De la incertidumbre al pesimismo, sin escalas
Estabilizar la economía será una tarea ciclópea. A medida que pasan los días y se acercan las elecciones, entre los agentes económicos empieza a tomarse real dimensión de la herencia que recibirá quien asuma el poder en diciembre. El problema es que, sin definiciones reales sobre posibles planes, la incertidumbre que impera desde las PASO empieza a transformarse en pesimismo.
Para muchos es clave que, de repetirse el resultado de las primarias, Alberto Fernández dé señales sobre lo que planea hacer tan pronto como se abran las urnas y se oficialicen los números de la votación. El riesgo de que el equipo económico de Fernández caiga preso del mismo pensamiento mágico que contaminó en un comienzo a los hombres que integraron el "mejor equipo de los últimos 50 años" genera resquemor entre grandes inversores. "Se creen que porque son distintos las cosas se les van a dar mejor -decía la semana pasada un poderoso empresario, después de tener un raid de reuniones con varios de los hombres fuertes de Alberto-. Pero acá también falta un plan", se lamentaba.
No pocos fondos de Wall Street buscaron en las últimas semanas obtener luz sobre los planes de Fernández para la deuda en manos de privados. El economista Guillermo Nielsen viene recibiendo a muchos de ellos. Si bien el exsecretario de Finanzas de Roberto Lavagna tiene intenciones de participar de la política energética en un eventual gobierno del Frente de Todos, no descarta tener en un comienzo la tarea de negociar el reperfilamiento de los pasivos en manos de privados. Al fin y al cabo, sus interlocutores son todos viejos conocidos. El abogado Marcelo Etchebarne, cuyo rol en el canje de deuda organizado por Amado Boudou le valió algunos cuestionamientos luego desestimados por la Justicia, es uno de los que le acercaron varios fondos de inversión después de las PASO.
Y aunque no se trata todavía de un comité de acreedores formal, existe otro grupo de fondos, entre los cuales está Greylock Capital, de Hans Humes, que periódicamente intercambian información y estrategias sobre la deuda argentina. Humes participó junto con el abogado Eugenio Bruno -especialista en temas de deuda, pero también subsecretario de Asuntos Regulatorios Financieros durante la gestión de Luis Caputo como ministro de Finanzas- de un encuentro con Nielsen en Buenos Aires, después de las primarias. "Es importante para los acreedores empezar aunque sea conversaciones informales ahora, no el 10 de diciembre. Si nadie entra en pánico, una reestructuración a la uruguaya es posible", dice Humes. "Nuestra única preocupación pasa por el nivel de reservas. Y en tanto y cuanto no haya pánico, las reservas pueden aguantar".
Pero la velocidad con la que se deteriora la economía da cuenta del muy estrecho margen de ensayo que tendrá quien resulte victorioso en octubre. Muchos industriales que le manifestaron a Fernández su intención de impulsar un acuerdo de precios y salarios están aprovechando estas semanas para hacer los ajustes de personal y de precios que temen no poder concretar una vez que el acuerdo esté en marcha. Como en La Bella y la Bestia, los sillones verdes de la Secretaría de Comercio, en el edificio de Diagonal Sur, parecen cobrar vida, mientras añoran tiempos pasados en los que desfilaban por esa oficina un sin fin de empresarios.
El acuerdo partirá de un escenario aun más gris del que se vislumbraba hasta ahora. No importa qué sector se mire, en todos hay nudos cada vez más difíciles de desentrañar.
El congelamiento de las tarifas de los combustibles y el reperfilamiento de deuda provocaron serias complicaciones en Vaca Muerta, el negocio con el que todo político cree que podrá "salvar" a la Argentina. La pesificación de tarifas que afectó a empresas como YPF terminó trasladándose a toda la cadena de pagos. Hay grandes compañías de servicios, como Schlumberger, hoy reclamando por el descongelamiento. La mayoría se ilusionan con que parte podría liberarse a partir del 28 de octubre. En paralelo, muchas de estas empresas también están sufriendo por al falta de crédito en dólares en el mercado local; solo están consiguiendo pesos a tasas del orden del 90% anual, impagables aun para quienes participan de uno de los negocios más prometedores de la Argentina.
