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MADRID.- El tiempo hizo olvidar la historia y dejó un fallo con sabor a poco. La gran estafa del deporte español de los últimos tiempos, relativa a los "falsos paralímpicos" de Sydney 2000, terminó en los tribunales con una multa menor y sólo un imputado. Se trata del ex presidente de la Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales (FEDDI), Fernando Martín Vicente, condenado a pagar una multa de 5.400 euros, mientras que a los restantes 18 imputados se les retiraron los cargos. El fraude se conoció días después del cierre de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, cuando se supo que sólo dos de los doce jugadores del equipo español de básquetbol que ganó una medalla de oro tenían alguna discapacidad.
Vicente, quien renunció como consecuencia de este escándalo, se reconoció culpable del delito continuado de falsedad en documento oficial y de otro por estafa.
La maniobra se hizo pública por intermedio de uno de los supuestos discapacitados del plantel, que en realidad era un periodista encubierto: Carlos Ribagorda, de la revista Capital. El periodista explicó que su intención era denunciar el hecho (a su regreso de Sydney escribió una nota), pero terminó imputado y ahora fue finalmente absuelto por la Audiencia provincial de Madrid.
Por entonces, se conoció la denuncia por intermedio de la revista Capital. Ribagorda publicó el fraude tras infiltrarse dos años como jugador del equipo. Después, se inició una investigación interna que destapó lo peor: un jugador aseguró que no le hicieron pruebas para determinar su incapacidad y un ex DT admitió que se hicieron "fichajes" para reforzar el equipo con jugadores sin discapacidades.
Ese equipo de básquetbol ganó el oro, con un verdadero Dream Team, en el que estaba el periodista Ribagorda y diez jugadores de ligas menores del básquetbol español. Además, salieron campeones mundiales y europeos. En la investigación tenían constancia que desde hacía dos años se cometía ese delito y que los acusados lo hicieron en el Mundial de Brasil de 1998, con cuatro deportistas sin ningún tipo de minusvalía, y en el Eurobasket de 1999, donde jugaron nueve.
El Comité paralímpico español le retiró las medallas a los jugadores involucrados en la maniobra y abrió una investigación que terminó en un proceso judicial, cuya resolución se conoció en las últimas horas.

