
Hay cada vez más países que prueban el dulce de leche
Las ventas se incrementaron un 50% y Rusia es uno de los que más compran
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El dulce de leche, junto con la birome y el mate, es un símbolo argentino. El primero de ellos, el más sabroso y deseado, ahora está ganando fama y fortuna en el exterior. En 1997 se exportó por un valor de 6,164 millones, un 50 por ciento más que el año anterior. Los países más ávidos por este manjar son Rusia y Paraguay. El volumen de ventas más allá de la frontera ronda el 2,6 por ciento del volumen total de lácteos.
Lactona-Gándara es el principal exportador, seguido por SanCor, La Serenísima, San Ignacio, La Salamadra -de Javier González Fraga-, entre otros. Los marplatenses de Chimbote, una de las marcas más queridas, instalaron el año último una planta en Miami para abastecer todo el mercado norteamericano.
Los empresarios prefieren no hablar de explosión. Pero aseguran que las ventas al exterior de un producto típicamente nacional y desconocido aún en muchos lugares vienen creciendo a ritmo sostenido en pequeños volúmenes.
"El dulce de leche es un sabor patriótico, es 100 por ciento argentino. Es un orgullo exportarlo, es un sentimiento", afirmó Orentino Vidal, vicepresidente ejecutivo de Lactona.
La empresa láctea de la familia Rodríguez vendió al exterior, el año último, 2.144.000 kilos, por un valor de 2,9 millones de dólares. Para 1998 estima exportar un volumen de 3.500.000 kilos por un valor de 4,7 millones de dólares.
Los destinos de sus potes de 310 gramos -alrededor de 8 onzas- son, en orden de importancia, Rusia, Paraguay, Brasil, Siria, Estados Unidos, España, Israel, Uruguay.
Hace cuatro años que comenzó la acción promocional de su producto en las ferias de alimentación internacionales.
Su marca es Gándara, pero les permiten a sus distribuidores ponerle al pote las etiquetas con nombres más vinculados con el país importador. Por ejemplo, en Estados Unidos, sus marcas son Pink Cow y Doole.
El sabor no es siempre el mismo y se ajusta al paladar de cada comprador, más o menos dulce.
La ex Unión Soviética es el gran mercado. Según los empresarios consultados, la necesidad de nuevos productos luego de la apertura económica y el simple hecho de que gustó el sabor transformaron a ese país en el principal importador.
Según datos de la Fundación Export Ar, Rusia compró, en 1996, por 133.200 dólares y en 1997 saltó abruptamente a 2,188 millones de dólares.
Le siguen en importancia Paraguay, con 2,007 millones de dólares, y Bolivia, con 556.000 dólares. Estados Unidos e Israel asoman como potenciales compradores de volumen con importaciones por 208.000 dólares y 204.000 dólares, respectivamente.
El sueño argentino de hacer fortuna vendiendo dulce de leche en Estados Unidos todavía tiene un largo tramo por recorrer para ser realidad.
"No se venden grandes volúmenes. Es un sabor nuevo para ellos. Es un producto similar al Nutela, pero más sano y más sabroso. Nos ayuda el ciclo climático. Cuando acá es temporada baja (verano), allá es la alta y viceversa", puntualiza Vidal.
Chimbote, el pionero
El más arriesgado en el gran mercado del Norte es Chimbote. Jorge Beloti, dueño de la marca, instaló hace un año una fábrica de dulce de leche en Miami, cerca del aeropuerto. Emplea a ocho personas y desde este punto provee a 30 Estados de Estados Unidos.
"No es tanta la furia, pero tenemos un crecimiento en ventas del 1 por ciento mensual", aclara Beloti.
La demanda es flexible y se produce de acuerdo con ella.
La marca con la que comercializan el producto es Chimbote y la comunidad latina en ese país es la gran consumidora.
El rotundo éxito se lo llevan los helados Häagen Dasz, que con el gusto caramel, tomado de las sucursales argentinas, siempre se termina en los locales norteamericanos.
Son más de cincuenta
Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, en 1996 se registraron exportaciones récord, a 16 países, alcanzando las 2900 toneladas, un 226 por ciento más que el año anterior. De acuerdo con los últimos datos, hasta agosto de 1997 se exportaron 2323 toneladas por un valor de 2,3 millones de dólares.
Según datos de la Fundación Export Ar, en 1997 se vendió al exterior dulce de leche por un total de 6,164 millones de dólares, contra 4,102 millones de dólares del registro anterior, un crecimiento del 50 por ciento.
Existen aproximadamente 50 empresas que elaboran el producto, pero siete firmas concentran el 46% del mercado. Entre ellas se destacan SanCor, La Serenísima, Lactona, San Ignacio.
La Cooperativa SanCor, desde 1993, vende al exterior dulce de leche. Exporta 80 toneladas mensuales a Bolivia, Paraguay, Brasil y los Estados Unidos. Asimismo, están explorando los mercados de Perú y Chile.
Su marca es SanCor, menos en Paraguay, donde comercializan Angelita. A Brasil llegan a través de su filial de San Pablo. El formato de exportación es el frasco de vidrio de 454 y 908 gramos.
Juan Bueno, jefe de venta de Comercio Exterior, le dijo a La Nación que "es un mercado estable, de poco volumen. Esperamos un crecimiento lento pero sostenido".
Para La Serenísima, la exportación de dulce de leche no es su caballito de batalla.
Según Osvaldo Capelini, gerente de relaciones institucionales, estiman llegar a vender 25 toneladas durante este año.
Por ahora, exportan a Brasil por medio de su controlada Leitesol y estudian ventas a Rusia.
La firma de helados Massera, dueña de la marca Vauquita, comenzó a exportar a Uruguay.
Ya tiene pedidos de España e hizo contactos con países como Japón, Shanghai, Vietnam, Nicaragua y Honduras. Está negociando con distribuidores las condiciones de precio final y packaging.
"El sabor gusta muchísimo en el paladar de todo el mundo. Lo pudimos comprobar en las degustaciones de las ferias internacionales. Creo que hay posibilidades de exportación para todos los productores", afirmó Carlos Castro, export manager de Massera.





