Bronca y alegría, mezcladas

Después de 110 minutos de un partido electrizante, con una enorme carga emotiva y de tensión, Biarritz le arrebató a Stade Français la Bouclier de Brennus al imponerse por 37 a 34. En el Stade France se dio un choque muy parejo, en el cual ninguno pudo hacer claras diferencias, pero en el que el equipo vasco demostró que está un paso arriba de los parisienses –al menos en la final, eso fue incuestionable–.

Sin duda, el planteo de los nuevos campeones de Francia resultó positivo y muy bueno. Hubo mucha dureza, lucha en el scrum, gran defensa en el line y, sobre todo, una línea defensiva implacable, que dejó al Stade sin espacios, razón por la cual no contó con pocas opciones para atacar y hacer la diferencia.

Sin embargo, Stade Français nunca se entregó, luchó, trató de atravesar esa sólida barrera roja y blanca, y lo pudo hacer, pero no le alcanzó para quedarse por tercera vez consecutiva con el título.

Fue un año difícil para Stade Français; llegó a dos finales (la Copa de Europa y la del Top 16), pero no ganó ninguna. La del último sábado a la noche fue la única vez que este equipo pierde en una definición del torneo local.

Es raro ver al Stade sin trofeos, y aunque no resultó la mejor temporada desde los resultados, en el balance se nota que fue un buen año, porque se alcanzó equilibrio, porque siempre estuvo en los puestos de vanguardia en ambos campeonatos, y eso es importante, aunque en el podio hayan quedado otros.

La bronca por las dos derrotas en las finales es inocultable, pero por otro lado, me pone contento que dos argentinos compañeros de los Pumas, como el Negro Martín Gaitán y Fede Martín Aramburú, pudieran darse el lujo de levantar este trofeo tan importante. Podemos destacar que el aporte de ellos fue clave para que Biarritz se quedara con el primer puesto de Francia.

El autor es Fullback de los Pumas y de Stade Français