Vacunas, cepo y el futuro de Guzmán: entretelones de un encuentro de empresarios
La relación entre la UIA y el Gobierno se tensó por el faltazo a un acto por el Día de la Industria del Presidente y el ministro de Desarrollo Productivo; de qué hablan los hombres de negocios
Se hizo un silencio en la sala donde esperaban los industriales; una comitiva oficial llegaba. El primero en entrar fue el secretario de Industria, Ariel Schale, acompañado por Leandro Mora Alfonsín, director nacional de Desarrollo Regional y Sectorial. Detrás, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. En la celebración del Día de la Industria, organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA) faltaban el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el presidente, Alberto Fernández, ambos presentes en el encuentro el año pasado.
El faltazo presidencial, y el del ministro que se encarga de la producción, fue hoy en la planta de Cerámicas Alberdi, en José C. Paz, la comidilla de los presentes. No fue una novedad. Se trata de otro capítulo en la escalada de tensión entre la UIA y el Gobierno, que nació con el cambio de mando en la entidad fabril, algo que oficialismo leyó bajo un lente partidista.
Cuando Español entró a la sala, saludó a los presentes, entre ellos Marcelo Figueras, presidente de laboratorios Richmond. “Me hubiera dado tu vacuna, pero yo ya tengo la china”, dijo en referencia a la Sputnik V local y la Sinopharm. “Me doy la segunda en tres semanas”, contó pese a que la combinación de diferentes plataformas está de moda ante la escasez. Figueras diría luego que su fideicomiso –para hacer una planta– es un éxito sobreofertado (con más de 60 oferentes) y auguró que “ya se están repartiendo 4 millones de segundas dosis” de su vacuna made in Argentina.
La secretaria de Comercio Interior dio un giro de 180 grados y eligió una pequeña ronda para quedarse unos minutos charlando. No pareció una elección casual. En la ronda estaban Daniel Funes de Rioja, flamante titular de la entidad fabril, Luis Betnaza (Techint), David Uriburu (Techint) y Paolo Rocca, número uno del Grupo Techint.
Lo siguiente fue un monólogo entre dos más que un diálogo. “Es preciso una estabilidad de precios, para impulsar el consumo y que sea sostenible en el tiempo”, dijo Español, preocupada por el precio de los insumos para la industria y la construcción, cuyos valores vuelan. Se trata de un rubro en el que Comercio Interior no logró cerrar un acuerdo de congelamiento durante las elecciones como en la electrónica (sólo llegó a consensuar un listado de valores de referencia). “La economía está creciendo un poco más de lo esperado”, le dijo Rocca.
Los invitados empezaron entonces a caminar hacia la nave de la fábrica que conduce Martín Rapallini –además presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires– para el acto principal. Allí fueron Javier Goñi (Ledesma), Martín Cabrales (Cabrales), Luis Galli (Newsan), Rodrigo Pérez Graziano (Stellantis), Miguel Rodríguez (Sinteplast), Adrián Kaufman (Arcor), Mario Grinman (Cámara de Comercio), Nicolás Pino (Sociedad Rural Argentina) y Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio de Buenos Aires). Estaban también Antonio Caló (UOM) y Gerardo Martínez (Uocra).
“¿Te vas a pelear con Funes?”, preguntó este medio a José Ignacio de Mendiguren (presidente del BICE y hombre de Sergio Massa). “No, con Paolo”, bromeó el industrial.
Además del faltazo presidencial llamaron la atención dos ausencias. La de Guillermo Moretti, hombre cercano al kirchnerismo en la UIA, y la del expresidente de la entidad, Miguel Acevedo, director de Aceitera General Deheza (AGD), empresa del exsenador del Frente para la Victoria, Roberto Urquía. Acevedo y Urquía son parientes. Urquía anteayer pagó dos mesas en la cena en la que se presentó Martín Guzmán ante empresarios industriales en Córdoba. Él no fue.
“Hacía tiempo que venía así. Se endeudó mucho”, explicó Gabbi sobre la situación de Molino Cañuelas. “¿Por qué suben las acciones argentinas y baja el riesgo país?”, preguntó LA NACION al especialista. “Hay muchos rumores sobre cambios en la estructura del Ministerio de Economía”, aventuró Gabbi. Agregó que la Argentina está barata en dólares para timbear. “Hay empresas que con US$3 o US$4 millones te las comprás”, afirmó.
“Es un doble desastre”, dijo Pino sobre la extensión del cepo a la carne estipulada por el Gobierno. “La medida es mala, pero extenderla es peor”, agregó el presidente de la SRA, que recordó los 150 despedidos en frigoríficos de Santa Fe. La UIA respaldó el pedido de los productores.
“Los industriales no han ocupado un rol protagónico. No libraron la batalla. No vamos a tener un país industrial si los industriales no son relevantes en el proceso”, dijo Schale en un discurso en el que disculpó a los ausentes. Aclaró que no quería que fueran “funcionales” a un partido, pero sí a un “modelo”. Lo dijo tras criticar duramente a Mauricio Macri. “Hay que jugar”, pidió.
Funes pidió baja de impuestos, aggiornamiento de las relaciones laborales y financiamiento barato. Destacó las instituciones de la confianza y la certidumbre, que también había nombrado Schale y, para bajar la tensión, sumó la concertación. “La UIA no tiene banderas; sólo la de los industriales”, cerró.
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