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NUEVA YORK (De un enviado especial).- Antes de la despedida, este US Open con sabor argentino tuvo el placer de probarlo y de dejarlo registrado para siempre. Porque la pergaminense Paola Suárez, fiel a esa costumbre de sacarle el máximo jugo a los torneos, cosechó su cuarta conquista de Grand Slam de dobles, especialidad de la que hasta no hace mucho llegó a ser la Nº 1 del mundo. A los 27 años, junto con su fiel compañera, la española Virginia Ruano Pascual, venció a la eterna Martina Navratilova y la rusa Svetlana Kusnetsova por 6-2 y 6-3 y se consagraron campeonas del Abierto de los Estados Unidos por segundo año consecutivo. Los anteriores festejos en grandes torneos fueron Roland Garros 2001 y 2002.
Suárez y Ruano Pascual, segundas favoritas -ocupan el mismo puesto en el ranking mundial-, necesitaron 1h7m para vencer a nada menos que a Navratilova, la mejor de todos los tiempos y que a los 46 años encarna un ejemplo admirable de vigencia. Pese a ello, la pareja hispano-argentina tuvo una labor fantástica, paradas desde el fondo y desbordando a globos y contraataques a sus adversarias.
Un semipoblado estadio Arthur Ashe fue testigo de ese "Vamos" que gritó la pergaminense cuando la volea de Kuznetsova se quedó en la red. A partir de ahí, el salto de esas dos chicas que acumulan siete finales seguidas de Grand Slam se confundió con el festejo con los pocos familiares y amigos que las seguían desde un palco. Tanto que Ruano Pascual sólo se dio cuenta que se había olvidado la raqueta en el piso minutos antes de la ceremonia de premios, cuando un asistente se la acercó hasta la silla. Además, concretaron un festejo que se vio postergado esta temporada en las definiciones del Open australiano, Roland Garros y Wimbledon.
"La verdad es que para nosotras todo esto es increíble. El secreto es que disfrutamos de lo que hacemos. No es fácil estar fuera de casa durante 30 semanas, pero es nuestro trabajo y tenemos la suerte de ser felices por poder vivir de esto", dijo la argentina, cuya nueva obsesión es volver a la cima del ranking de la especialidad, un número 1 al que llegó en este mismo certamen hace doce meses.
Después de conseguir el 29° título de dobles, Suárez, que también vivió un inolvidable US Open en singles -alcanzó los cuartos de final etapa en la que fue eliminada por la local Lindsay Davenport; quedará entre las 20 mejores- volverá a la Argentina acompañada por Ruano Pascual. Juntas comenzarán una minipretemporada para encarar lo que queda del año. Y después, sí, será el tiempo de volver al circuito, a comprar una caja de alfajores Havanna en el aeropuerto, un gusto que hace que esta verdadera embajadora, a la distancia, pueda sentirse más cerca de sus afectos.
NUEVA YORK (De un enviado especial).- En unos días, Suárez y Ruano Pascual estarán en la Argentina para realizar un trabajo especial de preparación. La fecha de encuentro será la semana próxima, cuando la Argentina y España se midan, en Málaga, por la Copa Davis, de la que tanto se habló por aquí. "Yo quiero que gane España, es lógico, pero para esa fecha estaré viviendo en la casa de Paola", dijo Ruano Pascual. El reto, con carcajada posterior, llegó de inmediato: "La vas a ver sentada y sin abrir la boca. Si no, te vas con el colchón a la calle", dijo Suárez, entregando la misma alegría que muestran en una cancha, la pócima secreta que ellas le pusieron a su fórmula de éxito.

