Crisis financiera: por qué países como la Argentina no serían contagiados por los bancos de EE.UU. y Europa
La calificadora de riesgos afirmó que el impacto será limitado debido a que las entidades locales no tienen gran exposición a los bancos afectados por la crisis; tampoco se enfocan en empresas de tecnología y criptoactivos
LA NACIONPrimero, fue la quiebra del Silicon Valley Bank, el jueves de la semana pasada. Pero, en cuestión de días, se generó un efecto contagio que impactó sobre otros bancos de Estados Unidos y Europa: también cerraron el Silvergate Bank y el Signature Bank, mientras que el First Republic Bank y el Credit Suisse Group debieron ser rescatados. ¿Podría la crisis financiera expandirse hasta América Latina?
De acuerdo con un informe que compartió la calificadora de riesgos Moody’s, el efecto sería más bien limitado. Esto se debe a que las entidades financieras de la región no tienen una gran exposición a los bancos que se vieron afectados por la crisis. Tampoco se enfocan en empresas de tecnología financiera y criptoactivos, sea a través de depósitos como de préstamos.
“En general, los bancos latinoamericanos que calificamos mantienen una administración adecuada sobre las consideraciones clave de riesgo que culminaron en el deterioro de la confianza de los inversionistas en los bancos estadounidenses. A pesar de eso, los rápidos cambios que hemos visto en la confianza financiera exigen un seguimiento cercano y continuo de la cartera bancaria en América Latina”, detalló el informe.
Solo el Banco Bradesco, en Brasil, y el chileno Banco de Crédito e Inversiones tienen filiales bancarias en los Estados Unidos. Y, aun así, los riesgos de estas empresas están “relativamente contenidos” dadas las operaciones pequeñas que realizan.
En cambio, la mayoría de los sistemas bancarios en América Latina se concentra en bancos “grandes, diversificados y sólidos”. Incluso entre los bancos pequeños que se especialisan en el segmento mayorista, no se enfocan en una sola industria, como el tecnológico.
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“Los sistemas bancarios en América Latina están altamente concentrados entre los diez bancos más grandes de cada país. Las instituciones medianas y pequeñas representan menos de un tercio de los activos de los sistemas en promedio. Si bien las empresas de tecnología financiera se han expandido significativamente en la región, en particular durante los últimos ocho años, ningún banco en América Latina tiene una operación de nicho enfocada en atender principalmente al segmento fintech brindándoles servicios de administración de efectivo y operaciones de préstamo. La mayoría de los bancos calificados tienen una alta diversificación de negocios, mientras que entre los bancos de nicho más pequeños, los negocios están relacionados principalmente con los préstamos tradicionales a consumidores y empresas”, observaron.
Hay una explicación para esto. En las últimas décadas, los bancos latinoamericanos tuvieron que lidiar con frecuencia con períodos prolongados de altas tasas de interés e inflación. Eso ayudó a que los equipos de administración construyan “marcos sólidos” para controlar los riesgos de mercados asociados con los descalces de activos y pasivos.
“La regulación del riesgo de mercado es generalmente muy estricta en América Latina, lo que da como resultado que los bancos mantengan posiciones de cobertura considerables contra movimientos de tasas de interés y porciones más pequeñas de posiciones de valores mantenidos hasta el vencimiento. La baja diversificación de las clases de activos y los volúmenes de transacciones relativamente pequeños en los mercados de capitales nacionales han empujado a los bancos a asignar grandes sumas de activos líquidos a los bonos del gobierno”, remarcó.
En números, la relación de activos líquidos con respecto a activos tangibles fue del 32,2% para los bancos de la región, según los últimos datos que registró Moody’s. En comparación, a nivel global el índice escala a un 38,9% en junio de 2022. Además, entre el 65% y 90% de la cartera de los bancos locales está conformado por instrumentos de negociación y valores negociables para la venta. Eso permite que tengan activos líquidos y que los recortes sean pequeños en caso de necesitar vender activos para pagarles a los depositantes.
Pese a la crisis a nivel global, en América Latina no hay signos de salida de depósitos. Paradójicamente, la “limitada sofisticación” de los mercados financieros locales y las altas tasa de interés han respaldado la estabilidad de los depósitos como fuentes de financiamiento para los bancos locales.
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