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La falta de su antebrazo derecho nunca fue un impedimento para ella: desde sus 11 años, Natalia Partyka, compite en tenis de mesa representando a su país, Polonia. La atleta, que debutó con una victoria en Tokio 2020, se convirtió en la primera jugadora en participar tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos.
“Nada es imposible”, dijo la polaca de 31 años en una entrevista con Olympics, el canal oficial de los Juegos. Con esa actitud y desafiándose a sí misma, consiguió sus logros y se mantuvo durante casi dos décadas en lo más alto del tenis de mesa.
Cuatro títulos consecutivos individuales en los Juegos Paralímpicos son los que acumula, y desde Beijing 2008 se incorporó a los Juegos Olímpicos: participó en Londres 2012, Río 2016 y ahora Tokio 2020.
Partyka nació con una malformación congénita en su brazo derecho, que termina en el codo, pero nada le imposibilitó comenzar a jugar tenis de mesa a los siete años con su hermana Sandra. Tal fue el despegue que al poco tiempo superó todos los niveles y decidió ir más allá.
A los 11 años ya participó en Sidney 2000, y se convirtió en la paralímpica más joven en la historia del tenis de mesa. Cuatro años más tarde, en Atenas 2004, se colgó la medalla dorada y también fue la campeona paralímpica más joven de su deporte.
Su historia siguió por el camino del triunfo y en Rio 2016 consiguió a su cuarta medalla de oro consecutiva en individuales paralímpicos, en la que también compitió en los Juegos semanas antes.
Natalia se entrena y compite normalmente con gente sin discapacidad y en Tokio 2020 va por un nuevo desafío, donde ya dio el primer paso con una victoria. Este domingo disputará el encuentro de segunda ronda en individual, mientras que el domingo 1 de agosto competirá en equipo.