Daniel Orsanic: "Me pone contento que a Mónaco le vaya bien y lo quiero en el equipo"

PARÍS.- Si por costumbre y necesidad -a veces amplificada con malicia, la Copa Davis y su periferia son asuntos vigentes en cualquier circunstancia, mucho más lo es cuando en Roland Garros, por distintos compromisos, es probable que coincidan Daniel Orsanic, Martín Jaite, Tito Vázquez y Luli Mancini, el actual y los últimos tres capitanes nacionales. O cuando se generan contradicciones como las que ocurrieron ayer entre Federico Delbonis y Juan Mónaco, que no fue convocado para la serie frente a Brasil, en marzo. El azuleño contó que Orsanic había tenido una reunión en la que habían participado él, Mónaco, Carlos Berlocq y Diego Schwartzman para hablar sobre el choque con Serbia, en julio. Sin embargo, el tandilense dijo que en realidad había tenido un encuentro individual con el capitán, no colectivo.

"No pienso mucho en la Davis, faltan como 45 días. Estoy pensando en mi año, en mi buen ranking", expresó Mónaco en primera instancia, tras avanzar a la 2° rueda en París. Luego aclaró: "Con Orsanic charlamos por primera vez ahora después del torneo de Buenos Aires. Hablamos de distintas cosas. ¿Si voy a estar? Sí, seguramente, mi disposición está. Después de Roland Garros volveremos a hablar". El encuentro fue el sábado por la tarde, en el primer piso de la sala de jugadores (Leo Mayer todavía estaba compitiendo en Niza). Orsanic se reunió primero con Pico y luego con el resto, simplemente porque con el tandilense había aclaraciones pendientes.

Después de rumores y desmentidas, y tras observar el triunfo de Schwartzman ante Andreas Haider Maurer, Orsanic se sentó a dialogar con LA NACION en una de las cafeterías de Bois de Boulogne. Pidió un capuchino para calentar la garganta en una jornada fría y afirmó: "Si me detengo a pensar en todo lo que se dice, pierdo tiempo y energía. Quiero sumar y aportar. No sé si lo estoy disfrutando; lo estoy viviendo, siempre hay trabajo. Vine a Roland Garros para hablar con todos los jugadores que pueda, buscando el mejor momento. Quiero contar con todos. No hay diferencias".

-Está claro que Mónaco o alguien de su entorno sospecharon que Juan Martín del Potro había sido el responsable de que no estuviera ante Brasil.

- Lo expliqué y lo vuelvo a explicar. Antes de la serie contra Brasil estaban todos en un nivel bastante bajo y opté por otros jugadores. La decisión fue mía y deportiva. Ahora noté a alguien enfocado y entusiasmado con el momento que está viviendo, porque ha recuperado su identidad. Y eso genera un impulso. Y lo celebro. Quiero que a cada jugador argentino le vaya bien, por nuestro tenis y por la Davis. Es simple. Si después se quiere instalar otra cosa... Me pone contento que a Mónaco le vaya bien y lo quiero en el equipo, que se va a anunciar, más o menos, una semana después de Roland Garros. Tengo la idea de dar a cinco jugadores. En Australia les dije a los chicos que iba a nombrar a cinco; después nombré a cuatro porque preferí reforzarles la confianza a los elegidos y no quería que tuvieran presión antes del torneo de Buenos Aires. Contra Serbia llegaremos con todos mejor que contra Brasil.

-¿Mónaco entendió tus explicaciones?

-Sí, por supuesto. Fue una conversación clara, directa, como tiene que ser. Me entendió él y los demás. Me pongo en su lugar y sé que debe haber sido difícil quedarse afuera.

-Desde que asumiste intentaste transmitir la importancia del respeto y los valores grupales. ¿Es difícil cumplirlo en una actividad tan individual?

-Es importante que se transmita desde las bases hasta el equipo de Copa Davis. Hay que dar el ejemplo desde arriba. Es un deporte individual, cada uno tiene su ego. Pero tenemos la posibilidad de competir en equipo y es una posibilidad más de crecer. No estoy imponiendo o queriendo decir "ahora estamos unidos". Había un grupo formado, que venía unido, y del que, por algunas diferencias, Juan Martín estuvo más alejado. Ahora esas diferencias se han ido limando, desapareciendo. Juan Martín está dentro del grupo y es un referente de este mensaje. El tenis y la sociedad en general están necesitando más respeto.

-¿Es difícil tomar a Del Potro como bandera con la incertidumbre que hay sobre su futuro?

-Está pasando por un momento muy difícil. Lo apoyamos al ciento por ciento. Le deseamos que vuelva a hacer lo que le gusta, como persona. Después que compita, con el nivel que sea. Lo mismo dijimos al principio de año. Me preguntaban si iba a jugar la Davis. "Muchachos, no empezó a competir en el circuito", respondía. Y ahora igual. Nos estamos salteando algunos pasos.

-¿Después de tantos golpes y cirugías, tendrá la voluntad para intentar volver?

-Creo que sí. Cada día él está buscándole la vuelta. Me tocó entrenar a Pablo Cuevas, que estuvo dos años afuera por una lesión que aparentemente no tenía solución y sus ganas hicieron que pudiera recuperarse. Tengo confianza en que Juan Martín volverá.

-¿Qué esperás de la serie con Serbia?

-Estoy planificando la serie pensando que Djokovic jugará. No vale la pena perder tiempo especulando. Lo ideal sería ganarle a Serbia con Djokovic. Tendríamos una sensación de imbatibilidad.

-Tu anhelo es ser el primer capitán campeón de la Davis con la Argentina. Pero, ¿qué representaría lograr una pacífica convivencia grupal luego de tantos problemas?

-Es que ese es mi anhelo. Sueño con tener un buen grupo antes que ganar la Copa Davis. El resultado deportivo es una consecuencia de este sueño que tengo.