Impulsada por el dólar barato y el boom de viajes a Brasil, la salida de turistas marcó un récord en 2025
El balance del turismo internacional arrojó un rojo de 6,4 millones de personas entre enero y noviembre; se trata del nivel más alto para ese período desde que se publica la serie oficial
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La salida de argentinos al exterior volvió a acelerarse en noviembre, mientras que el ingreso de turistas extranjeros sigue en retroceso. El contexto de un dólar “barato” y precios más competitivos en los destinos más elegidos, especialmente Brasil, derivó en el mayor déficit turístico acumulado para un período de once meses desde que se tiene registro oficial. El proceso, que implica una salida de divisas neta en medio de la escasez de reservas en el Banco Central, coincidió con las intervenciones del Gobierno para mantener el tipo de cambio a raya.
El dato se conoce en la misma semana en la que el Indec informó la decisión del oficial de dejar de financiar, a partir del 1° de enero de 2026, la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) y la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH). La medida, impulsada por el secretario de Turismo y Ambiente, Daniel Scioli, afecta a dos de los principales relevamientos estadísticos del sector.
Scioli presentó en el Banco Nación el programa “Viaja +”, con beneficios crediticios y descuentos en pasajes, hotelería, gastronomía, balnearios y alquiler de autos, entre otros rubros, con el objetivo de impulsar la actividad turística interna. La iniciativa guarda similitudes con los programas de incentivo aplicados por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, que este año alcanzó un récord de visitantes extranjeros, con una fuerte presencia de turistas argentinos.
Según datos del Indec, que publicó la Estadística de Turismo Internacional (ETI), entre enero y noviembre salieron del país 11,19 millones de residentes, mientras que ingresaron 4,78 millones de turistas extranjeros. El resultado fue un saldo neto negativo de 6,41 millones de personas, el más elevado de toda la serie para ese período.
El deterioro se consolidó en noviembre, un mes clave por su impacto en el inicio de la temporada alta. Durante ese mes, las salidas al exterior alcanzaron a 763.789 personas, un 15,3% más que un año atrás, mientras que los ingresos de turistas no residentes sumaron 491.371, con una caída del 2,7%. El déficit mensual fue de 272.418 personas, un 73% mayor al registrado un año atrás.
En términos históricos, el rojo acumulado de 2025 ya superó al observado en 2017, a igual altura del año, y se ubicó muy cerca del peor registro anual completo, correspondiente a 2018. La comparación resulta aún más significativa si se tiene en cuenta que el dato de este año no incluye diciembre, un mes tradicionalmente deficitario para la balanza turística.
A pesar del déficit externo, el turismo mantiene un peso relevante en la economía real. Si se mide el gasto directo asociado a la actividad, el PIB turístico representa alrededor del 1,7% del producto, con un fuerte efecto multiplicador sobre sectores como transporte, gastronomía, hotelería y servicios culturales. Sin embargo, la Argentina capta apenas el 0,29% de los ingresos mundiales por turismo receptivo, en parte por un bajo gasto promedio por visitante, estimado en US$751 por viaje, por debajo del registrado en otros países de la región.
El fenómeno encuentra una explicación clave en el contexto cambiario. Según un análisis de la consultora Equilibra, si bien el Tipo de Cambio Real Multilateral se depreció y hoy se ubica 18% por encima del promedio del primer bimestre del año, la mejora efectiva para el turismo fue limitada. La virtual eliminación del dólar tarjeta y la posibilidad de pagar consumos en el exterior al tipo de cambio oficial hicieron que el tipo de cambio efectivo del turismo convergiera al dólar oficial, que se mantiene apenas 5% por encima del nivel de comienzos de año y 30% por debajo del promedio histórico desde la salida de la convertibilidad.
A este marco se suma la brecha de precios entre destinos locales y extranjeros. Un relevamiento de Laura Vernelli, de Equilibra, sobre paquetes para el verano de 2026 muestra que ir de vacaciones al exterior continúa siendo más barato que hacerlo dentro del país: mientras destinos nacionales como Ushuaia, Villa Carlos Paz o Pinamar superan los US$170 a US$250 diarios, opciones internacionales como Florianópolis o Santiago de Chile se ubican entre US$109 y US$147 por día. El TCR bilateral efectivo de turismo con países vecinos también muestra un encarecimiento: viajar a la playa en el exterior sería este verano más caro que el anterior en Brasil y México (10%), Uruguay (9%) y Chile (2%).
Más allá del tipo de cambio, también aparecen factores de comportamiento que ayudan a explicar el salto del turismo emisivo. Para Daniel Schteingart, director de Desarrollo Productivo Sostenible de Fundar, el dólar barato no es la única causa. “En un país con alta volatilidad, aparece un componente de oportunismo: muchos deciden viajar ahora porque no saben cuánto va a durar este contexto”, señaló. A eso suma una hipótesis vinculada al cambio en los patrones de consumo: ante la dificultad de acceder a la vivienda por la falta de crédito, especialmente entre los jóvenes, parte del ahorro en dólares se vuelca al consumo presente, como los viajes al exterior.
El principal beneficiario regional de este proceso es Brasil, que atraviesa un año récord en turismo internacional. Según datos oficiales del Ministerio de Turismo brasileño, más de 9 millones de visitantes extranjeros ingresaron al país entre enero y noviembre, superando el máximo histórico previo. En ese contexto, la Argentina se consolidó como el principal mercado emisor, con 3,1 millones de turistas, un 82,1% más que en igual período de 2024.
El auge del turismo internacional también tuvo impacto económico: los turistas extranjeros en su conjunto (no solo los argentinos) dejaron en Brasil US$7170 millones entre enero y noviembre, un 8,4% más interanual. En paralelo, según el Ieral, la salida de dólares por turismo emisivo en la Argentina se ubicaría este año entre US$11.000 y US$13.000 millones, con un saldo negativo de entre US$7000 y US$9000 millones.
El desbalance de 2025, además, se inscribe en una dinámica de largo plazo. La balanza turística argentina fue deficitaria en 42 de los últimos 49 años, y entre 2016 y 2024 el rojo promedio anual rondó los US$3000 millones, equivalente a 0,5% del PIB, según datos de Argendata, el proyecto de la fundación Fundar. Incluso en períodos de fuerte ingreso de visitantes extranjeros, el gasto de los residentes en el exterior superó sistemáticamente al de los turistas que llegan al país.
En conjunto, la combinación de dólar barato, precios internacionales más competitivos y una fuerte expansión del turismo regional explica por qué la Argentina atraviesa en 2025 el mayor registro de salida neta de turistas para once meses de toda la serie. El desafío ya no pasa solo por mover más viajeros, sino por revertir una dinámica que, en contextos de apreciación cambiaria, convierte al turismo en una de las principales vías de salida de divisas de la economía argentina.
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