Con el objetivo de hacer frente al déficit habitacional que existe en la Argentina, la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda ha elaborado un plan de políticas públicas que aspira a aumentar la oferta habitacional a través de la articulación entre lo público y lo privado. Nuestro objetivo: acortar dramáticamente la brecha para acceder a la vivienda.
Las políticas de vivienda de gobiernos anteriores apelaron casi exclusivamente a recursos públicos, mientras que la inversión privada se mostró ausente de la financiación de vivienda media, volcándose casi exclusivamente a la vivienda acomodada. Esta situación derivó en una carga extra sobre los recursos públicos para vivienda, en muchos casos asignados de manera discrecional.
A partir de la concepción de la vivienda como política de Estado resulta imperioso estimular y promover al sector privado para que coinvierta con el sector público en la producción de viviendas económicas o de nivel medio, aspirando a una rentabilidad adecuada.
Las asociaciones público-privadas pueden ser utilizadas de manera eficiente como un instrumento para la financiación y el desarrollo de programas de vivienda. El sector privado debe ser un socio estratégico para el desarrollo de infraestructura pública. Con los incentivos adecuados podrá poner a disposición del sector público sistemas de gestión específicos y ventajas operativas, derivadas de su conocimiento y experiencia en desarrollos similares. Optimizando particularmente segmentos del proceso tradicional del Estado que la mayoría de las veces supone altos costos, atrasos y trámites engorrosos.
A su vez debemos trabajar en un proyecto de ley que contemple beneficios tributarios para proyectos de inversión vinculados con la construcción, refacción, ampliación y el reciclaje de viviendas de interés social, de inmuebles para venta y/o alquiler, siguiendo el ejemplo de países como Uruguay y Colombia.
Hoy nos encontramos evaluando propuestas de desarrolladores que ven en este nuevo esquema una oportunidad de ampliar su operación, y esperamos que muchos más se sumen en los próximos meses. La realidad nos convoca. La Argentina tiene un déficit habitacional estructural creciente. Desde 2010 este déficit se incrementó un 35% (de 2,76 millones en 2010 a 3,8 millones de hogares con déficit habitacional este año). Entendemos por déficit habitacional tanto el aspecto cuantitativo, es decir la necesidad de viviendas nuevas (esto afecta a 1,6 millones de hogares), como la dimensión cualitativa, viviendas que deben ser mejoradas o ampliadas (otras 2,2 millones de familias).
Hoy más que nunca es el momento de ponernos a trabajar por quienes más lo necesitan, incentivando desde el Estado al sector privado para que acompañe el proceso de construcción de una nueva Argentina con pobreza cero.
El autor es director nacional de Nuevos Desarrollos de Vivienda de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación
