Tecnología, historia y pantallas gigantes: así es el estadio de la final, el más caro de los Estados Unidos

Luces. Muchas luces. Lo primero que se siente al caminar de noche por la calle 42 y Broadway, en el Times Square, es la invasión de las pantallas de publicidad que desbordan en los costados de los edificios. Así como el calor fue lo que abrumó en Houston, acá, en la Gran Manzana, lo que sofoca la mente es la cantidad de información por segundo que se recibe al levantar la vista, aunque sorprende que ninguna anuncie la Copa América . La bravura del mar de nacionalidades inquietas que caminan por esas calles amaina al alejarse nueve cuadras. Allí, en la 33, está la estación de tren Path, que en veinte minutos cruza el río Hudson y une Manhattan con Jersey City, la última parada antes de llegar a East Rutherford, un pequeño pueblo de ocho mil habitantes que esta noche recibirá a 82.566 personas. Es que allí, justo a la espalda de Nueva York, está ubicado el gigante MetLife Stadium.

Sede de los Jets y los Giants, dos equipos de la NFL, el estadio donde jugará la selección es el segundo más grande de fútbol americano. Inaugurado en 2011, tiene cuatro pantallas gigantes Led en cada esquina, costó 1600 millones de dólares y es el más caro de Estados Unidos. Como el exterior está recubierto de aluminio con luces en su interior, utiliza los colores verde, rojo, azul y blanco de acuerdo a los eventos. Este último será el que iluminará la final de la Copa entre la Argentina y Chile.

Las huellas de los goles de Pelé y los quites de Franz Beckenbauer hoy son puro cemento. Es que el actual estacionamiento con capacidad para 28 mil autos fue hasta el 2010, cuando se demolió, el estadio de los Giants donde brilló el Cosmos del brasileño y el alemán, en la década del 70.

El espíritu de Lionel Messi ya se paseó por estas esquinas. En 2012, plena etapa de Alejandro Sabella, Leo dejó una marca imborrable en la ciudad al hacerle tres goles a Brasil. Aquel amistoso que la selección ganó 4 a 3 es recordado por el último grito del capitán. La obra de arte comenzó desde mitad de cancha y finalizó con un remate al ángulo que sigue vivo en el recuerdo de Messi. Un recuerdo que hoy, sin dudas, buscará repetir.

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