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Si un futbolista mide su estado de ánimo por las oportunidades de jugar que le da su entrenador, Juan Román Riquelme seguramente es hoy un hombre feliz con la renuncia de Louis van Gaal.
El técnico holandés deja Barcelona y Riquelme respira aliviado.
Pocas veces un futbolista contratado por ser una estrella tuvo que sufrir tanto en el banco como le pasó a Riquelme durante los siete meses que convivió con Van Gaal.
El técnico holandés no ocultó nunca sus cartas en el "juego" con Riquelme: dijo desde el primer momento que no era el tipo de futbolista que había solicitado y lo sentó con los suplentes.
A Van Gaal le importó poco que el presidente del Barcelona, Joan Gaspart, apostara por la estrella de Boca Junior para atenuar el tremendo impacto del fichaje de Ronaldo por el Real Madrid, el eterno rival.
Gaspart fichó el último verano a Riquelme, un jugador que Barcelona seguía desde hacía cuatro años, con la misión de que fuera el estandarte de su tercera temporada de presidente.
Riquelme llegó con la referencia positiva de Javier Saviola, que había llegado un año antes y que cerró su primera temporada como el mejor jugador iberoamericano de la Liga.
El propio Saviola celebró la contratación de Riquelme, del que dijo que podía triunfar donde quisiera. Diego Armando Maradona, ex jugador del Barcelona, consideró que era el indicado para poner en pie al Camp Nou.
En contra de lo que pudieran reflejar estos avales, Riquelme pronto comprobó que Van Gaal le iba a hacer la vida difícil, muy difícil, pese a que el día de su debut, el 14 de agosto, en la ronda previa de la Liga de Campeones iluminó el estadio con un gran gol. "¡Qué bueno que viniste!", tituló el diario deportivo "Sport".
Había pasado menos de un mes cuando Van Gaal cortó de raíz las ilusiones del que Carlos Bianchi juzga "el mejor 10 del mundo".
"Para mí Riquelme no es una estrella. En Boca eran 10 los que trabajaban para él y aquí es uno más entre 11". Sin dudarlo, Van Gaal optó por Luis Enrique como titular y ni siquiera cuando el centrocampista español se lesionó, vio "Romy" alguna posibilidad de salir del banco.
Pese a que el sistema de Van Gaal hacía agua, tampoco Saviola mantuvo la titularidad que se había ganado la temporada anterior, aunque disputó más de los 768 minutos de "Romy". Hasta Pablo Aimar, delantero argentino del Valencia, se extraño de las continuas suplencias de sus compatriotas.
"Me sorprende que no jueguen más porque son grandes futbolistas y muy jóvenes", dijo Aimar.
Nada conmovió a Van Gaal. Su marcha, anunciada hoy, puede suponer un cambio en la situación de Saviola y Riquelme.
Algo se está moviendo ya en este sentido en el Barcelona. Su secretario técnico, Charles Rexach, al que Gaspart ha propuesto que tome el relevo de Van Gaal, dijo hoy que espera que Riquelme "entre más en juego" y adquiera "más protagonismo" en el equipo.
Las palabras de Rexach abren un camino de esperanza para Riquelme y, de paso, confirman que era Van Gaal quien trataba de apagar el brillo de un gran jugador. No cabe ninguna duda de que "Romy" no echará de menos al "holandés de hierro".
Fuente : EFE


