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NUEVA YORK (De un enviado especial).- Anteanoche, cuando terminó el partido frente a Guillermo Cañas, el español Rubén Ramírez Hidalgo estaba tranquilo porque sentía que había hecho todo lo posible. Hasta la demora de 20 minutos en la atención médica del argentino se la había tomado como un gaje del oficio. Lo que lo sacó completamente de ese estado fue otra cosa: el robo de indumentaria y efectos personales que dejó en el vestuario durante el encuentro por la primera rueda.
"¡Es una locura, hombre, una verdadera locura! Ya no se puede seguir así de ninguna manera. Yo no sé qué va a pasar, pero esto es increíble. Cuando vi que tenía la bolsa toda revuelta, enseguida sabía lo que había pasado", dijo indignado. Y se quedó un rato largo en uno de los pasillos del estadio Arthur Ashe, hablando de un tema que para los tenistas no es nuevo, al menos esta temporada, en la que hubo numerosos casos como éste.
A Guillermo Cañas le sustrajeron 7000 dólares durante el Masters Series de Canadá, en Montreal. "Tuve que sacar dinero para hacer un pago en efectivo y no tenía manera de dejarlo en otro lado. Cuando fui a revisar la bolsa me pareció que había algo raro. Y cuando busqué la billetera no la encontré. No bien voy a avisar de eso, anuncian mi partido de dobles. Y tuve que salir a jugar así", contó Willy, que agregó: "Es terrible lo que está pasando, estamos todos locos. Yo no sé qué van a hacer. Ya hablamos con la ATP y no pasa nada".
La bronca del tenista de Tapiales (había que verlo y escucharlo, casi fuera de sí) tenía un motivo que explicó: "La ATP se tiene que hacer cargo. En Canadá me dijeron: «Vamos a ver con el seguro». ¿Qué seguro? Ellos se tienen que hacer cargo, porque yo tengo obligación de jugar un Masters Series; si no juego, me ponen 10.000 dólares de multa. No puedo decir: «Acá no voy porque no hay seguridad». Y encima, en Canadá no teníamos lockers", se quejó Cañas.
El jugador de Tapiales, que antes de la sanción por doping integró el Consejo de Jugadores de la ATP, le envió una carta por e-mail a Etienne de Villiers, el director ejecutivo de la entidad, aunque no quedó convencido de la respuesta. "Me lo crucé acá y me preguntó si había recibido la respuesta, que podíamos hablar. Le contesté que por supuesto íbamos a hablar. La respuesta fue una basura, que lo vamos a analizar, que estamos viendo "
Casos como éste sufrieron también David Ferrer, en Wimbledon, y también Radek Stepanek y Albert Costa. Hubo problemas en Australia y Montecarlo, entre otros sitios. Según se supo, se produjeron por lo menos diez hechos similares. Y las sospechas de los jugadores apuntan a ellos mismos o a los entrenadores. Nadie más tiene acceso a los vestuarios. De hecho, en el US Open la prensa tenía acceso hasta el año último, pero desde esta temporada está prohibido.
"Estamos al tanto de estos incidentes y tomamos la seguridad en los torneos como algo muy serio. Las autoridades correspondientes fueron informadas y los hechos se están investigando. No podemos ser mucho más específicos justamente porque se está desarrollando la investigación. Más allá de esto, se siguen evaluando distintas formas de mejorar la seguridad, algo que discutiremos con los jugadores y las autoridades de los torneos durante los encuentros que tengamos en Nueva York", fue la respuesta oficial que recibió LA NACION por parte de la ATP. Ahora, más allá de lo que diga la entidad que agrupa al circuito masculino, la preocupación sigue y los casos no cesan.
207 kilómetros fue la velocidad del saque más rápido de Venus Williams, en su victoria de anteanoche contra la húngara Kira Nagy por 6-2 y 6-2. Es el segundo más veloz del tour femenino: el récord es de 208 y lo marcó la holandesa Brenda Schultz McCarthy el año último, en Cincinnati.

