Por qué no despega el negocio de las casas rodantes en la Argentina
El país va a contramano de otros destinos que ofrecen servicios y confort para atraer y desarrollar el turismo; el alquiler de un vehículo para una familia tipo puede llegar a los $260.000 por día y su precio de venta es de entre US$55.000 y US$180.000
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Un fin de semana XL podría aprovecharse para hacer varios miles de kilómetros en familia y con amigos sin pagar hotel. Sin embargo, en la Argentina, alquilar una motorhome, todavía no es una práctica tan común como en otros países.
“Alquilar una motorhome para 4 o 6 personas no baja de los $260.000 por día. Podés reservar en un hotel en cualquier lado por ese dinero. Tendría que ser más accesible, sinceramente”. Esta es la opinión de un argentino que transitó las rutas argentinas con la casa a cuestas “desde siempre”.
La Argentina es el octavo país en el mundo en extensión territorial. A contramano de muchos países como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia, o Europa en general, que hacen de este mercado un negocio y genera empleo, aquí está todo para hacer, sobre todo en el área de servicios.
Según Forbes, en España hay 950 áreas de servicio y estacionamiento para autocaravanas y 160 campings con instalaciones específicas para ellas. Francia tiene 7470 espacios habilitados, Alemania 5690 e Italia 4740. Además, la promoción de rutas míticas como la Ruta 66 (Estados Unidos), entre muchas otras, también impulsa un negocio que no para de crecer. En Argentina faltan cifras oficiales.
La experiencia del empresario argentino radicado en España, Fernando Maffi, director de Amafi Caravaning, habla por sí misma. Desde 2013 que tiene una empresa de alquiler de caravanas con base en Barcelona y también abrió una sucursal en Alicante.

“Mis padres hace 40 años que vivían en España y con Eugenia, mi mujer, y mis dos hijas pequeñas decidimos venir. Yo soy ingeniero y trabajaba en una empresa de publicidad muy importante”, cuenta. “Las primeras vacaciones aquí alquilamos una motorhome para recorrer Europa, pero nos costó conseguirla. Había más demanda que oferta. Hicimos 6000 kilómetros y pudimos ver que Europa está muy preparada para este tipo de turismo”, asegura.
El hecho de poder viajar con la familia al mismo costo que una sola habitación en un hotel resultó tentador para la pareja. Pero también otras comodidades, como no tener que hacer y deshacer valijas, no estar atados a reservas, ahorrar en comida y la calidad y la cantidad de servicios que se brindan a los viajeros. Compraron una unidad y pronto no daban a basto con el alquiler. Entonces, dieron el siguiente paso, con ayuda estatal.
“Aquí hay un programa que se llama ”Barcelona activa", que ayuda a los emprendedores a desarrollar negocios. Analizan su viabilidad, ayudan con el business plan, asesoran con los temas impositivos y una vez aprobado, lo certifican. De allí al crédito en el banco hay muy poca distancia", confirma. Hoy tienen 30 unidades en alquiler a 140 euros por día con un diferencial. Está todo incluido, hasta el wifi y las camas hechas, al mejor estilo Airbnb.

Conocedor de los dos mercados, el argentino y el europeo, destaca que Europa es muy receptiva para este tipo de turismo e incluso cuenta con campings de una a cinco estrellas. También, el viejo continente tiene infinidad de parkings, que son instalaciones que ofrecen solo los servicios básicos como la carga y descarga de aguas, algo que en la Argentina todavía no existe, pero podría implementarse en las estaciones de servicio.
“El nuestro es un país ideal para este tipo de turismo, pero hay que superar algunas barreras como el acceso rápido a repuestos que están esparcidos por todo el mundo. También, hay que apuntalar el resto de los servicios y a la seguridad. E, increíblemente, luchar contra el preconcepto que tienen algunos municipios de que las caravanas les quitan el trabajo a los hoteles", explica el empresario, que no descarta desembarcar en la Argentina.
Cambios en la legislación
La reciente Resolución 53/25 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial intentó darle impulso al sector al simplificar el proceso de homologación de trailers y casas rodantes.
“En este hilo @matifer se preguntaba hace un tiempo por qué, teniendo destinos turísticos tan buenos y lejanos, hay poco turismo de casas rodantes en nuestro país. La respuesta nos la dio nuestro sitio “Reportá la burocracia”: la producción de trailers y casas rodantes históricamente se había desarrollado como una industria de pequeños productores. Pero eso cambió cuando se metió en el medio el Estado, exigiendo que fueran “homologados”, comentó hace más de un mes Federico Sturzenegger en la red social X. Agregó que “el nuevo mercado, casi monopólico, había dejado fuera a los pequeños productores y, rápidamente, las familias enfrentaron mayores precios...”.
Desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) explicaron a LA NACION que “antes, había que realizar un trámite por cada vehículo para asociarlo al trailer. Esto impactará en menores costos”, comentaron.
Desafíos para el sector
Matías Barnade, secretario de la Cámara de Fabricantes Argentinos de Trailers, Casillas Rodantes y Afines (Fatcra), opina que hay muchos temas complejos que enfrentan tanto los usuarios como los fabricantes.
En un punteo de la problemática, destaca:
- Falta de infraestructura y servicios: En muchas regiones del país, los viajeros no cuentan con lugares seguros para pernoctar, abastecerse de agua potable, descargar fluidos de forma adecuada o acceder a baños y duchas bien mantenidos.
- Costos de producción: materiales como chapa, fibra de vidrio, aluminio, hierro, acero, pinturas y sistemas eléctricos han incrementado sus precios exponencialmente. Por otro lado, la Argentina tiene una de las mayores presiones fiscales de la región, lo que reduce la rentabilidad de los fabricantes. Y, aseguran, todavía faltan créditos accesibles.
- Los desafíos de fabricar en regla: “desde 2018, con la incorporación de la normativa Mercosur, se retomaron las exigencias establecidas en la Ley de Tránsito 24.449, obligando a los fabricantes a cumplir con regulaciones normativas. Para producir legalmente, es indispensable contar con Licencia de Configuración de Modelo (LCM), que certifica que la unidad cumple con las normas de fabricación; Certificación ISO 9001:2015, que garantiza un proceso de fabricación estandarizado; taller habilitado y empleados registrados, con todas las cargas sociales e impositivas en regla; compra de insumos y venta en blanco, asegurando la trazabilidad del producto.
Mientras tanto, sostiene el representante de Fatcra, en el mercado informal existen fabricantes que ignoran estos requisitos y ofrecen unidades a mitad de precio. “El crecimiento del mercado informal afecta gravemente a fabricantes pequeños y de renombre, que ven una caída en sus ventas y, en muchos casos, se ven obligados a reducir personal“, agrega.
Fatcra recomienda consultar el padrón de fabricantes en regla (en la web de la entidad) antes de adquirir una unidad.
Para quienes alquilan caravanas, hay otro negocio, que explica Fernando Maffi: “Es una práctica corriente renovar la caravana cada dos años. Se venden las usadas y se compran nuevas, que cuestan entre 70.000 y 120.000 euros. El precio es mucho menor a la misma unidad producida en la Argentina, un desafío sin dudas a hora de lograr más impulso para las inversiones”.





