Cómo funciona el golden parachute, una dorada indemnización que se cuenta en millones
Se trata de una práctica habitual entre los ejecutivos de compañías multinacionales, pero cuyo monto está bajo la lupa en empresas que cotizan en bolsa y que deben rendir cuentas a sus accionistas
El pago de 72 millones de pesos, revelado por La Nacion, al ex presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio en compensación después de su desvinculación y que corresponde a lo que se denomina "golden parachute" o "paracaídas de oro" tuvo amplias repercusiones por el elevado monto de la indemnización.
Esta herramienta es una cláusula dentro del contrato laboral y corresponde a una indemnización ya pautada en caso de que un alto ejecutivo que ingresa a una empresa sea desvinculado. "Se trata de un paquete económico para protegerlos en caso de un evento negativo en su carrera", dice Edgar Medinaceli, Area Manager de Russell Reynolds en la Argentina.
"No se trata de una indemnización extraordinariamente brutal para una posición como la de Galuccio, aunque puede resultar irritante para la gente", dice un reconocido headhunter que prefiere que no se lo nombre. "Para un CEO de una petrolera del tamaño de YPF, está dentro de lo posible. Quizás se podría haber negociado un monto más bajo, pero hay que tener en cuenta que el gobierno en ese momento estaba desesperado por activar la gestión, y que el CEO que quería traer ya estaba trabajando en otra petrolera. Además, del lado de Galuccio, era lógico pensar que, con elecciones por delante, podía quedarse sin el trabajo ante un cambio de gobierno".
Por otro lado, esta práctica, lo mismo que los bonus exorbitantes, comienza a ser rechazada sobre todo en empresas que cotizan en bolsa. "Hay que salir a explicar a los accionistas por qué se pagó ese monto. Por eso en Europa estas indemnizaciones están muy reguladas y tienen límites. Para mucha gente son excesivas", dice Midinaceli.
Sobre todo cuando la empresa en cuestión tiene problemas financieros. Ese fue el caso del ex CEO de American Airlines, Tom Horton, que trabajó en la compañía con serios problemas financieros de 2011 a 2013, y que se fue con un paracaídas de 17 millones de dólares causando un profundo malestar en los empleados y accionistas.
Una compensación de entre uno y dos años
El contrato puede incluir además del efectivo, acciones de la empresa y otros beneficios. "Si se produce un evento no planificado, el beneficio monetario es muy grande", dice Medinaceli. "En general se trata de entre uno y dos años de compensación"
En general, este nivel de top management es "hunteado" por alguna de las consultoras que se dedican a buscar a la persona indicada según los requerimientos de determinada empresa. Si la persona tiene una excelente posición en otra compañía es difícil que la deje a menos que tome algunos recaudos que lo protejan del riesgo de quedarse sin trabajo, y salir de una posición que no es fácil de volver a encontrar, ya sea porque la empresa se fusionó, o fue adquirida, o simplemente porque el directorio quiere un cambio. El "golden parachute" es un seguro de oro para este tipo de imprevistos.
El New York Institute of Finance denomina esta compensación extraordinaria como "extravagante" y usada principalmente en casos en que una compañía es adquirida por otra. De esta manera se logra que el principal ejecutivo de la compañía colabore abiertamente con la fusión, a pesar de que su puesto puede correr riesgos. Tiene una colchoneta mullida para acomodarse en caso de desvinculación.
Como ejemplo, en marzo de este año, después de la fusión entre DuPont y Dow Chemical que convirtió a ambas empresas en una sola, DowDuPont, sus CEO’s recibieron un total de 80 millones de dólares gracias a sus paracaídas de oro. El CEO de Dow, Andrew Liveris, obtuvo 52.8 millones en cash, acciones y otros pagos, según informó Reuters. Por su parte. Edward Breen, de DuPont, se llevó 27 millones de dólares.
Cara a cara, la empresa y el ejecutivo
Tal como informó La Nacion en abril de este año, la búsqueda del nuevo CEO de YPF está a cargo de Egon Zehnder una consultora especializada en "head hunting" bastante hermética a la hora de brindar información por "una política global", según dicen. En términos generales, el trabajo de la consultora consiste en presentar a la empresa uno o mas candidatos después de buscarlos meticulosamente y no sólo en la Argentina, sino en la región y en el resto del mundo. Por eso en general se contrata a una consultora internacional para este tipo de perfiles, que se interioriza sobre cuáles son los desafíos que afrontará la posición y recomienda quién o quiénes pueden llevarlos adelante según sus antecedentes y logros profesionales.
Una vez que se logró esta meta, la negociación fina es entre la empresa y el ejecutivo seleccionado, abogados mediante, ya que consultoras como Egon Zehnder cobran un fee fijo por el trabajo. "Cada candidato tiene sus condiciones y las negocia con la empresa", dice un reconocido headhunter.
En materia legal, Lucas Granillo Ocampo, socio del estudio Garrido, dice que "cuando se contrata a gerentes de primera línea en general tienen un poder de negociación grande. Por eso suelen pedir que se les garantice un beneficio económico en caso de salida". Puede tratarse de un monto fijo, de años de salario o también se puede implementar una fórmula que tenga en cuenta la experiencia, la actividad y también la mejora de los resultados de la compañía a partir de su gestión. "En algunos casos si la gestión no dio beneficios económicos, el parachute puede ser igual a cero, aunque es raro, siempre se van con algo".
El abogado dice también que en la Argentina es muy difícil probar una causa en caso de despido, por lo que es casi imposible que caiga la cláusula. "Aquí los tribunales son reticentes a otorgar causa, y no es causal de despido la mala gestión".
Esta herramienta legal es una especie de contrato prenupcial. Cuando se termina el matrimonio entre la empresa y el ejecutivo, ya está definido cuál es el monto que corresponde a la separación, que puede ser bastante costosa.