24 horas sin luz: sobrevivir a oscuras a una jornada agobiante
LA NACION compartió hora a hora con un grupo de jóvenes de Recoleta los trastornos de pasar un día sin heladera, ventilador ni tecnología
Vivir sin aire acondicionado cuando la temperatura superó los 32 grados en la ciudad y la sensación térmica, los 35; no disponer de bebidas heladas, no poder cargar ni usar equipos electrónicos como laptops y celulares, y la imposibilidad de dormir de noche por el calor son algunos de los contratiempos que padecieron por más de 24 horas un grupo de jóvenes de la residencia El Arriero, en Recoleta. Fueron parte de los 75.000 usuarios que ayer seguían sin luz.Así lo vivieron hora a hora.
Martes, 16 horas. Comienza el corte: cuando se fue la luz, la mayoría de los residentes imaginaron que el corte sería breve, por lo que optaron por tomar siestas o descansar en alguna de las siete piezas de la casa.
17 horas. Ventilación natural: Tras el descanso, varios de los jóvenes optaron por sentarse en el patio para tomar un poco de aire fresco.
18 horas. Plan de escape: ante el insoportable calor -la sensación térmica llegaba a los 35°C-, Pablo Buscema propuso ir al cine para aprovechar el aire acondicionado de la sala. Tres se engancharon con el plan.
19 horas. Heladeras descongeladas: las tres heladeras de la casa se habían descongelado y habían inundado el piso de la cocina, lo que obligó a limpiar. Primero sacaron el agua de la cocina y luego trasladaron los productos perecederos -carne, pescado, lácteos, embutidos- de la heladera al freezer para que se conservaran mejor.
20 horas. Uso de velas: cuando empezó a oscurecer, la administradora de la casa, Miriam Cebolla, salió a comprar tres paquetes de velas ante la certeza de que la jornada sin luz se extendería. Las colocaron en lugares estratégicos, como la cocina y el comedor. En las escaleras colocaron luces a batería. Las velas y luces no alcanzaron para iluminar los baños. Las duchas, inevitablemente, fueron a oscuras.
20.30 horas. Falsa esperanza: regresó la luz, pero la alegría duró poco, menos de diez minutos, y la casa quedó nuevamente a oscuras. En la vereda, un grupo de trabajadores de Edenor realizaba reparaciones en una de las cajas del servicio. Varios vecinos se acercaron a consultarles cuándo se normalizaría el servicio. ¿La respuesta? Que a ellos les volvería pronto, pero que tendrían que cortarles entonces a otros vecinos.
21 horas. Cena a la luz de las velas: dadas las circunstancias, María José García, Tomás Frere y Ricardo Gómez prefirieron no cocinar. La mayoría compró comida afuera y cenaron en las mesas del patio a la luz de las velas. Por supuesto, fue un gasto imprevisto.
22 horas. Bebidas calientes: un grupo salió a comprar bebidas que estuvieran bien heladas. Las de la heladera no se podían tomar por lo calientes que estaban. Pero los quioscos de la zona no atendían por la falta de luz.
23 horas. Paseo nocturno: la mayoría se puso de acuerdo y caminó hasta la plaza de Córdoba y Anchorena, para al menos tomar un poco de aire. A esta hora corría algo de viento y la temperatura había bajado unos grados.
Medianoche. Provisión de agua: todo indicaba que la falta de luz se extendería por varias horas más, así que llenaron baldes con agua por si se cortaba la provisión.
Miércoles, 1 hora. Vereda tomada: al no poder dormir por el calor, los jóvenes decidieron sacar seis sillas plásticas a la vereda para conversar y pasar la noche. Todo el barrio estaba en la misma situación.
3 horas. La lluvia: con la llegada de la lluvia y el aire fresco, varios aprovecharon para irse a la cama.
7 horas. Salida forzada: fue una mala noche para todos, así, sin aire acondicionado ni ventiladores. Ocho de los residentes decidieron buscar un lugar en la casa de amigos y familiares que tuvieran luz. Necesitaban de forma urgente cargar los celulares y computadoras para poder trabajar o estar conectados.
13 horas. Regreso a casa: Matías Rossi fue uno de los que regresaron a la casa al mediodía, pero al notar que la luz no había vuelto salió a almorzar a una pizzería que tuviera enchufes para la computadora y Wi-Fi. El calor volvía a castigar la ciudad.
14 horas. Comida tirada: la carne, el pescado, el helado, la leche y los otros productos perecederos no aguantaron ni en el freezer. Algunos de los encargados de la residencia, junto a varios jóvenes, limpiaron las heladeras y tiraron la comida que ya no servía.
16 horas. Aún sin luz: se cumplieron las 24 horas sin electricidad.
Amparo contra el alza tarifaria
- La justicia federal de La Plata inició ayer la acción de amparo interpuesta contra el alza de tarifas eléctricas y solicitó un informe al Poder Ejecutivo antes de resolver la medida cautelar en la que se le pide que se suspenda el incremento tarifario.
- La medida la dispuso el juez Adolfo Ziulu, quien dio inicio al amparo contra el Poder Ejecutivo Nacional y el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).