El cofundador de Globant analiza el rol de la tecnología como fenómeno que “cruza toda nuestra vida”
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En el cierre del encuentro Inteligencia Artificial organizado por LA NACIÓN, José Del Rio, secretario general de Redacción, tuvo un mano a mano con Guibert Englebienne, cofundador de Globant y presidente de la firma para Latinoamérica y de Globant X. También preside Endeavor Argentina, cuyo principal objetivo es fomentar en el emprendedorismo.
-¿Qué rol le ve a la tecnología en el futuro?
-Definitivamente creo que todo aspecto en nuestras vidas, cómo trabajamos pero también cómo estudiamos o conectamos con nuestros amigos, cómo vivimos y toda nuestra vida está cruzada por la tecnología. Cuando comenzamos Globant lo que nos sorprendía era que la tecnología se utilizaba para optimizar procesos para bajar costos, era algo como que estaba detrás, pero de repente se metió en nuestros bolsillos, en nuestra vida todos los días, ni siquiera llegamos a desayunar sin abrir nuestro teléfono.
-¿Cuando mira hacia el pasado y lo proyecta hacia el futuro, qué le genera?
-Muchas sensaciones. La primera es que hoy somos capaces de crear historias emprendedoras en muchísimo menos tiempo. Antes, para crear una gran compañía había que pasar a través de tres generaciones, y se perdía mucho. Ahora tenemos la ventaja de ir y hablar con emprendedores a corazón abierto, que te cuentan cómo lo hacen, y eso es buenísimo. Además, tenemos mucha gente de nuestro equipo que está desde el día uno y que han sido testigos de todo esto. Entonces, por un lado, la tecnología aceleró sin dudas el catalizador de estos tiempos, pero también esta capacidad de poder visualizar una historia y saber cómo funciona, y se crea una gran compañía en un periodo de tiempo más corto, y creo que ahí hay un factor multiplicador que desde Endeavor trabajamos muchísimo.
-¿Cuáles son las claves para evolucionar en este mundo digital?
-Para mí ocuparse, dedicarle tiempo a esto. El mundo está cambiando radicalmente, la pandemia no ha hecho más que acelerar todo este tema de la digitalización y uno tiene que dedicarle tiempo a lo que está sucediendo. Me gusta preguntarme cuánto tiempo le vamos a dedicar a aprender lo que está pasando, porque muchos de nosotros estábamos ocupados haciendo otra cosas y no tomamos nota cuando estaban surgiendo los bitcoins. Creo que eso nos da una idea muy tangible de cuánto valor hemos perdido por no estar dedicados y focalizados en algo que estaba sucediendo. Ahora llevémoslo al caso del cambio tecnológico que se da no sólo en cripto sino en un montón de otros ángulos. Si no le dedicamos un 10% de nuestro tiempo a estar mirando y aprendiendo qué es lo que pasa, y dejamos que las cosas sucedan como pasaba con el bitcoin… Cuánta gente habla hoy de otras tantas tendencias que no le damos la debida atención, en esto si no le dedicás tiempo, te vas a quedar atrás.
-¿Y cómo se hace?
-Tenemos que mover a una forma de adoptar conocimiento que sea muchísimo más granular, continua, a lo largo de toda la vida, para poder abrazar la tecnología, porque aquel que la abrace va a generar un avance fenomenal, y lamentablemente vamos a encontrarnos con un mundo en el cual aquel que no lo haga, va a quedar detrás. Mucho de lo que estamos trabajando desde Globant tiene que ver con cómo podemos hacer que la gente entienda esta realidad, pueda subirse, hay una gran oportunidad para la región en general y para el talento de subirse a carreras con inteligencia artificial. Hoy, la tecnología cruza todo, ya no es más una herramienta de cálculo, sino una humanística, tal vez la más formidable que el mundo haya conocido.
-Viendo la historia de Globant, ¿qué es lo que le divierte hoy de correr el arco?
-A nosotros siempre nos divirtió la ambición de pensar en algo que pudiera transformar. No hemos hecho esto por una motivación económica, sino porque queremos dejar una huella y hacer algo de lo cual uno pueda sentirse orgulloso. Y lo hemos hecho con un gran equipo: como siempre digo, el primer trabajo de un emprendedor es contagiar al equipo y hacer que el sueño que uno tiene se convierta también en el sueño del otro. Porque ahí está la clave de poder escalar, que los otros entiendan cómo uno funcionaría. Trabajar como una organización, que es como un organismo vivo donde una célula contagia a la siguiente. No podríamos llegar a esta escala si no tuviéramos siempre una ambición por delante, algún objetivo, entonces nos vamos poniendo objetivos muy grandes para poder caminar hacia ahí. Pero lo que disfrutamos es el camino, siempre vamos a estar ambicionando el poder progresar.
-De las 200 personas iniciales que había cuando comenzaron Globant, fueron evolucionando a 26.000. Y con ese núcleo duro, que es el corazón de la compañía, fueron creciendo y hoy están en cargos regionales, etcétera. ¿Cómo hiciste para que fuera por las arterias?
-La gente en Globant no necesita pedir permiso, se lanza y lo hace, esto nos permite que cada uno pueda dar lo máximo. Cuando la compañía crece, se pierde la plasticidad que es necesaria para crecer en un futuro cambiante. Esto nos ha llevado a trabajar mucho en tecnología que trata de ampliar nuestros horizontes. Y empezamos a aumentar nuestra capacidad de ser más humanos, de conectarnos mejor, con mayor cantidad de gente. Hace siete años los juntamos a todos y les dijimos: “La inteligencia artificial ya no es algo del futuro, es algo que está acá, y necesitamos que todas las personas dentro de la compañía tengan que estar conscientes de entender esto”. Desarrollamos un curso de dos horas que podía ser visto desde cualquier lugar, un libro y otros materiales para que todos lo puedan entender. Hoy en Globant se utiliza inteligencia artificial para programar, testear, reclutar y entender mucho mejor.
-Hablando de su labor en Endeavor, ¿qué hace distinta a una persona?
-Estar enamorado de una oportunidad de una manera tan convincente que pueda contárselo a otros como para armar un equipo y poder perseguirla durante mucho tiempo. El éxito se construye en general a largo plazo y a través del impacto que puedas crear. Y los emprendedores empiezan a darse cuenta de que las compañías que creamos ya no son cápsulas que tienen que tener un éxito económico, sino que el emprendedor que realmente se desarrolle sea consciente de todas las externalidades. Los emprendedores tenemos en las organizaciones un arma de impacto masivo para poder hacer un transformación en las comunidades que nos rodean. Creo que la Argentina tiene un emprendedor increíble que es de clase mundial, tenemos que trabajar mucho en conjunto para poder sacarle todo ese jugo.
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