Asignación Universal: una bandera opositora que gestó CFK y que sobrevivirá
El beneficio cubre a 3,5 millones de chicos; la oposición critica que no es un derecho universal, pero la considera un gran paso
Se cumplía un nuevo aniversario del atentado a la AMIA, Raúl Alfonsín había sido dado de alta luego de su accidente en Río Negro y la revista Noticias ponía en tapa a "la corrupción duhaldista". En la mesa de Mirtha Legrand, ese mediodía de 1999, convivían en armonía Cristina Kirchner y Elisa Carrió. "La gente del Norte se muere de hambre", disparó a las 13.52 la chaqueña, entonces diputada radical. "La causa de la pobreza es en serio, no electoral. Quiero un ingreso ciudadano por la niñez", agregó mientras Cristina, legisladora del PJ, la escuchaba.
El corte frenó la inspiración de la diputada radical. Casi 20 minutos después volvió sobre el tema. "Hay que construir ciudadanía desde la niñez en este país. Es preciso garantizar 50 dólares mensuales, administrados por los padres para que puedan sostenerlos en la escuela y darles de comer. Esto independientemente del empleo de los padres. Los que se oponen a esto son los empresarios, que explotan a los trabajadores y los políticos, que sin ideas, lo único que saben es repartir mercadería", denunció. "Sin ideas y sin recursos", replicó Cristina, como justificación a la imposibilidad de implementar lo que luego se llamaría Asignación Universal por Hijo (AUH).
Casi una década después, ya Presidenta, utilizaría otra vez ese argumento. Luego de perder en las elecciones legislativas de 2009 y llamar al diálogo, la Iglesia puso nuevamente el tema de la pobreza bajo la lupa. El 14 de agosto de 2009, en la Casa Rosada, Cristina frenó la presión. "Es bueno dar todos los debates", dijo después de enumerar el costo fiscal que tendría un ingreso universal. "Como administradora y titular del Poder Ejecutivo que tiene el poder y deber de administrar necesitamos establecer estrictamente de dónde vamos a transferir recursos", aseguró luego para recordar que pocos días antes había tenido que pagar el Boden 2012. En ese mismo acto, lanzó un plan de cooperativas sociales, y sólo dos meses después (el 29 de octubre) presentó la AUH que financian los trabajadores.
Desde todo el arco ideológico y partidario elogian la AUH. A pesar de lo que podría pensarse no será una pesada herencia para futuros gobiernos aunque Cristina Kirchner use ese temor para hacer campaña. Este año, según cálculos de Ecolatina, costará al fisco unos $ 35.000 millones. Ese monto es aproximadamente un 2% del presupuesto nacional. La AUH precisa menos fondos que, por ejemplo, las pensiones no contributivas ($ 45.000 millones).
Gracias al falseamiento de datos del Indec y la escasez de números oficiales, a los académicos se les dificulta medir el impacto de la AUH en la reducción de la pobreza. Sin embargo, entre los analistas que trabajaron el tema afirman que se trata de unos de los programas sociales más ambiciosos de América latina. Por lo menos, así lo indican Santiago Garganta y Leonardo Gasparini, investigadores del Cedlas, que publicaron varios estudios sobre la asignación.
"Es claro que la AUH es un programa masivo de ingresos, cuyo impacto sobre la economía en general, y las variables laborales en particular, es potencialmente grande", escribieron. "El programa ha tenido un significativo impacto reductor sobre los niveles de pobreza y desigualdad de ingresos, y resultados alentadores sobre los nivel de asistencia escolar", completaron.
Sin embargo, Garganta y Gasparini muestran algunos efectos no deseados. De acuerdo con su trabajo, desde 2010, la AUH genera desincentivos para la formalización laboral de trabajadores no registrados y cuentapropistas con hijos. Esto por otra parte -según los analistas- impacta más fuertemente en proporción en las mujeres que en los hombres. Estimaron además que la AUH pudo afectar la tasa de fecundidad en algunos casos puntuales.
Un estudio econométrico de Juan Luis Bour y Nuria Susmel de FIEL completa esa visión. La caída de la tasa de participación laboral de mujeres jóvenes menores de 30 años es muy marcada en el Gran Buenos Aires: de poco más de 51% en 2004 y 48% en 2011 a 39,6% en 2014. "Esa salida del mercado laboral, si se mantiene por algún tiempo, reduce la probabilidad de que la persona vuelva después al mercado y encuentre un empleo. Reduce su empleabilidad", sostiene Bour.
De acuerdo con datos de la Anses, la AUH cubre hoy a 3.573.598 beneficiarios. El 37,27% es de la provincia de Buenos Aires. Luego aparecen Córdoba (7,86%) y Santa Fe (7,26%), dos distritos que políticamente son opositores al Gobierno. A pesar de su nombre, la AUH no es universal. Quienes no están cubiertos acceden a una asignación familiar (3.326.840) o a una deducción especial del impuesto a las ganancias. Sin embargo, según la economista de la Coalición Cívica (CC) Fernanda Reyes, hay más de 2 millones de chicos en la Argentina que no reciben ningún ingreso por derecho. "Hoy no es universal. Sí es importante y la defendemos pero queremos que cobren todos", concuerda el candidato a presidente por Unión Popular, Víctor De Gennaro.
El proyecto de ley que envió al Congreso esta semana la Presidenta buscará otorgarle movilidad automática a la AUH, que nació por decreto -modificaba la ley de asignación familiares- en 2009. Se utilizará el mismo sistema que para las jubilaciones. Se trata, según Reyes, de un cálculo poco transparente del que no se conocen ni la fórmula final ni los valores de los parámetros utilizados. Por eso, la CC, a la que se le negó un pedido de informe, presentó un amparo judicial.
En plena campaña, Cristina Kirchner anunció además un aumento para la AUH. Pasó de $ 644 a 837 pesos. Según Graciela Bevacqua, aún con esta actualización, el poder de compra de la asignación perdió 6,1% desde 2009. La técnica desplazada del Indec, dice que la AUH subió 365%, mientras que los alimentos -consumo clave de aquellos con menos recursos- se dispararon un 387%. Para Ecolatina, en cambio, la AUH está un 9% por arriba de su poder de compra original. Paradojas de la falta de datos oficiales.
El primero en traer el tema al país fue el economista Rubén Lo Vuolo en 1995 con su libro Contra la exclusión. La propuesta del ingreso ciudadano. En 1997, Carrió y la diputada radical Elisa Carca presentaron un proyecto concreto, elogiado incluso por Horacio Verbitsky. El mismo reclamo y la presión popular la aportó el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo), encabezado por De Gennaro y apoyado por Néstor Kirchner y otros movimientos sociales, desde 2000. Pero para Cristina Kirchner es Eva Perón "la que volvió con la Asignación Universal por Hijo".