Lo reportaron Politico y Bloomberg, que citaron a funcionarios de la Casa Blanca; más reacciones de los ganaderos norteamericanos
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WASHINGTON.- En medio de las críticas de los ganaderos norteamericanos con el plan del presidente Donald Trump de importar más carne argentina para bajar los precios en el mercado local, la Casa Blanca analiza cuadriplicar la cuota para el país, hasta las 80.000 toneladas, según revelaron los medios Politico y Bloomberg este miércoles, al citar a personas familiarizadas con las conversaciones.
Según publicó Politico el miércoles, funcionarios de la administración Trump comunicaron a legisladores republicanos del Congreso y representantes del sector agrícola que consideran comprar 80.000 toneladas de carne argentina, aunque esa cifra no es definitiva y las negociaciones están en curso, según las cuatro fuentes, quienes solicitaron el anonimato para poder hablar del asunto.
Esta mañana, además, en línea con lo informado ayer por los otros medios, la cadena CNN citó a otro funcionario de la Casa Blanca que dijo que la administración planea aumentar la cuota de carne de la Argentina a 80.000 toneladas
La cuota actual de importación de carne de Estados Unidos desde la Argentina es de 20.000 toneladas. Ese cupo paga un arancel del 10%. Por fuera de ello se abona un 36,4% de derecho. En rigor, el año pasado, entre lo vendido por cuota de 20.000 toneladas y extra cupo el país le exportó a EE.UU. 33.697,8 toneladas peso producto por US$188,43 millones.
El beneficio para la Argentina se enmarcaría en las negociaciones comerciales que llevan adelante ambas administraciones, y que estaría cerca de anunciarse.
.@USDA is announcing the Plan for American Ranchers and Consumers — a strategy to rebuild our cattle herd and lower prices.
— Secretary Brooke Rollins (@SecRollins) October 22, 2025
Protect & Improve the Business of Ranching:
🌾 +5 million acres for grazing access alongside @SecretaryBurgum
🌩 Enhanced disaster recovery tools
✅…
En tanto, el gobierno de Trump publicó este miércoles un plan para fomentar la ganadería e impulsar la producción nacional de carne, en momentos en que el presidente norteamericano busca bajar los precios para los consumidores.
El paquete, presentado en el sitio web del Departamento de Agricultura que dirige Brooke Rollins, incluye medidas para facilitar a los ganaderos el pastoreo de ganado en tierras federales, aumentar los subsidios a los seguros y reducir drásticamente los costos para los pequeños procesadores. El plan no hace mención a la cuota de carne argentina.
La medida, anticipada a principios de esta semana por Rollins, se produce en un momento en que el gobierno de Trump enfrenta críticas de los grupos ganaderos por el plan para importar más carne de la Argentina, cuya administración ha recibido un multimillonario auxilio financiero del Departamento del Tesoro.
“El gobierno, buscando aliviar el aumento de los precios internos de la carne vacuna, cuadriplicará la cuota arancelaria para la carne vacuna argentina a 80.000 toneladas al año”, dijo el miércoles un funcionario de la Casa Blanca, citado por Bloomberg. Hasta el momento no hubo confirmación oficial al respecto.
“Si Trump sigue adelante con lo que ha planteado, creo que es una traición al ganadero estadounidense”, declaró a la CNN Christian Lovell, ganadero de Illinois y director senior de programas de Farm Action, una organización agrícola no partidista. “Es como si nos estuvieran vendiendo a un competidor extranjero”, añadió.
En un comunicado, Colin Woodall, director ejecutivo de la la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne Vacuna, una asociación comercial de productores, dijo que la organización y sus miembros “no pueden respaldar al presidente mientras socava el futuro de los agricultores y ganaderos familiares al importar carne argentina en un intento de influir en los precios”.
El miércoles, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, había señalado que todavía no había hablado con Trump sobre la negociación con la Argentina por las importaciones de carne vacuna, pero dio a entender que se podría avanzar en ese sentido.
“El gobierno argentino está abierto, y está funcionando, por lo que podemos negociar con ellos”, dijo en la Casa Blanca el influyente funcionario, al hacer una diferenciación con lo que pasa en Estados Unidos por el cierre del gobierno federal (shutdown).
Luego se refirió al cierre que afecta a la administración norteamericana. “Hay muchas cosas que queríamos hacer. Queremos hacer llegar dinero a nuestros agricultores, especialmente a nuestros productores de soja, pero el gobierno [norteamericano] ha estado cerrado. Así que creo que los senadores demócratas, yo les diría a los senadores demócratas moderados, pueden ser héroes: reabran el gobierno”, añadió Bessent.
Por su parte, Trump se expresó este miércoles en su red Truth Social sobre la situación de los ganaderos. “No entienden que la única razón por la que les va tan bien, por primera vez en décadas, es porque impuse aranceles al ganado que entra a Estados Unidos, incluyendo un arancel del 50% para Brasil. Si no fuera por mí, estarían haciendo lo mismo que han hecho durante los últimos 20 años: ¡terrible! Sería bueno que lo entendieran, pero también tienen que bajar sus precios, porque el consumidor es un factor muy importante para mí“, dijo.
El domingo pasado, Trump señaló que su gobierno podría avanzar en más compras de carne argentina para contener los precios internos. Estados Unidos consume unos 12 millones de toneladas de carne al año y la Argentina le exportó en 2024 33.697,8 toneladas peso producto por US$188,43 millones. Como se dijo, dentro de esa cantidad hay una cuota de 20.000 toneladas con 10% de aranceles, y por encima de ese tonelaje se paga un derecho de 36,4%.
El martes, en tanto, Rollins había dicho que “en uno o dos días” podría haber novedades sobre las importaciones de carne de la Argentina. “No será mucho”, dijo sobre la cantidad, y señaló que el país [por la Argentina] "enfrenta un problema de fiebre aftosa” y que eso representa un “desafío” para el USDA. Esta última declaración generó un fuerte rechazo del agro argentino, aunque no se pronunció el gobierno de Javier Milei.
El último foco de fiebre aftosa en la Argentina se registró en 2006. Desde el río Colorado al Norte, el país tiene el estatus de libre con vacunación, y la Patagonia está considerada libre sin vacunación. Ese estatus es otorgado por la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE en sus siglas en inglés).
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