes de la bajada de la bandera. Nervioso, el coleccionista Marcelo Argüelles, que invitó a Reutemann a conducir el Institec de 1953, esperaba que Lole llegara desde Buenos Aires, donde estuvo hasta el miércoles a última hora retenido por una larga sesión en el Senado.
Todo salió bien sin embargo. El avión llegó en horario y Reutemann tuvo tiempo de conducir un poco el auto que será una de las sensaciones de la clásica carrera italiana porque Reutemann sigue siendo notablemente popular en Italia pese a que ya pasaron 17 años desde que corría con Ferrari.
La presencia del Institec es una curiosidad por sí misma. Se trata de uno de esos pocos ejemplares con motor Porsche construidos en la Argentina en la fábrica estatal de Córdoba cuando el Gobierno de Perón quería producir un auto nacional a toda costa.
No puede decirse que el Institec haya sido un éxito ni deportivo ni comercial. Pero como sostiene Argüelles, que restauró varios ejemplares, "sea como sea, es una historia nacional y vale la pena recuperarlos". El auto fue aceptado en las 1000 Millas como una excepción, ya que sólo pueden correr aquí autos del tipo de los que alguna vez corrieron en la gran carrera italiana que se celebraba entre 1927 y 1957. Los organizadores italianos permitieron su participación como homenaje a la relación particular con la Argentina. En efecto, todos los años participan aquí numerosos equipos de entusiastas argentinos con sus autos de colección. Este año hay 10 autos traidos por argentinos entre los cuales el OM que parte todos los años con el número 1, y otras marcas como Bentley, Healey, Cisitalia, Alfa Romeo, Lancia o Mercedes Benz.
La carrera es una cita única de los autos de colección de todas las épocas. Largaron ayer 350 autos para la primera etapa entre Brescia y Ferrara. Hoy se corre la segunda entre Ferrara y Roma, y el sábado concluye la prueba con el retorno de Roma a Brescia, siempre por los mismos caminos de montaña y entre los pueblos como se corría en los años en los que todavía se podían hacer carreras en ruta en Italia.
Reutemann estaba visiblemente feliz de volver al volante y respirar el clima de las carreras. Aunque repetía a todas las preguntas que "el tiempo de las carreras ya pasó para mí", era notorio que se tomó las cosas en serio como para competir contra el reloj.
Argüelles, un especialista en estas carreras, hará de copiloto. Y Reutemann se ocupará hoy de circular por las montañas, como en sus primeros tiempos del Turismo Mejorado.
"Un asunto de familia" resultó la prueba por equipos en el concurso internacional de saltos en el Club Hípico Argentino con el triunfo de Brasil cuyo equipo fue integrado por Jorge Johannpeter, sus hijos André y Carlos, y Nestor Lambre, quien enseñó a estos dos a montar.
Superaron por cuatro faltas al conjunto argentino compuesto por Justo Albarracín, Hugo Dircie, Ricardo Kierkegaard y Luis Magnasco.
Luego de la primera pasada del doble recorrido sobre lm45, con un excelente armado a cargo de Jorge Oscar, la Argentina contaba con una pequeña ventaja de un cuarto de falta. El público local soñaba con una victoria argentina, pero no pudo ser.
El último jinete del equipo brasileño, André Johannpeter, con su ejemplar olímpico Calei Joter, tenía que repetir su actuación impecable para superar al conjunto nacional, lo cual hizo con mucha facilidad. Cabe destacar la labor de su padre Jorge, de 60 años, y su hermano Carlos, para lograr este triunfo.