Pero no solo la coyuntura local pone en riesgo la sostenibilidad del negocio de petróleo y gas no convencional. La fuerte movida global de concientización sobre el cambio climático podría hacer que la búsqueda de financiamiento en el exterior para Vaca Muerta no sea tan sencilla. Miguel Galuccio, exnúmero 1 de YPF y referente petrolero de Cristina Kirchner, lo está experimentando en carne propia. En una carta fechada el 10 de septiembre pasado, ocho senadores demócratas -entre ellos, el excandidato presidencial Bernie Sanders- le pidieron a la OPIC, la agencia de inversiones que depende del Tesoro de Estados Unidos, que no avance con dos créditos por un total de US$450 millones para Aleph Midstream y Vista Oil & Gas Argentina -ambas empresas de Galuccio- para la instalación de 110 pozos de petróleo y gas en Vaca Muerta, debido a que ambos proyectos presentaron un "estudio incompleto de impacto ambiental y social" y presentan un "riesgo para la salud y la seguridad de las comunidades locales". El directorio de la OPIC hizo oídos sordos a la presentación de los legisladores de la oposición y aprobó el 11 del mes pasado el préstamo, pero el desembolso aún debe sortear varios escollos administrativos.
A las oficinas de los bancos de inversión están llegando varios casos de reestructuración de deuda corporativa. Uno es el de TGLT, la desarrolladora que a comienzos de 2018 compró Caputo, la constructora de Nicky Caputo, íntimo amigo del presidente Mauricio Macri. La mayoría de los tenedores de sus bonos convertibles aceptó canjearlos por acciones preferidas de la empresa; la operación por US$150 millones está pendiente de aprobación en la Comisión Nacional de Valores. Sus accionistas IRSA y el fondo PointState Capital acordaron además inyectarle capital fresco.
Mientras que los procesos de reestructuración que estaban a punto de cerrarse, como el de Molino Cañuelas, tuvieron que replantearse. Es probable que la compañía, que debe a los bancos unos US$1500 millones, termine entregándoles a sus acreedores más participación accionaria de lo que había acordado.
Aunque tal vez lo que llamó más la atención de algunos banqueros sea la circulación de nombres de multinacionales dispuestas a entregar la llave de su negocio. En toda crisis hubo casos de compañías que hasta pagaron con tal de que un tercero se hiciera cargo de su operación en la Argentina. Esta crisis no será la excepción; resta ver quiénes serán los "nuevos" empresarios nacionales que surjan.
La situación de la industria aseguradora es igualmente dramática. Varias empresas internacionales hicieron gestiones ante las cámaras bancarias ABA y Adeba para que le pidan al Banco Central la posibilidad de comprar dólares para pagar los seguros de ahorro con capitalización denominados en moneda extranjera que habían vendido en los últimos años.
Al menos las aseguradoras lograron frenar en los últimos días una propuesta oficial para incrementar sus inversiones en el sector productivo. Hubiera sido una medida más que el macrismo toma prestada del kirchnerismo.
En el BCRA la imposición de los controles cambiarios provocó un resquebrajamiento interno. En desacuerdo con la nueva política, uno de los directores, Horacio Liendo, puso en los últimos días a disposición su renuncia. Sus colegas no se la aceptaron. Es uno de los que más saben del tema, habiendo participado en 2015 de la eliminación de muchas de las normas que ahora vuelven para contener la fuga de divisas.
Mucha atención suscitan, entretanto, los movimientos en las empresas públicas. Sergio Massa busca poner un pie en varias. Aunque podría terminar teniendo menor protagonismo en YPF del que hubiera deseado, sí estaría cerca de influir sobre Aerolíneas Argentinas, donde comenzó a sondear -algunos dicen de la mano del expiloto presidencial Jorge Pérez Tamayo- a Isela Costantini y su equipo para que quien fue presidenta de la empresa en los primeros tiempos de Macri vuelva a ese puesto.
Más leídas de Economía
Prepagas. El Gobierno confirmó el recálculo de las cuotas de siete entidades y las subas no podrán superar el 114,6% respecto de diciembre
Nuevo incremento. Paritaria Uocra: cuánto cobra un obrero de la construcción en mayo 2024
“Es una locura”. Los productores hacen lo imposible para cosechar mientras un dato genera alivio