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LA PLATA.- Nadie apostaba un peso por San Luis, salvo sus jugadores y entrenadores. El escollo para llegar a las semifinales era gigante, tan grande como ese inmenso elefante que lo identifica: Hindú. Pero la desigualdad teórica no llegó a la práctica, salvo en los primeros minutos del partido, cuando los de Don Torcuato se hicieron fuertes y monopolizaron la pelota. Gracias a una entrega pródiga en tackles y energía, San Luis hizo historia y engrandeció al trabajo en equipo. Lo que venga de ahora en más será un premio a ese esfuerzo.
La tarde de los maristas no arrancó bien. Luego de que Campodónico fallara el primer penal, Hindú tomó la iniciativa. Le llevó 14 minutos de juego continuado y progresión en ataque vulnerar el in-goal de San Luis. Lo consiguió gracias a una corrida -con amago incluido- de Mauro Estomba, tras una aceitada maniobra colectiva, y luego de recuperar una pelota que había perdido.
A San Luis, el letargo le duró 20 minutos. Ese tiempo le demandó enhebrar una jugada profunda, punzante, que se tradujo en try. Todo, gracias a la lucidez de Campodónico. Una patada suya al cajón encontró a Notti libre de marca, y con todos los defensores rivales fuera de lugar. Contra toda ortodoxia, el octavo dejó que la pelota picara, y recién después se zambulló sobre ella, para apoyar en el in-goal rival.
Aunque Hindú volvió a traccionar con sus forwards, ya no le resultó tan fácil ganar metros. San Luis fue un canto a la energía y los tackles. Jugador de Hindú que corría, jugador que era tumbado. Pero a seis minutos del descanso, Escobio encontró un hueco por la derecha luego de otra precisa jugada en ataque que incluyó la participación de Bosch y Estomba. El entretiempo vio a Hindú arriba en el marcador (12-8).
Perdido por perdido, San Luis agotó sus baterías en la segunda etapa. Sabía que el guión del partido debía cambiar, y que para lograrlo tenía que ser más cuidadoso con la pelota. Jugar corto y preciso. Campodónico pudo acercar a los suyos a los cuatro minutos (penal) y a los siete (drop), pero falló ambos intentos. Hasta que a los quince minutos Barbier encontró una grieta en la muralla defensiva de Hindú y se filtró por el medio de los palos. La conquista fue el cenit de treinta minutos en los que San Luis fue absoluto dominador de las acciones. Campodónico, con un drop y un penal, certificó el avance en el marcador de su equipo, que quedó al frente 21-15 porque Escobio descontó con un penal.
Esa diferencia le jugó en contra a San Luis. Le pesaba estar ganándole a Hindú. Los de Don Torcuato tomaron nota y fueron pacientes. A cinco del final, Gauthier vulneró el in-goal rival. Escobio tenía que convertir para poner a su equipo al frente. Pero la naturaleza jugó para los débiles, y su remate dio en un poste. San Luis defendió el punto de ventaja con el alma. El pasaje a las semifinales fue la mejor manera de celebrar su cincuentenario.
"ERAMOS LOS PEORES"
"Hindú era el equipo favorito y nosotros éramos los peores, pero demostramos que con el esfuerzo de la semana y con un grupo de 30 jugadores que entrena duro, sumados a la defensa y a la sangre que pusimos pudimos ganar", reflexionó Juan Campodónico, autor de 11 puntos de San Luis. Y agregó: "En el segundo tiempo jugamos a tener la pelota y no dársela a Hindú. El triunfo es una alegría inmensa".



